El ungüento de la Magdalena
La unción tiene significados varios, ya sea como un gesto de honor y reconocimiento de la grandeza del ungido o puede tener el carácter de rito de preparación sacrificial e incluso rito funerario

Archivo - Estudiante de medicina en imagen de archivo. / KUPICOO - Archivo
Luis Rivero
Decir que algo es el ungüento de la Magdalena es referirse a un remedio o cura milagrosa. Algo a lo que se le atribuye efectos beneficiosos inmediatos. Se emplea, pues, cuando un tratamiento resulta totalmente eficaz o se obtiene un rápido efecto. Se usa sobre todo en forma negativa: «Eso no es el ungüento de la Magdalena» o «ni que fuera el ungüento de la Magdalena» y se invoca frente a alguien que se muestra impaciente por ver resultados inmediatos de un tratamiento terapéutico. Es decir, se emplea para referirse a cuando con un remedio no se consiguen resultados inmediatos.
En sentido positivo, la frase es afín a la expresión «mano de santo» que se usa de manera hiperbólica para exaltar la eficacia «milagrosa» de un remedio. [La expresión «mano de santo», generalmente, se refiere a un remedio casero al que se considera una panacea: un agüita guisada de una yerba medicinal, a un mejuje curativo, a la imposición de manos para aliviar ciertas dolencias, como un pomo esconchaba(d)o, o la visita a un estelero para arreglar los dislocamientos de huesos o articulaciones. Y en general cualquier solución que aporte un mayor bienestar y sosiego al individuo].
En la expresión «(ser algo) el ungüento [a veces pronunciado “enguénto”] de la Magdalena», la etimología popular lleva a veces a la sustitución fonética de la voz «cuento» por «ungüento», por lo que puede escucharse la versión: «eso es el cuento de la Magdalena», atribuyéndole en tal caso, quizá sin pretenderlo, un significado negativo ya que «un cuento» es una invención que se pone como excusa de algo y que actúa de señuelo («eso es un cuento chino»), algo así como un engañabobos. Por lo que resulta, en principio, más coherente la expresión «ser (algo) el ungüento de la Magdalena».
¿Pero a qué ungüento se refiere? María Magdalena resulta un personaje controvertido. Mientras que en algunos evangelios canónicos sale muy mal parada a tenor de la pésima reputación que se le atribuye, en algunos textos apócrifos, por el contrario, viene considerada como el discípulo más aventajado del Galileo. En los textos canónicos no queda claro quién es la mujer que lava los pies de Jesús con un perfume muy costoso. Ya que en uno se habla de «una mujer», en otro de una tal María de Betania, mientras que la tradición la ha venido identificando con María Magdalena.
La unción tiene significados varios, ya sea como un gesto de honor y reconocimiento de la grandeza del ungido o puede tener el carácter de rito de preparación sacrificial e incluso rito funerario. En cualquier caso, parecen alejarse de una finalidad sanadora. Con lo que resta la incerteza de si atribuir al ungüento el significado de «remedio milagroso» o acaso pueda referirse a su gran valor, a su carácter precioso (en el sentido de excelente, estimado, preciado). Todavía, hay quien sostiene que «el ungüento de la Magdalena» haría referencia a un menjunje elaborado a base de orina, tabaco y sal que se aplicaba a las heridas de los esclavos flagelados, lo que lo asimila al refrán: «es peor el remedio que la enfermedad».
De manera que cuando se dice que algo es el ungüento de la Magdalena, dependiendo del sentido que se le dé, puede ser contrario o afín a aquella otra expresión: «esto no lo arregla ni el médico chino», que ha pasado a ser sinónimo de una enfermedad incurable o muy difícil de sanar.
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