El escritor que quiso ser cura, fue mossos d’escuadra y ahora es un reclamo para los lectores

Casi fue cura antes que escritor, pero Víctor del Árbol (Barcelona, 1968) siempre tuvo claro que lo suyo era contar historias. Ni siquiera cuando ejerció como un integrante de los Mossos d’Escuadra se alejó de un universo que le ha convertido en uno de los autores más leídos del panorama nacional. A escasas horas de presentar en Lanzarote su última novela (El tiempo de las fieras / Destino), el ganador del Premio Nadal 2016 con la novela La víspera de casi todo desata toda su creatividad oscura en una historia que se explica en su portada: una ficha de dominó ensangrentada sobre un fondo negro: la caída de una pieza desatará una reacción en cadena.

La novela se presenta el próximo martes, a partir de las 19:00 horas, en la Fundación César Manrique. Y es que el artista lanzaroteño, mejor dicho la magnitud de su obra, es uno de los efectos colaterales de El tiempo de las fieras. Un personaje siente admiración por la fusión de la arquitectura con la naturaleza y qué mejor escenario que este espacio volcánico para abrir el apetito de los lectores.

“-Hubo un tiempo en el que éramos las presas. Pero un día fuimos capaces de invertir el ciclo de la vida y la muerte; eso ocurrió cuando aceptamos lo que somos. Cazamos porque nosotros, y no ellos, somos las fieras. Somos los depredadores. Más vale que lo entiendas de una vez.”

Hijo de inmigrantes, Del Árbol creció en el seno de una familia humilde que residía en el barrio de Torre Baró. En sus calles conoció a lo que antes se conocía como un sacerdote obrero que despertó su vocación religiosa. “Aquel cura era como una especie de héroe cotidiano y, enseguida, pensé: ¡De mayor quiero ser como éste!”, avanza sobre los cinco años que permaneció en el seminario. “Entonces tenía claro que quería ordenarme, luego hacerme misionero y, por último, que me mandaran a América Latina”, enumera en una fase de la entrevista en la que el autor barcelonés asegura que él ha escrito “desde que era niño, pero una cosa es lo que sueñas ser y otra bien distinta por dónde te lleva la vida”, añadiendo que “todas las vidas que he tenido están conectadas con las circunstancias personales que tuve que vivir”, confiesa, perdón, asegura el novelista de títulos tan reconocidos como El peso de los muertos (Premio Tiflos – 2006); El abismo de los sueños (finalista del Premio Fernando Lara); La víspera de casi todo (Premio Nadal – 2016); Por encima de la lluvia (Premio Valencia Negra – 2017) o Un millón de gotas (2014). También es el impulsor de La tristeza del samurái, que se ha llegado a traducir a once idiomas.

La ausencia de Alexis Ravelo

Amigo personal de Alexis Ravelo (Las Palmas de Gran Canaria, 1971-2023), Víctor del Árbol se llevó un buen disgustó cuando conoció la noticia de su fallecimiento. “Era una persona que llenaba los sitios con su presencia, un pozo de sabiduría que sabía de cine, literatura, teatro… Alexis era un tipo hecho así mismo y yo admiro a la gente que viene desde abajo y construye su vida de la nada. Además, tenía un sentido del humor que hacía sentirte cómodo a su lado”, exalta no sin olvidar que “su marcha fue un palo, se fue demasiado pronto y dejó un hueco imposible de cubrir por su calidad humana y literaria”. El creador de El tiempo de las fieras no parece dudar cuando afirma que “al publicar las primeras veces en la Península muchos nos dimos cuenta de que ese tío iba a colocar a Canarias en el centro de la literatura española”, concluye.