El día que Mario Vargas Llosa se enamoró de los cielos de Canarias

El Nobel de Literatura fallecido este lunes vistió el Observatorio del Roque de Los Muchachos junto a Isabel Preysler

El escritor Mario Vargas Llosa junto al exdirector del IAC, Rafael Rebolo bajo el cielo de La Palma

El escritor Mario Vargas Llosa junto al exdirector del IAC, Rafael Rebolo bajo el cielo de La Palma / El Día

M. Plasencia

M. Plasencia

Santa Cruz de Tenerife

Verano de 2018. Mario Vargas Llosa ya podía presumir de una carrera literaria más que envidiable e incluso se había coronado con el Premio Nobel de esta disciplina. En España empezaba a ser además un habitual en la conocida como prensa rosa gracias a su relación con Isabel Preysler. Pero aún le quedaban experiencias por vivir y una de ellas fue en Canarias.

El escritor, fallecido este lunes a los 89 años, había mantenido hasta entonces una estrecha relación con el Archipiélago, donde decía sentirse como en casa. De hecho, había viajado a las Islas unos años antes para recibir un enésimo reconocimiento en su carrera: Hijo Adoptivo del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.

Sus visitas a Tenerife también fueron sonadas, sobre todo a finales de los 80, en pleno auge de su prosa. También conoció Lanzarote de la mano de su amigo el escritor Juan Cruz, donde quedó maravillado de la obra de César Manrique y fue La Palma la última isla que pudo descubrir.

Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler a los pies del Gran Telescopio Canarias.

Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler a los pies del Gran Telescopio Canarias. / El Día

Fuente de inspiración

Invitado por el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) dentro de su proyecto En un lugar del Universo, Mario Vargas Llosa visitó el Observatorio del Roque de Los Muchachos, en la Isla Bonita. Y quedó prendado. Tanto que si le hubiera pillado más joven, habría usado el cielo de Canarias como musa.

“Pasear entre las estrellas es una fuente riquísima de inspiración”, dijo entonces el escritor tras conocer el trabajo de los científicos en el Gran Telescopio Canarias (GTC) y los telescopios Magic.

Y es que precisamente el proyecto auspiciado por el IAC pretendía fusionar astronomía y literatura, por lo que se invitó a reconocidas figuras de la literatura hispana a conocer el día a día del personal científico-técnico del centro, su entorno de trabajo y los proyectos en los que está involucrado. Elsa López, Rosa Montero, Juan Jesús Armas Marcelo o Nicolás Melini, precedieron a la ilustre visita de Mario Vargas Llosa.

Vargas Llosa firma el libro de honor del Observatorio del Roque de Los Muchachos.

Vargas Llosa firma el libro de honor del Observatorio del Roque de Los Muchachos. / El Día

Ciencia y belleza

La experiencia de pasar un día y sobre todo una noche en el Observatorio de La Palma fue para el escritor “realmente única, no sólo por la riqueza de la misma, lo que significa a través de esos telescopios tan poderosos visitar el Universo, acercarse de alguna manera a ese espacio infinito del que formamos parte, sino también por todas las explicaciones que he recibido, las informaciones del propio director del observatorio y la experiencia de vivir de cerca lo que es la vida de un astrónomo, la manera de cómo esta disciplina lleva a conocer esa inmensidad de la que formamos parte, en la que la ciencia ha avanzado tanto sin resolver todos los problemas, por el contrario, añadiendo más preguntas a las muchas que nos hacíamos sobre de dónde venimos, adónde vamos, qué significa formar parte de esta inmensidad sin límites”.

“Ver la Vía Láctea, ver los astros que nos rodean, acercándonos a ellos a través del telescopio, escuchar las explicaciones de los astrónomos allí viviendo la experiencia es algo que tiene una realidad estética. Realmente todo esto es muy bello”, dijo. Vargas Llosa añadió que contemplar esa inmensidad del firmamento “nos hace ver lo pequeños, lo frágiles que somos los habitantes de este pequeñísimo planeta en comparación con la infinidad de planetas que ocupan ese espacio que no tiene límites y que, según las explicaciones de los astrónomos, podría tener un tiempo, es decir, un principio, de acuerdo a ciertas teoría”, explicó.

“La verdad –subrayó- es que la Isla es preciosa. Ya me habían dicho que era muy diferente de las otras y lo he comprobado, con una geografía muy propia, muy peculiar", añadió Vargas Llosa tras su visita.

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