Arte

Los trámites aduaneros condenan al encierro al arte de Canarias

Los creadores del Archipiélago, aislados por el engorroso papeleo y el elevado coste del traslado de sus obras al continente

La diputada Cristina Valido exige bonificaciones en el Congreso

Frasco Pinto, de la galería Artizar, preparando un envío.

Frasco Pinto, de la galería Artizar, preparando un envío. / Andrés Gutiérrez

Santa Cruz de Tenerife

El arte canario está condenado a vivir encerrado en el Archipiélago. Los engorrosos y costosos trámites aduaneros mantienen aislados a los creadores de las Islas porque llevar su obra fuera implica una inversión económica que sus bolsillos no pueden asumir. Este lastre no solo impide que expongan fuera, ya sea con intención de vender o simplemente de exhibir sus creaciones, sino que también limita la llegada de exposiciones importantes al Archipiélago. Es un problema en dos direcciones que afecta a todos los niveles: desde el artista a título individual hasta a las instituciones y museos pasando, obviamente, por los marchantes y los galeristas.

Canarias tiene un régimen fiscal distinto al resto del estado –el REF– y por ese motivo en el territorio insular se aplica el IGIC en vez del IVA, eso no es nada nuevo. Ese régimen económico diferenciado es consecuencia de su condición de región ultraperiférica dentro de la Unión Europea, por eso tanto el régimen fiscal como el aduanero son distintos. Históricamente, esto ha supuesto un problema para sus artistas. Muchos dejaron de aceptar encargos y proyectos en museos de la Península y en el resto del territorio continental por no ser capaces de sufragar los costes. 

Por barco o por avión

Para entender las dificultades que las artes visuales de las Islas llevan décadas soportando valen varios ejemplos. Al precio elevado del embajale y el transporte, que viene determinado por la distancia física de las Islas y que depende además de si se opta por el transporte marítimo o aéreo –este último es más rápido pero también más costoso–, hay que añadir los engorrosos trámites de la aduana

Una fianza que no se sabe cuando vuelve

No solo hay que abonar esos trámites de gestión sino que cuando una obra sale de Canarias para viajar, por ejemplo, a Valencia, se debe abonar automáticamente el 21% del valor de esa obra (el IVA). Esta cuantía se retiene como una especie de fianza y se devuelve únicamente si la obra retorna a las Islas y no se vende. Esto implica que si un artista o galerista quiere enviar un conjunto de obras para que formen parte de una muestra en cualquier rincón de la Península y están valoradas, por ejemplo, en 100.000 euros, debe costear de su bolsillo 21.000 euros que le serán devueltos en un momento indeterminado porque, de nuevo, depende de que los mismos servicios aduaneros comprueben que todas las piezas han regresado.

Y lo mismo sucede a la inversa, si una administración o museo en Canarias desea organizar una exposición de algún artista o creador que requiera del viaje desde el continente de una o varias obras, los costes se disparan. 

Cristina Valido lleva el problema al Congreso

Pese a que es una lucha histórica del sector, recientemente la diputada nacionalista Cristina Valido ha vuelto a llevar este problema al Congreso de los Diputados. El tema ha sido tratado en la Comisión de Cultura y trasladado tanto al ministro de este departamento, Ernest Urtasun, como al secretario de Estado de Cultura, Jordi Martí. «Es necesaria una modificación en la fiscalidad por parte del Ministerio de Hacienda para que nuestros artistas y creadores puedan trasladar sus obras al territorio continental y que puedan exponer en condiciones de igualdad respecto a cualquier otro artista español».

Valido reconoce que es un asunto que «todos comprenden que hay que abordar» pero que finalmente nadie cambia. «Nos dan la razón pero pasa el tiempo y nadie hace nada. Los calendarios de exposiciones siguen su curso y los canarios, pese a que reciben invitaciones y propuestas, no pueden participar». «Nosotros tenemos un REF que habla con claridad del derecho a bonificación para que podamos competir en cualquier actividad, también en la artística».

Maltratados en tu propio país

Alberto González Pulido es jurista y gestor cultural y lleva años tratando de visibilizar, y solucionar, este problema. «Es algo que llevamos arrastrando desde la creación del REF», lamenta. El experto recuerda que en la última modificación, y gracias a la Asociación Islas Canarias Artistas Visuales (Aicav), se introdujo un artículo para crear una vía exenta de trámites aduaneros que permitiera la exportación e importación de obras de arte canarias para su exhibición. El problema es que no se está aplicando: «Quien tiene que hacerlo efectivo, que es la Aduana , no lo hace por desconocimiento y falta de herramientas». A eso hay que añadir, matiza, la necesidad de ir más allá y conseguir una bonificación que garantice no solo la exhibición, sino que permita la venta en condiciones similares a las de los artistas peninsulares. «Es triste que esto te pase en tu propio país».

Pocas galerías sobreviven

El sector se resiente y, de hecho, en Canarias solo sobreviven tres de sus galerías históricas: Saro León en Gran Canaria y las tinerfeñas Artizar y Leyendecker. Frasco Pinto es uno de los gestores de la decana Artizar y añade a la lista de impedimentos problemas administrativos que van desde retrasos hasta a la desaparición de piezas que nunca vuelven a recuperarse. Pinto ofrece otro ejemplo significativo: han dejado de enviar sus catálogos a galerías, artistas, clientes y marchantes de la Península porque, cuando llegaban, les cobraban un mínimo de 16 euros a los destinatarios en concepto de gestión aduanera. «Eso por un libro que cuesta, como mucho, cinco euros. Ellos mismos nos pedían que no se lo enviáramos». «Por eso, entre otros motivos, han desaparecido las galerías. No hay mercado local y cuando intentas moverte fuera, todo son trabas».

Francis Naranjo opta por crear fuera

Por su parte, el artista de origen grancanario Francis Naranjo reconoce que se trata de un problema que lleva muchos años presente, «pero antes tenía mejor solución» gracias a los apoyos del Gobierno. El paso de los años ha enquistado esta cuestión, «no solo a nivel local, sino en todo el mundo». A pesar de que se celebra la existencia de programas como Canarias Crea, que «relativizan» las barreras que pueden suponer las aduanas, «no siempre apoyan de manera definitoria las necesidades del sector». En este sentido, explica que las cifras con las que se mueve Canarias Crea han quedado obsoletas. El programa puede financiar hasta 6.000 euros para el transporte de las obras pero en la actualidad esa cantidad tan solo cubre, por ejemplo, el traslado de tres fotografías de un metro por un metro y medio

Tras mostrar sus creaciones en numerosos países, Naranjo sentencia que «es mucho más rentable producir en el exterior». Él apuesta en dar forma a sus obras en la ciudad o país en el que va a exponer y, así, define a toda una generación de compañeros como «artistas de maleta». «La aduana se ha convertido en nuestro enemigo», afirma.

El problema de las agencias de transporte

El gerente de la Galería Bibli, Fernando Pérez, también lamenta que el traslado de piezas «siempre genere un conflicto» aunque resalta que el problema no son solo las aduanas sino a la forma de trabajar de las agencias de transporte, que no están dispuestas a afrontar exportaciones temporales. «Cuando sacamos obras para que participen en ferias, nunca sabemos si se van a vender o vamos a tener que traerlas de vuelta y eso implica que tenemos que pagar impuestos en ambos trayectos», concluye el galerista. 

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