Dibujos con un mensaje oculto

La artista de origen cubano Eilyn Pérez Amores inaugura en Desván Blanco ‘Umbral’

Un detalle de la muestra de Pérez Amores.

Un detalle de la muestra de Pérez Amores. / El Día

Patricia Ginovés

Patricia Ginovés

Santa Cruz de Tenerife

La artista de origen cubano Eilyn Pérez Amores protagoniza la nueva muestra de Desván Blanco Espacio Cultural con Umbral, una propuesta que podrá visitarse hasta el próximo 10 de febrero. Dibujos en blanco y negro de diferentes formatos protagonizan esta propuesta en la que el público adquiere un papel activo puesto que es el encargado de interpretar las imágenes y descubrir algunos de los secretos que albergan. Pérez Amores nació en Cuba pero desde hace años reside en Canarias donde ha dado a conocer su propuesta artística a través de numerosas exhibiciones individuales y colectivas que ha protagonizado en el Archipiélago.

Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de la Laguna (ULL), también es técnico medio en la Especialidad Dibujo y Grabado y profesora por la Escuela de Arte de San Alejandro, en su Cuba natal. Comenzó a pintar cuando aún era muy pequeña, en La Habana, y siempre se ha centrado, precisamente, en el dibujo, una técnica que desarrolla con pocos elementos, tan solo los esenciales, y a los que nunca les pone título porque le gusta que el público se apodere de ellos y los interprete. 

Toda la obra de Pérez Amores nace de una primera experiencia, suceso o situación que siente la necesidad de registrar, aunque reduciendo todo a los elementos esenciales del dibujo, como son la línea y el plano y el blanco y negro para, al mismo tiempo, lograr expresar múltiples ideas. Así, los trabajos que se pueden ver ahora en Desván Blanco «son parte de la necesidad de comunicar algo personal, pero también de explorar la historia en la que vivimos», afirma la autora, a quien le gusta relatar sucesos a través de la figura y su escenario íntimo. De este modo, la creadora ubica al personaje en un fondo que no solo lo contextualiza, sino que también es protagonista en sí mismo. «Cada obra refleja un testimonio, una historia que, me gusta pensar, el espectador puede hacer suya, apropiársela y evocar para sí mismo cualquier idea», añade Pérez Amores. Pero ante todo esta muestra es un reflejo del propio aprendizaje que ha llevado a cabo la creadora a lo largo de su vida y de su carrera artística: «Es parte de lo que me rodea. Una puerta que entreabre el camino, interviniendo el espacio y la vivencia del otro».

Daniasa Curbelo es la artista e investigadora multidisciplinar encargada de dar forma al texto del catálogo de esta exposición de Desván Blanco y afirma que, cuando se acerca al trabajo de Pérez Amores «experimento algo similar a lo me sucede siempre que vuelvo a alongarme por el balcón de mi noveno piso: vértigo». Matiza que «el vértigo es una suerte de resistencia, un estado limítrofe entre la cordura y la sensatez racional y el impulso inmediato» y añade que muchas personas se encuentran en ese estado de resistencia en sus vidas «más de lo que creemos».

«Las personas habitamos diariamente distintos umbrales de representación y significación cultural» y añade que estos son «lugares fronterizos del ser» que «nos hacen replantearnos constantemente nuestra propia presencia en el mundo». Por todo ello, explica que esta propuesta artística «reflexiona en torno a la idea de lo limítrofe, especialmente visto desde un sentido psicológico o espiritual, para cuestionar lo incuestionable, lo absoluto, lo que consideramos verdadero».

Eilyn Pérez Amores afirma que Desván Blanco es un espacio que encaja a la perfección con el trabajo artístico que ella realiza y para el que ha dado forma a alrededor de 24 piezas, de pequeño y gran formato en los que la autora incluye, además, frases, textos y deseos como una forma de «exorcizar mis pensamientos» y por eso invita ahora a los asistentes a descubrir esos pequeños guiños que son, afirma, «un regalo que les hago para que lo disfruten».

De este modo, la respuesta del público es muy importante para Eilyn Pérez Amores, quien añade que «me gusta que las personas se vean reflejadas en mi trabajo», sobre todo cuando se trata de una obra tan personal, que no obstante logra llegar a personas diferentes. Así, la autora no solo está deseosa de compartir un rato con los visitantes, sino que los anima a realizar su propio viaje.

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