Entrevista | Javier Sierra Escritor / Autor de 'El Plan Maestro'
Javier Sierra: el "gran apagón" es el simulacro general de las catástrofes que se nos vienen encima
El novelista de trazo misterioso, ganador del Premio Planeta con 'El fuego invisible' (2017), se adentra en una nueva trama en la que el arte es un actor principal.

Javier Sierra (Teruel, 1971), en el Museo del Prado de Madrid / Javier Ocaña

Durante la noche de este martes desveló las claves de su última novela en el teatro de El Sauzal en un face to face con el tinerfeño José Gregorio González en una cita organizada por la librería El Barco de Papel y este miércoles cierra su minigira tinerfeña –el lunes estuvo en La Palma–con un acto que tendrá lugar a las 20:00 horas en el Auditorio del SIEC de San Isidro (Granadilla). Será un buen instante para rescatar una escena anotada en las páginas de El Plan Maestro (Planeta) en la que Javier Sierra (Teruel, 1971) imagina que un apagón deja «desarmado» el Museo del Prado. ¡Menuda puntería!
Todo el mundo habla de lo que la dirección del Prado le ha recordado en las últimas horas a través de un tuit...
...el apagón es un material muy goloso para una novela.
Sí que lo es.
Es la noticia del momento y, por tanto, un escenario más que posible para una historia de misterio. Este es el simulacro general de las catástrofes que nos vienen. Somos muy dependientes de algo tan frágil como es la electricidad y que se pierda puede colapsar la civilización.
Estaríamos hablando de una crisis con muchas escalas, ¿no?
Sí, desde lo más pequeño, como puede ser calentar un pequeño caldero con comida, a una crisis en la que se vean involucrados trenes y aviones... Ya hay gente que ha soñado este tipo de cosas.
Sí, lo normal es ponernos en lo peor.
A finales del siglo XIX una tormenta solar provocó lo que llamaron el evento Carrington [el astrónomo inglés Richard Carrington fue el primero en observar en 1859 el fenómeno de este tipo más potente que se ha registrado en la historia], un contratiempo que ocasionó que las líneas telegráficas de Canadá y Estados Unidos ardieran. Si un suceso de ese tipo ocurriera hoy nos dejaría sin memoria en los ordenadores, sin capacidad de suministro eléctrico y en una situación de caos parecida a la que hemos vivido en España en las últimas horas... Me «encanta», siempre entre comillas, que esto haya ocurrido porque alerta a los gobernantes de que hay que poner los medios necesarios para evitar un gran cataclismo.
¿A lo mejor el problema es que oímos la palabra «guerra» y pensamos en un escenario más belicoso y hostil?
En geoestrategia llevamos hablando ya unos cuantos años del término guerra de baja intensidad. Esos conflictos no se cobran víctimas por balazos, pero sí de otra manera. Éste es uno de los escenarios que puede encajar como a anillo a un dedo después de que la Comisión Europea estuviera debatiendo la pasada semana si era conveniente o no reforzar los sistemas eléctricos ante eventuales ataques informáticos.
"No, no me imagino haciendo literatura erótica, romántica, política o novela negra", resuelve el periodista nacido en Teruel
Fijemos el objetivo sobre ‘El Plan Maestro’.
Adelante.
Tenía ganas de volver a contar una historia de misterio.
Muchas, muchas ganas. El último libro que publiqué fue El mensaje de Pandora (2020), una novela de pandemia que casi no pude promocionar porque la covid nos encerró en casa... Sí, después de una crisis sanitaria tenía ganar de volver a la carretera a defender este libro como los viejos rockeros.
¿Se ha quedado a gusto?
Muy a gusto con el resultado de esta aventura literaria, pero espero seguir sumando vivencias.
Esta vez sí ha incluido Canarias en su hoja de ruta.
Me gustaría pisar el mayor territorio posible con la promoción de El Plan Maestro... Yo vine por primera vez a las Islas con 16 años invitado por Paco Padrón. Aquella experiencia en La Laguna la recuerdo como una especie de vuelo a la Atlántida; un viaje hacia un mundo misterioso que con el paso de los años se ha transformado en un largo idilio.
¿Qué hay entre estos capítulos?
Unas cuantas cosas pero, sobre todo, hay una gran pregunta que tiene que ver con el hecho de para qué el ser humano inventó el arte hace unos 70.000 años. Durante la búsqueda de estas respuestas me he encontrado con algunas posibilidades realmente fascinantes. El arte fue considerado en sus orígenes como una forma de señalar los puntos de intersección entre el más allá y el más acá.
Descifrar los códigos secretos de una obra de arte debe ser algo parecido a resolver un crimen.
