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La afición de Mariano Murga se transforma en legado

El militar Mariano Murga, fotógrafo aficionado, documentó los acontecimientos de principios del siglo XX en Tenerife

Uno de los ortocromas de la colección de Mariano Murga. Niños en una cueva en la carretera a San Andrés, ante la montaña La Jurada, en 1915.

Uno de los ortocromas de la colección de Mariano Murga. Niños en una cueva en la carretera a San Andrés, ante la montaña La Jurada, en 1915. / El Día

Patricia Ginovés

Patricia Ginovés

Santa Cruz de Tenerife

La afición de un militar a la fotografía protagoniza un libro que ofrece al público las primeras imágenes a color tomadas y reveladas en el Archipiélago. ‘El antiguo Tenerife. La colección Mariano Murga’, de Carlos García y Guillermo de la Barreda, recoge el trabajo realizado por Murga entre 1913 y 1920.

El antiguo Tenerife. La colección Mariano Murga es un viaje al pasado de la mano de uno de los fotógrafos que, sin haberlo planeado, han dejado tras de sí uno de los legados más importantes del pasado reciente de Tenerife. Este es el nombre de este nuevo volumen –la primera parte de una colección que espera poder lanzar su segundo y último tomo en breve– que llega de la mano de los médicos tinerfeños Carlos García y Guillermo de la Barreda. Prologado por el alcalde de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez, este ejemplar ofrece una colección inédita de imágenes del fotógrafo aficionado y militar de profesión Mariano Murga Villalonga. Se trata de fotografías estereoscópicas que forman parte de la herencia que Murga legó a su familia y que ahora posee De la Barreda.

García lleva años dedicado al mundo de la recuperación fotográfica y hace tiempo descubrió que su compañero de servicio médico Guillermo de la Barreda había heredado una colección fotográfica de su abuela a la que la familia no le había dado demasiada importancia, pero que tenía un gran valor. Tras insistir durante cerca de una década, García consiguió acceder a estas imágenes, y junto a su actual propietario, han dado forma a este libro.

El protagonista de esta publicación es Mariano Murga, un militar originario de Huesca que llegó a Tenerife a comienzos del siglo XX y se que se casó con la abuela de Guillermo de la Barrera en 1908. «Fue un hombre muy popular en la vida social y cultural de Tenerife en aquella época», asegura Carlos García, quien enumera que Murga fue, entre otros cargos, presidente del Club Tinerfeño –actualmente el Club Náutico– y directivo del Real Casino de Tenerife. También fue actor, ventrílocuo y prestidigitador. Dentro de su faceta militar, llegó a ser en seis ocasiones ayudante de campo de los seis capitanes generales diferentes que tuvo Canarias. «Tenía un gran don de gentes y también era fotógrafo aficionado y se dedicó que retratar diferentes detalles de la Isla», relata el coautor de este libro quien destaca que esta colección abarca desde 1913 a 1920: «Con la cámara al hombro tuvo la oportunidad de legarnos la historia gráfica de Tenerife, con imágenes de Los Realejos, La Orotava, Puerto de la Cruz o Santa Cruz, donde plasmó fiestas religiosas, personajes e imágenes costumbristas».

La colección de Mariano Murga está compuesta por unas 390 fotos. El antiguo Tenerife. La colección Mariano Murga consta ahora de capítulos. El primero, bajo el título Álbum fotográfico, consta de 84 fotos; el segundo, Crónicas sociales ilustradas alterna las fotografías de Murga con crónicas escritas en aquellos años que relatan los acontecimientos que se ven plasmados en las imágenes.

A pesar de que ha sido un largo trabajo porque algunas placas no estaban en buen estado y ha habido que escanearlas una por una, Carlos García celebra la «meticulosidad» de Murga, que junto a su colección dejó escrita información sobre cada una de las imágenes, lo que ahora ha facilitado mucho la labor de documentación de los autores.

A todo color

Carlos García es todo un experto en la recuperación de fotografías antiguas y por eso valora la calidad de las imágenes tomadas por Murga a comienzos del pasado siglo, que ahora permite, por primera vez, «poder ponerle cara a tres capitanes generales de Canarias de los que desconocíamos su rostro». García destaca, además, otro «hallazgo fundamental», que son los ortocromas, las primeras imágenes a color de las que se tiene constancia en Canarias. «Era una técnica muy rara y rudimentaria y, aunque no tienen buena calidad, son muy importantes para la historia de las Islas», concluye García.

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