Entrevista | David Galán. Redry Poeta

David Galán. Redry «Cuadrar las palabras exactas de un verso para que queden perfectas es un momento mágico»

Redry (David Galán) es maestro y poeta vallisoletano. Estará el jueves en la Feria del Libro de La Laguna, donde firmará ejemplares de su último lanzamiento, ‘Todos los vuelos que perdí por ti’.

David Galán.

David Galán. / El Día

Patricia Ginovés

Patricia Ginovés

Santa Cruz de Tenerife

¿Cómo definiría la labor como poeta que usted realiza?

Para mí es complicado definirlo con tan solo una palabra por el hecho de que el término poeta tiene connotaciones que me dan mucho vértigo. Dada la cultura de poesía que hay en nuestro país, catalogarme como poeta teniendo en cuenta los referentes que tenemos, da bastante impresión. Pero es cierto que si se me tiene que calificar como algo, porque al final siempre nos ponemos adjetivos los unos a los otros, es el de poeta porque yo encuentro una motivación cada día para escribir. Lo que trato de hacer es trasladar los sentimientos y emociones de cada día, desde los pequeños detalles que hacen que la vida sea vida. Todo esos pequeños detalles trato de trasladarlos al papel.

El poeta vallisoletano conocido como Redry. | | EL DÍA

El poeta vallisoletano conocido como Redry. | | EL DÍA / Patricia Ginovés

¿Que sería, por tanto, lo contrario a ser un poeta para usted?

Es difícil ser poeta pero creo que también es difícil no serlo para mí. Todos tenemos un poco de poesía dentro de nosotros mismos y todos nos definimos por detalles que nos hacen diferentes, aunque a lo mejor no todos nosotros lo trasladamos al papel. Así que imagino que no ser poeta sería, para mí, no escribir acerca de todo lo que me pasa.

A lo largo de su carrera, ¿ha escrito también otros textos que no sean poesía?

Sí, en casa yo juego mucho con las palabras, pero al final esos textos se quedan en el cajón o en una carpeta del ordenador, más bien. Sin embargo, próximamente, en un futuro, veré si me adentro en otros mundos literarios.

¿Cuánto de lo que escribe no ve finalmente la luz?

Pues más de lo que la gente se puede llegar a creer. Yo creo que nos pasa a todos los que nos dedicamos a escribir, que al final se publica tan solo una pequeña parte de todo lo que escribimos. Cada vez que publico un libro nuevo, conforme voy creciendo y evolucionando, trato de ir perfeccionándome para escribir con más mimo y que todo quede perfecto. Por eso escribo muchas cosas y luego voy seleccionando lo que va a leer el público. Así que puede que un 50 o un 60% de todo lo que escribo se quede guardado.

¿Tiene alguna manía a la hora de ponerse a escribir?

Tengo algunos rituales. Generalmente escribo por la noche, aunque a lo largo de todo el día voy cogiendo diferentes notas. Después de cenar, me siento con un Cola-Cao o con un té y me pongo a escribir hasta que dure la inspiración. A veces eso es hasta la madrugada y otras veces son dos, tres o cuatro horas, depende de cómo funcione el día. No niego que de vez en cuando haya caído algún calimocho, pero normalmente me gusta la manta y una bebida caliente, que en Valladolid hace frío.

¿Que sensación le recorre el cuerpo cuando cree que ha encontrado el verso perfecto, si es que eso existe?

No sé si alguna vez he logrado el verso perfecto, porque eso es mucho decir, pero hay veces que lo he buscado y no me han salido las palabras. Le doy muchas vueltas a mis textos. Tengo un verso que recuerdo muy bien cómo lo encontré. En el verano de 2021 estaba pasando unos días en el pueblo y me acuerdo que había cogido la bici y estaba cerca del río. No llevaba nada para escribir pero, desde hacía semanas, estaba dándole vueltas a una frase que quería que estuviera en el texto principal de mi libro No quiero otro invierno sin mí. Justo me salió el verso en el momento en el que estaba en el río y salí corriendo con la bicicleta hacia casa para poder apuntarlo. Llevaba mucho tiempo con esa frase en la cabeza pero no me acababan de cuadrar las palabras exactas, así que no quise perder el tiempo. La verdad que es un momento mágico poder cuadrar las palabras y que queden perfectas. Me ha pasado más veces pero recuerdo con especial cariño aquella ocasión.

¿El reconocimiento del público ha cambiando en algo su vida en los últimos años?

Profesionalmente sí, pero personalmente no. Ahora mismo me dedico a las letras aunque yo soy maestro de Educación Infantil. Llegó un momento en el que tuve que elegir a qué me dedicaba. El paso de los años y los libros que he ido publicando me han permitido dedicarme por entero a esto pero personalmente sigo siendo el mismo. Hago las mismas cosas y la poesía no me ha cambiado para nada, aunque ahora sé qué me gusta y con qué disfruto.

¿En qué estado diría que se encuentra la industria editorial en España?

Imagino que va por sectores. Sé que yo me muevo en la poesía, que se vende menos. La novela siempre ha estado en la mesa del salón y la poseía, en el desván metida en un baúl. En el campo editorial, eso también se ve reflejado aunque yo no me puedo quejar. Es complicado mantenerse de las letras pero me considero un privilegiado, aunque estoy de la Ceca a la Meca y no paro. Creo que es muy complicado y por eso habría que apoyar más el sector. No solo desde la ferias del libro, que hacen una labor increíble, sino desde los organismos públicos, e incentivar la lectura y la cultura en general.

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