Lo que el neón revela... y esconde: Carlos Schwartz expone en la Galería Bibli

Carlos Schwartz (Tenerife, 1966) se ha empeñado en dotar a objetos cotidianos de una dimensión trascendente a través del uso de la luz blanca y una puesta en escena teatral. Se trata de una constante en su obra que ahora se puede contemplar también en la primera muestra individual que protagoniza en la Galería Bibli, en Santa Cruz de Tenerife, y que se podrá visitar hasta el próximo 31 de julio. En esta propuesta se contempla la síntesis y evolución de la carrera creativa del autor canario, que comenzó en la década de 1990 con la realización de algunas pinturas y transitó en los años 2000 hasta el empleo de objetos reutilizados. A lo largo de todo este tiempo, su propuesta ha transitado hacia un simbolismo conceptual cada vez más profundo. 

A través de esta propuesta que ha ido depurando a lo largo de los años, Carlos Schwartz logra que los objetos más comunes, como sillas y mesas de metal, pierdan su función original y adquieran nuevas lecturas. Así, aunque su apariencia se vuelva ambigua, conservan su esencia a través de un juego de descontextualización en el que la luz blanca se convierte en un elemento clave, cargado de referencias históricas y espirituales. 

El juego de elegir y que te elijan

«Mi teléfono funciona a modo de dietario y en él guardo todos los detalles de lo que me inspira»

Dilatada carrera

Carlos Schwartz inició su trayectoria artística en Santa Cruz de La Palma en 1989. A partir de 1993 desarrolló su trabajo en Tenerife y en el año 2000 se trasladó a Madrid, donde expuso regularmente hasta 2015. También ha desarrollado su carrera artística en Alemania. Después de participar en dos exposiciones colectivas en Bibli, regresa a la galería chicharrera con esta primera propuesta individual. El artista considera esta galería «un espacio casi institucional» y por eso celebra esta primera muestra individual que puede protagonizar.

Esta es una propuesta concebida desde el propio espacio expositivo, como es el caso de las pasarelas que atraviesan parte de la estancia santacrucera y que han inspirado esta intervención en la que, no obstante, están presentes algunos de los elementos distintivos de su obra, como es el empleo de la luz artificial. 

Continuación

De este modo, la propuesta de Schwartz en Bibli es prácticamente una continuación de su última exposición en TEA Tenerife Espacio de las Artes, que se celebró en el año 2010 puesto que, a pesar del tiempo transcurrido, le siguen moviendo los mismos intereses. Es, de este modo, una oportunidad ideal para contemplar la evolución conceptual de su propuesta en la que su objetivo es que las piezas se integren lo mejor posible en el lugar en el que se exponen.

«He ido aprendiendo a leer el espacio de forma más profunda para perfeccionar lo que voy haciendo»

«He ido aprendiendo a leer el espacio de forma más profunda para perfeccionar lo que voy haciendo», expresa el artista, quien añade que emplear luces, fluorescentes y neones le sirve para activar sus obras y para crear contrastes entre lo que se ve y lo que precisamente la luz oculta al ojo humano a través de las sombras. 

Estas piezas de carácter escultórico se completan con dibujos o bocetos que permiten que el público contemple la evolución de las ideas que brotan de la mente de Schwartz. «No me gusta que la gente se quede únicamente con la propuesta tridimensional, sino que vea cómo voy dándole forma a una ocurrencia que termino transformando», reflexiona el tinerfeño afincado en Madrid. 

Dietario

La observación es el punto de partida del trabajo que realiza Carlos Schwartz. El artista fotografía con su móvil todo aquello que le llama la atención y que le sirve de primera aproximación para lo que más tarde será su obra. «Mi teléfono funciona a modo de dietario y en él guardo todos los detalles de lo que me inspira o sencillamente me divierte para luego ponerme a trabajar», expresa.

Schwartz se descubre de este modo como un artista metódico, al que le gusta archivar todas las ideas que va teniendo en un cuaderno para irlas transformando y «crear una especie de narrativa, a modo de cómic». A pesar de vivir en Madrid, Carlos Schwartz ha dado forma a las piezas de esta exposición para Bibli en la propia sala puesto que, reconoce, «en todos lados hay cristal, hay metal o hay fluorescentes».

Encuentro

Después de algunas semanas abierta al público, Schwartz ya ha tenido la oportunidad de conocer la opinión del público sobre su obra a través de un encuentro que se celebró la semana pasada en la galería santacrucera.

«El espectador es el destinatario final de todo lo que hago y es el que la completa con su observación, con su apreciación o con su rechazo», expresa el creador, quien recuerda que «no todos reaccionamos igual a lo que vemos ante nuestros ojos». Schwartz celebra además el «interesante diálogo» generado entre los participantes: «Personalmente, me llama la atención que el público le preste tanta atención a mis obras».

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