Discos de la semana
Stereolab vuelve del futuro con su espléndido primer disco en 15 años
El grupo de origen londinense rearma tanto su sonido clásico, con pistas retrofuturistas y hallazgos melódicos en la voz de Laetitia Sadier, como su fondo ideológico de crítica anticapitalista
Los nuevos elepés de Robert Forster, Natalia Lafourcade y Marc Ribot, también reseñados

Stereolab / Joe Dillworth
'Instant holograms on metal film'
Stereolab
Warp Records
Pop experimental
★★★★
Stereolab se hizo un lugar en la era 'indie' aun jugando al despiste con su ensalada de influencias: senderismo con marchamo krautrock y melodías diáfanas con dicción francesa, entre la exploración sónica retrofuturista y la amabilidad del 'easy listening', con un fondo lírico de crítica política y cultural desde el ala izquierda y simpatías por el situacionismo de Guy Debord. Canciones de dulzura a veces engañosa, como 'Ping pong', su modesto 'hit' de 1994, que incrustó en aquella escena musical poco politizada una letra marxista sobre la naturaleza perversa de los ciclos económicos capitalistas.
A partir de este puzle desarrolló Stereolab un sonido propio, sutil, bonito y aventurado, no encuadrado en los ismos de la época (indie rock, Brit-pop, post-rock, IDM), que ahora vuelve a cobrar forma 15 años después de su última señal ('Not music', 2010). El grupo, que regresó a los escenarios en 2019 tras una pausa de diez años, conserva a su núcleo, la cantante francesa Laetitia Sadier y el guitarrista-teclista británico Tim Gane, a los que se suma otro histórico, el batería Andy Ramsay, así como el teclista Joseph Watson (reclutado en 2004) y un bajista nuevo que resulta ser el castellonense Xavier Muñoz Guimerà (vinculado dese hace años a la labor de Sadier en solitario). Quinteto con el que Stereolab reaparece como si se hubiera separado ayer.
Adormecimiento, consumo, codicia
El álbum arranca con 55 segundos de caos simpático ('Mystical plosives'), regado por señales electrónicas dispersas que acaban confluyendo en un tono, un clima que conduce a 'Aerial troubles', la canción lanzada previamente como sencillo (y video), donde Sadie suministra eslóganes con trazo clínico: "el adormecimiento ya no funciona", "un insaciable estado de consumo", "la codicia en un agujero imposible de rellenar"… Avisos a navegantes de que Stereolab no ha abdicado de su mirada ideológica. Tampoco de su gramática sonora: esa cadencia 'motorik', los teclados de otro tiempo y la voz dulcemente distante.
Pero Stereolab conserva su personalidad cuando se dirige a otros lugares, como en el notable 'Immortal hands', suerte de canto humanista-medioambiental (contra los "rascacielos egocéntricos") que deriva en un soleado plano 'funky' con metales (y la corneta de Ben LaMar Gay). O en 'Transmuted matter', sobre las arenas movedizas del drum’n’bass, o en ese agotador instrumental llamado 'Electrified teenybop!'. Sí, ellos siempre fueron resultones con los títulos.
Aunque sus obsesiones puedan resultar algo repetitivas ("el objetivo es manipular", insisten en 'Melodie is a wond'; la clase media es "una engañosa promesa", apuntan en 'Colour television'), tal vez el tiempo haya jugado a su favor. Y con todo ello, en 'Instant holograms on metal film', Stereolab se marca un regreso inquieto y refrescante. Jordi Bianciotto
Otros discos de la semana
'Strawberries'
Robert Forster
Tapete
Rock de autor
★★★★★
El ex-Go-Betweens imparte la enésima 'masterclass' en el arte de escribir canciones de apariencia simple y alto vuelo literario, capaces de conmover profundamente con unos pocos elementos bien dispuestos: la armónica de 'Tell it back to me', la guitarra española de 'Breakfast on the train', el delicioso dúo vocal en clave 'jazzy' con su esposa Karin Bäumler de 'Strawberries', el glockenspiel de 'Such a shame'… Ligereza jubilosa y honda sabiduría para un disco irrefutable. Rafael Tapounet
'Cancionera'
Natalia Lafourcade
Sony Music
Folk-canción
★★★★
Tras el laureado 'De todas las flores', la mexicana da otro paso al frente identificándose con el 'alter ego' de un personaje, 'Cancionera', en este surtido de partituras propias, que van del bolero a la canción tropical, con mística y romanticismo. Enfoque frondoso y concebido a la antigua, con 18 músicos tocando en directo en el estudio, y sustanciosas citas con el sentimiento jondo de Israel Fernández y las guitarras minuciosas de los Hermanos Gutiérrez. J. B.
'Map of a blue city'
Marc Ribot
New West Records
Canción
★★★★
Marc Ribot, guitarrista único, se presenta al fin como cantautor. Con una voz deshilachada que parece que no le dará para llegar al último verso -una voz que va del murmullo a la melodía medio entonada, una voz de no-cantante-, envuelta en guitarras que crujen y tiemblan, Ribot cuenta historias crudas y sombrías, tocadas por un halo de compasión. 'Map of a Blue City', rugoso, desgastado y por eso mismo bonito, ni reconforta ni arrulla. Pero una vez dejas que cale, cuesta sacártelo de dentro. Roger Roca
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