Entrevista | Pablo González Director principal invitado de la Sinfónica de Tenerife

Pablo González, nuevo director principal de la Sinfónica de Tenerife: "Es una orquesta camaleónica, puede hacer cualquier repertorio"

"Soy una persona bastante emotiva y me gusta ahondar en lo que hay detrás de la música"

Pablo González en el Auditorio de Tenerife.

Pablo González en el Auditorio de Tenerife. / Andrés Gutiérrez

Almudena Cruz

Almudena Cruz

Santa Cruz de Tenerife

Pablo González (Oviedo, 1975) es una de las batutas más reputadas de Europa y el nuevo director principal invitado de la Sinfónica de Tenerife

Tenerife y su orquesta le dan la bienvenida como nuevo director principal invitado para la próxima temporada, la de finales de este 2025 y 2026. Imagino que como figura central dentro de esa programación, donde dirigirá ocho de los conciertos principales, habrá participado activamente en su diseño

Sí, efectivamente. Para trazar esta temporada hubo mucho diálogo con Daniel Broncano, director técnico de la Orquesta Sinfónica de Tenerife. Juntos hemos diseñado esta nueva temporada. 

¿Cuáles son las funciones o características de un director principal invitado si la contraponemos con la figura del titular?

Evidentemente, la figura del director principal invitado es una figura más abierta en la que se estrecha, eso sí, la colaboración de la orquesta en cuestión con un artista en concreto. Hasta qué punto la colaboración es más o menos estrecha depende mucho de las circunstancias de la orquesta y del artista, claro. En este caso hay una comunicación muy abierta. Personalmente, estoy muy feliz de que esto sea así. Daniel y yo llevamos un año, aproximadamente, hablando de cómo iba a ser esta nueva temporada y la verdad es que hemos compartido un montón de ideas. Para resumir, podemos decir que el diseño de la temporada es compartido aunque, evidentemente, yo he hecho más hincapié en los programas que me toca dirigir a mí. Pero el diseño de mis programas tiene que encajar también en el hilo conductor, que es el de los visionarios de la música.

Su experiencia al frente de la Sinfónica es amplia. Por lo que he visto, la primera vez que dirigió a nuestra orquesta fue en el año 2008.

Creo que son cinco o seis –no recuerdo ahora exactamente– las veces en las que estado aquí.  

Nos vamos a centrar en los compositores capaces de vislumbrar paisajes sonoros inaccesibles

¿Recuerda aquella primera ocasión?

Pues sí. Tengo muchos recuerdos de mi primera visita a la Isla. Aunque la fecha exacta no la tenía en mente, eso sí que lo he comprobado. Fíjate qué casualidad que fue justo hace 17 años, en mayo de 2008. Y recuerdo además que dirigí la Segunda sinfonía de Nielsen, que es un compositor no tan habitual en las salas de conciertos y que a mí personalmente me gusta mucho. Hay una anécdota graciosa y es que mi primera visita fue dirigiendo la Segunda sinfonía de Nielsen y mi último concierto, hace un año, fue haciendo la Quinta sinfonía de Nielsen. Y entre medias, por cierto, he dirigido otras dos obras de Nielsen con la Sinfónica. Así que hay algo ahí, como una conexión. 

Este trabajo, mucho más estable que el de un director invitado que normalmente llega a la Isla para trabajar sobre un único programa, ¿será compatible con el de la dirección de otras formaciones? Usted es un maestro muy solicitado...

Sí, por supuesto. Pero bueno, sucede lo mismo que con una titularidad. Los directores, aunque tengan un cargo de titular –que en este caso no– suelen compaginar eso con el trabajo con otras orquestas, es lo habitual.

Bueno, pero va a pasar mucho tiempo en Tenerife.

Sí, claro. Y es una idea que he afrontado con muchísima ilusión. Tengo ganas de conocer la Isla porque apenas he podido recorrerla. Hasta este momento he estado solamente en Santa Cruz y para trabajar. Por ejemplo, la primera vez que estuve en la playa aquí fue el año pasado y fue muy poco. No la había pisado hasta entonces.

Háblenos del concepto en torno al que se ha articulado la temporada de abono de la Sinfónica: Visionarios. Hacía tiempo que no se organizaba así, sobre un tema.

Eso es. Como su nombre indica, nos vamos a centrar en esos compositores que fueron capaces de vislumbrar paisajes sonoros inaccesibles para el resto del mundo de la música. Son ejemplos de personas adelantadas a su tiempo, compositores que rompieron moldes y que ayudaron a lanzar el camino musical en direcciones y rumbos insospechados hasta entonces.  

Tengo ganas de conocer la Isla porque apenas he podido recorrerla hasta ahora

Los abonados fueron, el pasado lunes día 26 de mayo, los primeros en conocer los detalles de la agenda. Al parecer, quedaron encantados.

Hice hincapié en explicar por qué elegimos el título Visionarios para la temporada. El asunto es que hemos decidido incluir a compositores que fueron revolucionarios y que fueron adelantados a su tiempo. Por ejemplo, a Brahms y Mozart podemos considerarlos visionarios aunque no revolucionarios pero tenemos también muchos revolucionarios como puede ser Stravinsky con su Consagración de la Primavera o a Berlioz con su Sinfonía Fantástica. Tendremos, por ejemplo, a Varèse con sus Integrales o a Bartók, a Wagner y a Beethoven. Otro que me parece que también es muy significativo es Monteverdi. Es muy raro que una orquesta moderna, con instrumentos modernos, se acerque hasta el año 1607. En este programa nos hemos ido muy atrás. Teníamos muy claro que en una temporada bajo el título Visionarios teníamos que tener algo de Monteverdi. Se le considera como el fundador de la ópera moderna, y también el primer orquestador de ópera con los parámetros que luego se mantuvieron inalterables durante mucho tiempo.

