Victoria Valiente: «No es detener el mar, es palpar su agua»

La joven pintora grancanaria convierte la superficie líquida del océano en trazo, cuerpo y materia a través del carboncillo, en una obra que nace desde la inmersión, la observación pausada y la intimidad con el paisaje

Victoria Valiente y su 'Entre isla e isla', pieza ganadora del Premio Art Palma Contemporani.

Victoria Valiente y su 'Entre isla e isla', pieza ganadora del Premio Art Palma Contemporani. / Elena González

María Alfonso Rodríguez

Las Palmas de Gran Canaria

El mar no se detiene; y, sin embargo, Victoria Valiente lo toca, lo palpa y lo escucha. Ella lo dibuja con los dedos manchados de carboncillo, como si cada línea fuera de un gesto de contacto con la piel del océano. «No es detener el mar, es palpar su agua», dice. Una frase que encierra no solo su manera de crear, sino también su forma de estar en el mundo: sin forzar, ni poseer, solo sintiendo.

Desde niña, el piélago fue un lugar de asombro. Criada en Gran Canaria, pronto descubrió que el elemento líquido no solo era un refugio, sino también una pregunta. «Siempre me ha llamado la atención. Me sorprendía el hecho de meterme en el agua», comparte. Después de tres años estudiando Medicina, esta joven se trasladó a La Laguna para estudiar Bellas Artes con el fin de desarrollar un vínculo que actualmente es materia de trabajo: «En la universidad te animan a llevar una línea temática, y a mí es lo que me motiva. Pinto siempre el mar».

Remojo (200x150cm).

Remojo (200x150cm). / Victoria Valiente

Técnica

Esa línea se convirtió en trazo y, ese trazo, en obra. Su técnica principal es el carboncillo, que elige por su organicidad y fragilidad, por su cercanía al polvo y a la tierra. «Hay carboncillos más blandos, otros más duros, más grasos, más secos… Y siento que es algo que descubrir y que a la vez también dialoga con lo que quiero transmitir del agua, que sea algo súper efímero», expresa. Esa materia oscura y ligera es su aliada para capturar el movimiento acuático en su estado más puro: en tránsito.  

Por otro lado, su proceso parte de la observación, pero también de la inmersión literal. Desde pequeña ha usado cámaras adaptadas al agua para registrar lo que hay bajo la superficie. Ahora, con mayor experiencia en fotografía y técnicas audiovisuales, se sumerge para obtener imágenes que luego traslada al papel. 

‘Longitud de onda I’ (100X70cm).

‘Longitud de onda I’ (100X70cm). / Victoria Valiente

Trayectoria

En febrero de este año, Victoria Valiente presentó Laminal Vol. I, su primera exposición individual en el Espacio Cultural CajaCanarias de La Laguna, gracias al premio de Artes Plásticas Manolo Millares que recibió en el año 2023. La muestra incluyó veintidós dibujos de gran formato, un libro de artista, un vídeo y una instalación efímera. Todo desarrollado entre trabajos de universidad y veranos de producción intensa.  

Esa misma exposición incluía la obra premiada con el Manolo Millares, una pieza que ha marcado un antes y un después. A partir de ahí, comenzó a trabajar con la galería Artizar, con la que ya prepara una muestra prevista para el año que viene. La colaboración la llevó también a participar en la feria Marte de Castellón, donde su trabajo fue muy bien recibido. «Me ha ayudado mucho. Estoy muy contenta», asegura.

La artista junto a su obra en la exposición colectiva ‘Raíces’, en Garachico.

La artista junto a su obra en la exposición colectiva ‘Raíces’, en Garachico. / LP / DLP

La joven también fue seleccionada para la University Art Biennal de Mallorca, donde ganó el Premio Art Palma Contemporani con la obra Entre isla e isla, un dibujo a carboncillo que estará expuesto todo el verano. Allí, su trabajo se encontró con un nuevo público. «Ha sido una experiencia muy bonita, he tenido mucha aprobación. Ha sido una subida de ánimo», afirma.

En paralelo, su obra forma parte de la exposición colectiva Raíces, en Garachico, en compañía de creaciones de la talla de Jane y Manolo Millares, Martín Chirino o César Manrique. Allí, sus trazos dialogan con otros artistas que reflexionan sobre el paisaje insular, el mar y el horizonte. «Un elemento fundamental es el salitre. Me pusieron esa obra con otras que hablaban del concepto 'isla'. Al final, es algo que nos define como insulares», explica.

El agua para Victoria no es solo una imagen, sino una materia viva, en constante vibración. «No trato de mostrar un estado emocional concreto, sino diferentes estados de movimiento. Me asombra mucho que no tenga un estado sólido. Y como puede cambiar tanto, pues me gustaría desarrollar más técnica para representar estados súper bravos, o súper espumosos».

Trabajo constante

Actualmente, no le queda producción disponible y, mientras termina sus estudios universitarios, ya piensa en lo que vendrá: «Estoy a manos de la galería y de enlazarme internacionalmente con otros proyectos o lo que pueda salir». Un futuro cargado de nuevas obras, nuevos retos, sueños y el deseo de seguir creciendo como artista profesional. 

Corriente, polvo y gota.

Corriente, polvo y gota. / Victoria Valiente

Victoria dibuja como quien escucha. Como quien se sumerge no solo en el agua, sino en las preguntas que la rodean. Su arte nace del roce, del gesto mínimo, de lo efímero. En un mundo de prisa, ella propone pausa. «Es fundamental pararse un poco y contemplar lo que está pasando», dice. Y en ese detenerse sin frenar, en ese palpar sin poseer, está toda su obra. Porque su mar no se encierra: se toca.

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