Lola Índigo: la artista total que hace vibrar a Tenerife

La chiquillería ganó con claridad la batalla musical que anoche se armó junto al Parque Marítimo capitalino en la primera edición del Canarias Music Fest. El calor no mermó las ganas de un público que disfrutó en las horas previas a la aparición de Lola Índigo con los ritmos de Renzzo El Selector. La bulla del Dj armó un buen jaleo antes de que estallara la fiesta. «Creo que estamos demostrando que los tinerfeños somos los mejores de la gira de Lola por toda España: Viva Canarias, viva Tenerife», gritó cuando aún quedaba casi una hora para que el Dragón comenzara a rugir.

Renzzo El Selector se rompió la camisa en una sesión inundada de ritmos globales. Sonidos funky, ritmos latinos y muchas canciones que los quinceañeros se saben mucho mejor que la tabla del siete o el pretérito pluscuamperfecto del verbo divertir. «Las chicas de Tenerife ya no lloran, las chicas de Tenerife facturan», clamó cuando claramente Shakira se convirtió en la loba de la noche. A las 20:38 los oídos de Piqué le tuvieron que pitar con la escandalera que se estaba formando en Santa Cruz…

Fuerte la bulla pa’ Lola Índigo anunció Renzzo El Selector a las 20:41 horas. Esa fue la despedida, a ritmo de los Bee Gees, que dio a los suyos un tinerfeño que se metió al público en el bolsillo con su talento para generar brincos y diversión. «Lola, Lola,Lola…»

En medio de un gran círculo blanco, arropada por un amplio cuerpo de baile y luciendo una gran melena de color verde. Así se presentó anoche puntual a las 21:03 horas Lola Índigo en Santa Cruz. «Arriba Tenerife», gritó antes de que el escenario se cubriera de tonos naranjas.

En pleno debate sobre las coreografías subiditas de tono, Lola Índigo no tiró de la censura para irse de «Discoteca, teca, teca»…

Abrumada por las cartulinas que le pedían un abrazo, una peluca o un beso, la invitada tardó dos canciones en conectar con un público joven y, por lo tanto, lleno de energía…

Sensual, sin dar demasiada importancia a la edad de los seguidores que tenía a sus pies, Lola Índigo seguía con el tiki, tiki, tiki… Quemando canciones con la misma rapidez que se propagaban unas llamaradas en la cabecera del escenario que certificaban que la noche ya estaba caliente. Y no solo por la alta temperatura ambiental, sino por la gestualidad de una creadora que ha encontrado un espacio en el que nada sorprende a su entregada afición. A Lola hay que quererla así, sin tener en cuenta cuántas veces cita la palabra «culo» en una canción.

A la media hora de concierto hubo una fase Frozen en la que bajó la intensidad de un espectáculo que se tomó un respiro antes de lanzar un nuevo ataque visual, con una puesta en escena cuidada y un puñado de temas que la gran mayoría de los presentes se sabían de pe a pa, y con los que la fiesta entró en su recta final. A vista de dron la noche estaba saliendo de cine: un lleno en la taquilla y una cantante que convierte en oro puro para sus fans cualquiera de sus estribillos.

En la segunda parte del espectáculo, la de más perreo, Lola Índigo cambió el negro por el blanco y siguió tirando de sus hits más conocidos para ir preparando al público para los habituales «otra, otra, otra…» «Tenerife, qué calor hace, me acercan una agüita», pidió la creadora antes de tirar el resto de su repertorio con un «No sé si es la humedad, pero aquí todos estamos hot».

«Vengo de Miami con una granja de mocos impresionante, pero he sobrevivido… Aquí hay que cantar algo más, ¿nooooo?”, preguntó Lola antes de que empezara a sonar «Yo ya no quiero na».