Otro detalle del director en el recinto cultural tinereño.

Otro detalle del director en el recinto cultural tinereño. / Andrés Gutiérrez

El abanico temporal del que se ocupará la Sinfónica será, entonces, muy amplio.

Cinco siglos. Abarcamos desde 1607 hasta el presente. Y otra cosa interesante es que vamos a tener obras de estreno.

Eso es siempre muy emocionante, tanto para el público como para la orquesta.

Sí. Tendremos una nueva obra de Ferran Cruixent, un compositor catalán con una trayectoria interesantísima. Además, es un nombre que está muy volcado en la fusión de la tecnología y la música. No es raro que sus conciertos suenen los móviles de los músicos deliberadamente en el escenario. Él ha cuñado el término ciberorquesta para explicar cómo se hace esta conexión. Es muy bonito ese programa con la pieza de Ferran Cruixen, que será en octubre. Vamos a tener su estreno, que es como la conexión con la realidad de hoy en día, al lado de dos gigantes: Debussy con El Mar y La consagración de la primavera de Stravinski. Creo que va a ser un programa muy fascinante. Y hablando de estrenos no puedo olvidarme de Òscar Colomina, que es un compositor interesantísimo y muy diferente a Cruixen. Tiene una grandísima expresividad y una profundidad emocional verdaderamente muy significativa. Nos presentará una obra que se llamará Pozos del Olvido y que está basada en un mito chino que cuenta que el alma, tras la muerte, se asoma a un pozo donde deja caer sus recuerdos para poder pasar a la siguiente vida sin ese peso. No sé siquiera si Òscar ha empezado ya a escribirla, pero será un estreno mundial aquí en Tenerife.

Y hay un estreno canario, también, ¿verdad?

Sí, y además es uno importantísimo. Nino Díaz nos compondrá una obra para acompañar –nada más y nada menos– que a la Novena sinfonía de Beethoven. Será en diciembre. Es una obra para tuba solista y percusión solista, una combinación muy atrevida. Yo he podido ver ya un borrador de la partitura y la verdad es que tengo muchas ganas de ponerle las manos encima. De hecho va a ser el segundo estreno que haremos.

Es curioso esto que comenta, estrenos mundiales que se verán en Tenerife y que se están creando ahora mismo, mientras hablamos.

Sí, es una maravilla. Y especialmente, en mi opinión, en una temporada que además se llama Visionarios. Vamos a presentar tantas obras que sorprendieron al mundo y que marcaron un antes y un después, pues tener tres estrenos tiene mucho sentido. Tendremos, además, la primera audición en España de una obra también fascinante que es Aurora, un concierto para violín y orquesta de Jimmy López. Es un compositor peruano y esta es una de esas obras contemporáneas que han venido para quedarse. Todos estamos apoyando la creación contemporánea –porque es muy importante que así sea– pero lo normal es que pocas de ellas perduren en el repertorio. El filtro de la historia y del público hace que solo algunas de ellas perduren en el repertorio. Creo que la Aurora de López ha venido para quedarse. Además, aquí la escucharemos con la magnífica violinista Leticia Moreno. Me hace mucha ilusión traerla por primera vez aquí a España.

¿Cuáles considera que son los puntos fuertes de esta orquesta?

La Sinfónica de Tenerife es una orquesta muy versátil. Tiene capacidad para abordar todo tipo de repertorios. No podría decirte un repertorio más propio de la Sinfónica de Tenerife, porque yo creo que su virtud precisamente es esa capacidad casi camaleónica para abordar cualquier tipo de música. Y es una de las cosas que más me motivan para trabajar aquí: hacer un repertorio muy diverso con una grandísima calidad. Con ellos ya he tenido la suerte en el pasado de explorar música muy variada. Hemos hecho Haydn, Mendelssohn, Nielsen, Brahms y Tchaikovsky. Tengo muchas ganas de hacer con ellos Mahler esta temporada, nunca he dirigido Mahler. Creo que es un repertorio que le va muy bien a la orquesta.

Y pensando siempre en el público: el que ya acude habitualmente y aquel que queda aún por conquistar. ¿No es cierto?

La temporada siempre se hace pensando principalmente en el público, que es a quien nos dirigimos. Y esta que viene está llena de obras maestras, pero también de pequeñas sorpresas. Por ejemplo, hay una obra fascinante de una compositora española muy desconocida, Rosa García Ascot. Fue alumna de Manuel de Falla, la única mujer miembro del Grupo de los Ocho. Fue un grupo de compositores en torno a la Generación del 27 que surgieron alrededor de la Residencia de Estudiantes, ahí donde estaban Lorca, Alberti y Buñuel. Presentaremos su obra Cielo Bajo.

Una de sus principales virtudes como director es la lectura emocional que hace de las partituras...

Creo que soy una persona bastante emotiva y me gusta mucho ahondar en lo que hay detrás de la música: el contexto histórico, el subtexto dramático y también las circunstancias del compositor. La verdad es que me gusta mucho, además de interpretar la obra, investigar sobre las circunstancias en las que fue compuesta.

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