La ‘cara B’ del reggae fusión canario

Los siete integrantes de la banda tinerfeña The Conqueror Project se citan en Fanfalate

Actuarán unto al timplista Hirahi Afonso el próximo 20 de enero

La ‘cara B’ del reggae fusión canario

La ‘cara B’ del reggae fusión canario / ED

Daniela Marrero

Santa Cruz de Tenerife

Alquimista de géneros musicales y alma mater de The Conqueror Project. Julio Armas (Santa Cruz de Tenerife, 1980) fusionaba ondas sonoras con ritmos jamaicanos para exportarlas en formato punto mp3.

La magia del subgénero emanaba entre cuatro paredes insonorizadas en su estudio particular de Santa Cruz de Tenerife. Como los apóstoles al Mesías, seis músicos tinerfeños rompían con el folclore tradicional y saltaban al reggae, embarcándose en el proyecto de Armas. Así nacía oficialmente en 2016 The Conqueror Project, el nuevo tallo que crecía de sus colectivos hermanos y más veteranos, The Conqueror Of Dub meets Natural Teacher y Pachumba.

La banda se hizo hueco rápido en la escena, participando en diversos festivales de referencia en el Archipiélago. De la lista isleña tachan dos ediciones del Festival Boreal, la última en 2022, el Womad de Las Palmas de Gran Canaria en 2021, la Fiesta de Radio 3 de 2022 en el Aguere Espacio Cultural, el Mapas Fest 2022, entre otros muchos como el Festival de Músicas Alternativas de Canarias, el Reggae Can Festival, Timijiraque Vive de El Hierro, Sonodosis... Un registro que continúa en expansión este mes. Junto al timplista Hirahi Afonso, que casi referenciándose a sí mismo en su último elepé Lo Puro, donde canta: «La mezcla es lo puro. Lo puro está en la mezcla», The Conqueror Project combina su sonido con el jazz folclórico de Afonso el próximo sábado 20 de enero en el Fanfalate.

El evento organizado por Lambada Records Bar, Discolate, Tormento Colectivo y Arequipa6 prosigue en la línea de servir como punto de encuentro para artistas que incursionan en géneros que caen del lado underground. Una contraposición de elementos que florece entre las naves industriales del Sebadal de la calle Corrientes número nueve.

Para esta gala tercera edición, The Conqueror Project ensaya con ahínco a fin de hacer frente al gigante de Hirahi Afonso. Estarán, como de costumbre, Eduardo Morales al teclado; las cuerdas, con José Pérez Rodrigo en la guitarra, y el bajo a cargo de Jaime Amador; acompañará con la guitarra y la voz, Diego Hernández; la batería de Héctor Mesa, seguido del percusionista Carlos Pérez; por último, en la mezcla de efectos estará, Julio Armas. Diversos músicos de la escena reggae tinerfeña con trayectorias consolidadas en diferentes formaciones que sellan con el dub una forma de vida.

Armas, artífice del conjunto y al que sus compañeros se dirigen de manera sarcástica como el «dueño», es también el ‘director de orquesta’ que conduce el repertorio en directo. Una de las señas de identidad de The Conquerer Project. La improvisación es el método favorito para preservar la originalidad y atención del grupo, además de ser un rasgo distintivo que les define. «Nuestros conciertos son muy abiertos y diferentes porque siempre estamos pendientes de ver qué nos pide Julio», confiesa Diego Hernández, el vocalista. Aunque explican no dejarlo todo abierto a la aleatoriedad, y recaen en que para estar seguros sobre el escenario antes ensayan bastante. «Creo que para improvisar lo más importante es que hayamos ensayado mucho, para poder después estar seguros de que no nos vamos a equivocar», asegura.

Acerca de los planes del colectivo para este recién estrenado 2024, The Conquerer Project prefiere no desvelar la hoja de ruta, sin embargo, adelantan que pasarán por los escenarios de un festival de Gran Canaria, y el lanzamiento de nueva música más pronto que tarde.

El reggae compone el estilo de vida de sus siete integrantes, pero ¿qué es el dub? «Psicodelia a bajas revoluciones», bromea José Pérez, guitarrista del grupo. El dub es un subgénero del reggae que nace en Reino Unido fruto de la precariedad. Los diyey aprovechaban las caras B de los cedés o vinilos para grabar remezclas de la misma música, añadiendo un carácter más electrónico que enfatizan los bajos.

Los comienzos del género matriz del dub, el reggae, tienen lugar en Jamaica con la explosión de un mítico Bob Marley. El fenómeno rápidamente se internacionaliza, y los mensajes de paz cruzan el Atlántico y arriban a las Islas Canarias en casetes. Lo importaban, en un acto casi clandestino, los extranjeros pioneros del surf que buscaban nuevas olas en las costas canarias. Aquellos lugares que guardan fuerte tradición surfera, como pueden ser la localidad de Bajamar o Punta de Hidalgo, desarrollaron una fuerte tradición rastafari. «Yo vivo cerca de la punta de Bajamar, que es donde vive la mayoría de estos surferos. A mí me cala mucho el punto de hipnosis que causa, un poco el trance», explica Hernández.

Desde entonces, afloran en el Archipiélago diferentes bandas como Ruts & La Isla Music, también de Tenerife, o Tiritaña Reggae en Gran Canaria. Diego Hernández no sabe explicarlo, pero para él, «en Canarias se hace el mejor reggae del país». Será la cercanía al mar lo que conecta a los canarios con la filosofía y religión rastafari, aunque hoy en día se ha extendido en todas las latitudes del globo terráqueo y reúne adeptos sin importar idioma ni cultura. «Somos los jamaicanos de Europa», declara el cantante.

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