Entrevista

Juan José Millás: "Mis mejores decisiones no las he tomado yo, sino ellas a mí"

El escritor valenciano publica 'Ese imbécil va a escribir una novela', su último libro en el que el protagonista responde al nombre de Juan José Millás, es periodista y aborda el tema de la identidad. ¿Cuánto de realidad hay de la vida de auténtico Millás? "Es como la aleación de metales". Imposible de discernir. Millás en estado puro

Juna José Millas, este lunes, en València.

Juna José Millas, este lunes, en València. / Miguel Ángel Montesinos

Begoña Jorques

València

Un escritor que curiosamente responde al nombre de Juan José Millás recibe el encargo del periódico en el que colabora para escribir el que, cree, puede ser su último reportaje. Por ello debe pensar con cuidado el tema que sirva de broche de oro a toda una carrera. La búsqueda del reportaje perfecto -si es que existe- despierta en su interior el recuerdo de un episodio de su pasado, envuelto en la niebla entre la realidad y lo imaginado, que lo sitúa frente a una parte de su vida olvidada en el devenir de los años. Juan José Millás (Valencia, 1946) aborda en 'Ese imbécil va a escribir una novela' (Alfaguara) el misterio de la identidad, los límites de la ficción y el poder de la literatura para dar forma a lo real.

¿Es esta su novela más personal, junto a 'El mundo'?

'El mundo' era una novela también de carácter autobiográfico, pero 'Ese imbécil va a escribir una novela' entra más en mi mente. Digamos que 'El mundo', que era de carácter autobiográfico -aunque todas mis novelas lo son en alguna medida- entraba más en lo que me había sucedido y esta entra más en mi cabeza.

En su cabeza o en las dos cabezas que cuenta en el libro: la visible y la invisible, aunque a veces se hagan una. Cualquiera que no le haya leído nunca puede pensar que está majareta o más lúcido que nunca.

Pues allá él, quiero decir, no me paro a pensar en estas cosas.

¿Cuánto de real y cuánto de imaginario hay en este libro?

Pues, mira, este libro es como una aleación. Las aleaciones se distinguen porque no se pueden separar elementos. Imagina una moneda hecha de una aleación de metales, no se pueden separar una vez hecha la aleación, no se puede descomponer en sus componentes originales. Es decir, no se puede decir 'era aluminio, cobre y no sé qué', y además 'el porcentaje de aluminio era tal y el de cobre tanto'. Al final es una aleación. En esta novela es imposible trazar una frontera entre lo que es imaginado y lo que es real. Porque lo imaginado también es real.

El autor valenciano Juan José Millás, durante la entrevista.

El autor valenciano Juan José Millás, durante la entrevista. / Miguel Ángel Montesinos

¿Cuántas cabezas ha tenido a lo largo de su vida Juan José Millás?

Lo sorprendente es que a lo largo de la vida hay tantos cambios físicos que qué tengo que ver yo con el bebé recién nacido que fui, o con el niño de siete años de la infancia. Sin embargo, hay un 'yo' que se ha ido manteniendo a lo largo del tiempo. Esta es una de las cosas que más me sorprende, la existencia, la persistencia del 'yo'. En fin, ese 'yo' tiene otros 'alter ego', tiene contrarios, tiene amigos, tiene contramigos, pero creo que se mantiene firme.

Las mejores decisiones de su vida, ¿las ha tomado su 'yo' firme, el más consciente o esas cabezas invisibles?

Yo creo que las mejores decisiones de mi vida no has tomado yo, sino que he sido tomado por ellas. Es decir, a medida que avanza el tiempo, me doy cuenta de que todos mis movimientos, incluidos aquellos que fueron más decisivos en la historia de mi vida, fueron productos del azar.

¿En qué momento se encuentra ahora? ¿Qué Juan José Millás encuentra en el espejo cuando se mira?

Veo a un anciano, casi al muerto que seré.

