Regreso de los abismos
Mario Vaquerizo: “El ‘nancyrubismo’ se ha impuesto: hoy los conciertos son con bases pregrabadas y no pasa nada”
El cantante y ‘entertainer’ retoma su actividad con su grupo, Nancys Rubias, cinco meses de la caída del escenario que casi le costó la vida, con una nueva canción, ‘Reset’, en la que aboga por hacer borrón y cuenta nueva y “bailar, cantar y ser feliz”

Mario Vaquerizo, el pasado 13 de marzo en Barcelona. / Jordi Otix
Jordi Bianciotto
El pasado 19 de octubre, Mario Vaquerizo se daba un tortazo de campeonato al caerse de la plataforma giratoria desde la que cantaba y bailaba cual diva desencadenada, en un concierto en Cáceres. Interpretaba el himno ‘Your disco needs you’, de Kylie Minogue, y no, no tuvo gracia: se fracturó las vértebras cervicales y perdió la vista durante largos días. “Siempre he tenido una capacidad de convertir el drama en comedia, pero cuando me dieron el diagnóstico y me dijeron que tenía mucha suerte de estar vivo y que no sabían si recuperaría la visión, pensé que prefería estar muerto. Ahora me siento con más templanza, reseteado, y eso lo aprendí de Debbie Harry”, explica el cantante, periodista, ‘entertainer’, celebridad televisiva y figura más visible del grupo glam-pop-disco-trash Nancys Rubias.

Mario Vaquerizo, el pasado 13 de marzo en Barcelona. / Jordi Otix
De eso va ese nuevo ‘single’, titulado precisamente ‘Reset’, que desprende un mensaje de “celebrar la vida y, como dice la letra, querer bailar, cantar y ser feliz”. Un borrón y cuenta nueva, cómo no, muy hedonista en el que toma como inspiración la reacción de la cantante de Blondie durante un concierto en el que sufrió un problema técnico. “Fuimos a verla a Londres, Olvido y yo, y se le desconfiguró la batería a Clem Burke. Entonces ella dijo: ‘¡stop!, hoy no me he levantado con buen pie y lo mejor es parar, resetear y volver a empezar’. Acabaron dando un concierto estupendo”, cuenta. Tiempo después el matrimonio Gara-Vaquerizo recibió a Harry de visita en su casa de Madrid. “Fue lo más bonito del mundo cuando oí su voz en el interfono: ‘Hi, Mario, I’m Debbie’. Luego Olvido me dijo que se había dado cuenta de que tiene más que ver con Debbie que con Siouxsie, porque ella demuestra que puedes ser auténtica y formar parte del ‘mainstream’”.

Mario Vaquerizo, el pasado 13 de marzo en Barcelona. / Jordi Otix
Grupo de filias y fobias
Ahí están, desde hace ya veinte años, Nancys Rubias, un grupo “muy marciano y raro, al que no ponen en las radiofórmulas”, si bien (casi) todo el mundo sabe quién es Mario Vaquerizo. ¿Para bien y para mal? “Soy una persona que gusta o no gusta, y las Nancys, ya sea por imagen o por la forma de comportarnos, producimos rechazo. Pero un día me encontré con Jorge (Martínez), de Ilegales, que más antagónicos no podemos ser, y nos pusimos a hablar y a beber cerveza, y me dijo: ‘tío, menos mal que te he conocido, porque pensaba que eras un auténtico gilipollas, ¿por qué no hacemos una versión juntos?’”, revela. El ‘cover’ no se materializó (“artísticamente estamos muy lejos”), pero el episodio reforzó a Vaquerizo en su principio de que “los prejuicios y los dogmas son malísimos”.

Mario Vaquerizo, el pasado 13 de marzo en Barcelona. / Jordi Otix
El ’reseteísmo’, su nueva filosofía, cuelga del ‘nancyrubismo’, que, viendo la evolución de los conciertos pop, “se ha acabado imponiendo, porque ahora todos son con bases pregrabadas y no pasa nada”, observa. Ellos siguen estando incapacitados para tocar un instrumento, y a mucha honra. “Juan Pedro (del Moral, Nancy Travesti), me dijo que quería aprender a tocar la guitarra y le advertí de como lo hiciera lo echaba del grupo. A mí me gusta entretener. Lo que hay que hacer es tener buenas canciones, y para eso ya tengo al genio Nacho Canut”, razona. “Fui a ver a Kiss y la guitarra de Paul Stanley no sonaba. Pero me daba igual. Yo vengo del circo, del artificio. Prince era un gran guitarrista, pero no hacía falta que lo fuera: era genial con sus canciones, sus taconcitos, su blusa de lunares…”
Vaquerizo pasó miedo cuando sus ojos fallaron, “una o dos semanas”, dice, percibiendo que su espacio mental lo ocupaban visiones fuera de su control. “Es algo normal: el cerebro se rellena con otras imágenes. Hay gente que ve, por ejemplo, culebras y se vuelve loca. Lo llaman el síndrome de ‘Alicia en el país de las maravillas’”. Hasta que cierto día comenzó a vislumbrar “los rótulos del programa de Ana Rosa”. ¡Salvado! Nancys Rubias planean otros ‘singles’ de temática homologable: ‘El cardado me salvó la vida’ (la frase que le dijo a Nacho Canut al salir del hospital en Cáceres en silla de ruedas) y ‘Vivita y coleando’, camino de un futuro álbum. Y pronto volverán a los escenarios. “Estamos en contratación abierta, como las folclóricas”.
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