Puede ser, pero necesitas a alguien que sepa interpretar el hecho artístico, es decir, el arte sin relato no es más que algo estético y superficial. Sin embargo, cuando te cruzas con al maestro descubres esas claves se transforma en una experiencia inmersiva.
¿Y usted encontró un maestro?
Yo tuve un encuentro con un señor misterioso en el Museo del Prado que me enseñó a leer tablas del Renacimiento. Eso ocurrió con 19 años, recién llegado a Madrid, y a partir de ese instante decidí convertir aquel cruce de caminos con la persona que me enseñó a interpretar el arte en un personaje de mis novelas. Esa línea de ficción arrancó hace 12 años con El maestro del Prado (2013) y ahora la he querido cerrar con El Plan Maestro.
Cierto, una vez leí que «dejar un final abierto casi le había supuesto un pecado mortal», ¿ya ha pasado por el confesionario para quitarse esa carga literaria?
[ríe] Digamos que me he redimido con una trama que tenía muchas ganas de contar. En este libro he querido generar empatía con el lector planteando una historia en la que yo soy uno de los protagonistas... Obviamente no soy el primer escritor que juega consigo mismo para intentar esa conexión, pero el Javier Sierra que transita por estas páginas es bastante osado a la hora de abordar unos episodios que son históricos y otras escenas que forman parte de la ciencia ficción. Eso me gusta porque es una provocación que creo el lector va a saber apreciar.
¿Le ha sorprendido el Javier Sierra que deambula entre renglones?
Se me ha rebelado [ja, ja, ja]. Esto es algo que, a veces, los personajes hacen y el Javier Sierra que aparece en estos capítulos no iba a ser menos. Este señor ha querido reivindicar su personalidad por encima de la mía... Es un juego que se parece mucho a las pinturas prehistóricas. En este caso, la membrana es el papel y aquí hay un Javier Sierra al otro lado del folio que se toma la historia por su cuenta.
"Éste es uno de los escenarios que puede encajar como a anillo a un dedo después de que la Comisión Europea estuviera debatiendo la pasada semana si era conveniente o no reforzar los sistemas eléctricos ante eventuales ataques informáticos", declara el aragonés
Imagino su respuesta, pero le hago la pregunta igual; ¿usted no se ve haciendo otro tipo de literatura en la que no haya misterio?
¿Me está preguntando si me veo escribiendo otro tipo de libros? [Silencio]. No, no me imagino haciendo literatura erótica, romántica, política o novela negra.
Escritor de éxito con ADN de periodista
Escritor y periodista que conquistó el Planeta con El fuego invisible (2017), Javier Sierra tiene claro que su primer deseo [aunque suene repetitivo] cuando planifica una novela es "escribir una novela. Ése es mi único propósito; tratar de responder las grandes preguntas que se hace la humanidad a través de la literatura”, cuenta un autor que la primavera de 2006 apareció en el listado de los novelistas más vendidos en Estados Unidos elaborada por The New York Times, un hecho que coincidió con la publicación de La cena secreta, una trama que da pie a una a una nuevo interrogatorio: “Antes de ser novelista yo ejercí el periodismo y el que desarrolla el oficio de informar hace lo que está haciendo usted ahora conmigo: pregunta para obtener respuestas”, acota cuando sobre la mesa aparece el tema de tener que agotar una generosa dosis de documentación antes de sentarse a escribir tramas como Las puertas templarias o El secreto egipcio de Napoleón para no caer en los temidos errores históricos ante lectores que dominan la materia. "Preguntar, repreguntar y buscar al experto es algo que saben hacen los buenos periodistas… Soy muy pesado antes de cerrar un relato y le doy muchas vueltas a un tema. Esto es algo parecido a lo que hizo Carl Sagan en el momento de consultarle Kip Thorne sobre los agujeros negros para darle un relato mucho más creíble a Contact". Sobre la delgada línea que separa al periodista del escritor, el aragonés cree que ha seguido los pasos de grandes narradores como Pío Baroja, García Márquez, Pérez-Reverte o el canario Benito Pérez Galdós: "Son unos cuantos de esos muchos autores que vienen del mundo del periodismo, pero que el oficio de informar se les queda corto porque en el espacio de una noticia no pueden bocetar cómo es el alma de los protagonistas de sus informaciones y saltan al mundo de la novela para cubrir sus necesidades y retratar esas almas", comenta uno de los fundadores de la revista Año Cero y colaborador habitual del programa Cuarto Milenio, que presenta Iker Jiménez. “El Plan Maestro es como una lente o un cristal que cambia la manera de ver el mundo a través del arte”, confiesa el autor de obras como La dama azul o La pirámide inmortal.
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