"En esta novela es imposible trazar una frontera entre lo que es imaginado y lo que es real. Porque lo imaginado también es real"

En el libro reflexiona también sobre la vejez, precisamente. ¿Cómo tratamos a los mayores?

Fatal. Nos molestan los viejos. Mira lo que ocurrió con ellos en la pandemia. Es un error no escucharlos, pero las cosas no van por ahí. Se habla de sociedades en las que los viejos son venerados, pero deben ser lugares míticos. Aquí, en cambio, se han construido esas escombreras llamadas residencias. Y además se ha alargado la vida, pero no se ha alargado la calidad de la vida. Yo a veces digo que bendita eutanasia, porque es que es cierto que hay ciertos momentos en los que ya la vida deja de tener sentido. Y cuando la vida deja de tener sentido, uno debería poder decidir qué hacer con ella. Incluso cuando la vida tiene sentido, uno debería poder decidir qué hacer con ella.

El tema de la identidad siempre está muy presente en su obra, es casi una obsesión. No sé si a lo largo de estos años, a fuerza de trabajar la idea y reflexionar sobre ella, ha llegado alguna conclusión certera sobre qué es la identidad.

A la conclusión que he llegado es que se trata de algo muy frágil. Tanto que basta que te anestesien cuando te vas a someter a una operación quirúrgica para que desaparezca la identidad. O para que te mueras y desaparezca la identidad, porque la identidad no sigue por ahí dando vueltas una vez que te mueres. De manera que el 'yo' es algo ahí atornillado a la mente, pero con un tornillo de muy mala calidad. A veces se mueve un poco y uno se pregunta quién soy yo, dónde estoy, a dónde voy o de dónde vengo.

"En general, el mundo ahora mismo está en manos de imbéciles, cuyo jefe es Trump"

¿Qué le ayuda más a identificarse: ir a terapia o escribir una novela?

La literatura es un ejercicio muy importante porque ahí uno se estudia a sí mismo, incluso cuando uno habla de sí es como cuando un entomólogo estudia a un insecto.

En 'Ese imbécil va a escribir una novela' trata también el periodismo actual. En la novela, la redactora jefe le encarga el que cree que va a ser su último reportaje y anda en la búsqueda del tema perfecto para concluir su carrera. ¿Cómo ve el periodismo actual?

La novela, en cierto modo, es el resultado de un fracaso por no conseguir el tema del último reportaje. El periodismo tradicional, desde mi punto de vista, está en modo de supervivencia. No sabemos por qué será sustituido, pero se está trabajando con salarios de hace 20 o 30 años o menores y así es difícil hacer bien un producto del siglo XXI.

El título del libro es llamativo y sugerente. ¿Hay muchos imbéciles escribiendo novelas?

Bueno, hay muchos imbéciles haciendo de todo, escribiendo novelas o repartiendo carne en las carnicerías. En general, el mundo ahora mismo está en manos de imbéciles, cuyo jefe es Trump.

Portada de 'Ese imbécil va a escribir una novela' de Juna José Millás.

Portada de 'Ese imbécil va a escribir una novela' de Juna José Millás. / Levante-EMV

¿Hay demasiado escritor? No me refiero solo a los imbéciles.

No sé si se puede decir que hay demasiada gente que escribe. Que escriba quien quiera. Ya luego la realidad establecerá los filtros que crea conveniente. Quiero decir que a mí no me importa que escriba mucha gente, ¿qué más me da?

En el libro habla de ese último reportaje que se le encarga. ¿Cuántas novelas quedan todavía en la cabeza de Juan José Millás?

No hay una fila de temas esperando novelas. Acabo de terminar esta y luego ya veré. Cuando acabe la promoción seguramente me meteré con otra, pero todavía no lo sé. Yo tengo un cuaderno en el que voy apuntando ideas y luego las cojo y las hago novelas.

¿Alguna que se pueda confesar?

Los escritores tenemos la impresión de que cuando hablamos públicamente de ideas que no hemos realizado, las gafamos.

¿Hay superstición?

Sí, mucha.

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