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Berna Perles: «Lo que el agua aporta a esta ‘Yerma’ es belleza y genialidad»

La soprano asume el colosal reto de meterse en la piel de Yerma en la ópera homónima que estrena Auditorio de Tenerife el próximo martes, día 14.

Berna Perles sobre el escenario de la Sala Sinfónica de Auditorio de Tenerife.

Berna Perles sobre el escenario de la Sala Sinfónica de Auditorio de Tenerife. / MARÍA PISACA

Almudena Cruz

Almudena Cruz

Santa Cruz de Tenerife

Este papel y esta ópera tienen una historia que es casi tan interesante como la producción en sí. Yerma se ha visto muy pocas veces a lo largo de la historia.

Pues efectivamente. Se estrenó, creo, en 1971 en Santa Fe. La cantó Mirna Lacambra. Después hubo una serie de dificultades que, según me han comentado, tuvieron también relación con asuntos como los derechos de autor. Eso, además, sin olvidarnos de que se trata de una ópera muy compleja de poner en escena. Así que supongo que en esa tardanza habrán influido varios factores. Además hay que añadir que, si no me equivoco, nunca se ha hecho en su versión completa escenificada.

Entonces no es solo una premier en Europa.

Es una oportunidad única; de hecho es que nunca se ha podido ver así en la historia, nunca. Y en Europa además es que nunca se ha hecho, ni siquiera sin escenificar.

Hablaba de Mirna, la que fue la primera voz de Yerma. Creo que ahí hay una historia curiosa, una jugada del destino...

Sí, es que hay una cosa muy curiosa. Justamente, cuando me llamaron para ofrecerme este rol, que yo no conocía, estaba con ella. Cogí el teléfono y estábamos las dos, una delante de la otra en Ópera de Cataluña. Ella me preguntó: ¿ay, te han ofrecido algo? Y le conté. Le dije: sí, mira, me han ofrecido una ópera que no conozco, parece ser que es de Villa-Lobos y se llama Yerma. Se le iluminó la cara y fue un momento emocionantísimo. No me di cuenta de la entidad de ese momento hasta mucho después. Y bueno, el hecho de que estuviéramos allí, Mirna y yo, me pareció como si fuera una señal del destino, del universo.

Y se lanzó...

Me enviaron la partitura y vi que era un reto tremendo, que iba a ser algo gigante. Desde ese momento me bloqueé el calendario, reservé varios meses en la agenda para dedicarlos únicamente al estudio, sin trabajar. Me organicé para estar lista y darle toda la preparación al rol que requiere, que es muchísima.

Para que la gente lo pueda entender, ¿qué tiene el papel de Yerma que lo hace tan colosal para una soprano?

Pues mira, hay muchos factores y muchos motivos. Primero, es muy largo. La ópera dura alrededor de dos horas y media. Es un tiempo muy largo en el que ella permanece siempre sobre en el escenario, cantando. Creo que hay pocos roles que canten durante más tiempo, yo no conozco ninguno. Después está el hecho de que no te da tregua físicamente. Todo el tiempo está presente en escena, con lo cual no tienes cambios, no puedes estar en el camerino un ratito, nada. Suma también que es muy complejo técnicamente y muy exigente por la orquestación y por el carácter. También lo es musicalmente porque además de largo es muy complejo, es una música que no es sencilla y es muy difícil de memorizar. El libreto incluye el texto íntegro que escribió Federico García Lorca. Y además se añade el reto de esta producción, que es muy, muy exigente y tiene todas estas cosas maravillosas como el tema del agua, que añade un plus. A mí me parece maravilloso y me encanta hacerlo.

Es que puede que sea la primera ópera que se canta en una piscina con los intérpretes mojados en buena parte de la producción... Algo especialmente complicado para personas cuya principal herramienta y tesoro es su voz, precisamente.

Pues mira, a mí me parece una genialidad, sinceramente. Todo lo que le aporta el agua a esta producción me parece belleza y genialidad. Ciertamente, nunca he estado en una producción en la que los cantantes estén literalmente empapados y en esta ocurre. Pero es verdad que el agua no está fría, está a una temperatura que está agradable. Y la verdad es que yo pensaba que iba a ser peor. En estos días de escenario en los que hemos practicado con la piscina, tengo que decir que por lo menos a mí no me ha parecido tan raro. Mi personaje se mueve muchísimo y mi principal miedo, que era enfriarme, no se ha hecho realidad en ningún momento. Además, tengo a todo el espectacular equipo de Ópera de Tenerife, con los directores de escena y mis compañeros, que me cuidan un montón y están muy pendientes de que no ocurra nada. Es complejo, pero se va llevando bien.

Tal es la dificultad que, de hecho, María Miró se encargará de protagonizar la producción en la función del día 17.

Es que esta es una ópera que en la actualidad es más que probable que nadie se la sepa. Actualmente sólo nos la sabremos María y yo, que somos las que la haremos aquí. Es un rol muy largo y que sería muy difícil de sustituir sobre la marcha si pasara algo. No se puede llamar a nadie a última hora para que lo haga y por eso se hace imprescindible que seamos dos. Por otra parte, no se pueden hacer dos funciones seguidas de esta ópera, eso es imposible.

¿Qué le diría usted al público sobre la necesidad de ir a ver esta obra, que además es una oportunidad única y que trae a una referencia de la literatura –del teatro en este caso– en castellano: Federico García Lorca?

Les diría que más que una oportunidad única para ver una ópera que no se ha hecho nunca aquí en Europa, el motivo principal es no perderse una historia maravillosa. Es un libreto espectacular que se cuenta, además, enfatizado con el poder de la música. Y es una música maravillosa con la Sinfónica de Tenerife en el foso y hecha de una forma tan espectacular visualmente que es impactante. Me parece que, como espectáculo, esto que estamos haciendo en Ópera de Tenerife es realmente algo que merece mucho la pena ver y asistir. Es Yerma de Lorca, musicada por Villa-Lobos, con una puesta de escena absolutamente impresionante. Además, hay algo muy importante: uno de los puntos principales por los que merece la pena que la gente vaya a verla es la actualización vinculada con el tema medioambiental. Es un añadido, una capa de profundidad y reflexión que se le suma al texto de Lorca. Me parece que es un plus de interés y atractivo.

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