La obstinada desigualdad en arquitectura

Las Islas Canarias han vivido un nuevo episodio de desigualdad en materia cultural

Casa Ruiz, de Magüi González, en Las Palmas de Gran Canaria.

Casa Ruiz, de Magüi González, en Las Palmas de Gran Canaria. / El Día

Cuando algunas ilusas creíamos superado el tema de la igualdad en el ámbito de la arquitectura nos tropezamos con una Semana de la Arquitectura 2023, organizada por el Colegio de Arquitectos de Gran Canaria que no incluía en su programa ni a una sola mujer. Un olvido tan palpable que dolió mucho más de lo que podría haber dolido hace unos años porque, con lo que hemos vivido como sociedad no podíamos esperar tal ausencia, ni tal desprecio por la arquitectura de gran calidad realizada por mujeres arquitectas de Gran Canaria. Algo parecido se filtró a las redes sobre el Colegio de Arquitectos de Tenerife, no tan flagrante pero que tampoco divulgaba la presencia femenina en los foros públicos de discusión y reflexión de la Semana de la Arquitectura se organizan en torno al Día de la Arquitectura, el 1 de octubre de cada año.

En medio, descubrimos a una nueva directora general del Instituto Canario de Igualdad que realizó unas declaraciones tan impropias, tan preocupantes por el fondo y tan mal desmentidas que terminó por volver a hacernos sentir que estamos solas, sentimos otra vez esa soledad profunda y oscura ante el peligro persistente de volver a la desigualdad a la primera de cambio.

Pasadas las semanas de la arquitectura hacemos balance, el Colegio de Gran Canaria no cambió nada, solo hubo una tímida petición de disculpas. Pero el Colegio de Tenerife lo cambió todo y acabó reflejando lo que de verdad hay detrás de la arquitectura en estas islas muchas mujeres interesantes realizando trabajos profesionalmente de calidad y con muchísimo que aportar tanto a esta sociedad como a sus compañeros arquitectos. Muchos compañeros que miraron para otro lado, y no salieron a defender esa igualdad soñada que enriquece a todos.

Así hemos vivimos de nuevo algo que, erróneamente, considerábamos superado. Aún no podemos bajar la guardia. Es una pena, pero es así, tenemos que seguir mirando programaciones y propuestas y preguntándonos: ¿qué hay que hacer para que las mujeres estén donde les corresponde estar como parte de esta sociedad en la que somos más del 50%?

En el mundo del arte la reivindicación es más fácil por el símil que desde hace muchos años empezamos a utilizar, gracias al movimiento aún vigente que crearon las Guerilla girls. En el mundo del arte, en los grandes museos las mujeres en sus colecciones solo aparecen, en gran medida, si están desnudas y han sido pintadas, creadas, modeladas…, como no, por la mano de un hombre.

Vigilar el cambio

Parecemos las nuevas vigías de Occidente, siempre atentas para que no nos vuelva a coger por sorpresa nuestro mayor enemigo, que no es la maldad sino la inercia. La inercia y el anquilosamiento de una parte de la sociedad, demasiados hombres aún, que no se han enterado de que el mundo ha girado su rumbo y va en otra dirección mientras ellos y repiten y repiten, por rutina, sendas que hace mucho que debieron abandonar.

Esperamos, porque ya ha ocurrido en otros ámbitos como el arte en estas Islas donde ahora se programa en igualdad, que esta semana de protestas y movilización (gracias a las asociaciones Divina Púrpura y BPW por su lucha incansable), hará repensar a los colegios su papel y su obligación como entidades de derecho público que deben preceptivamente cumplir la ley de igualdad. Esperamos que estos días de argumentar que existimos y que somos las que podemos enriquecer el mundo aportando ideas que nunca nos han dejado expresar hará repensar sus decisiones a futuros organizadores de jornadas, festivales, eventos o premios, que nos hará repensar a todos y todas, que es necesaria la igualdad desde ese nivel, el de los que organizan, los que juzgan, los que critican qué arquitectura es buena o no, etc.

Esperamos, además, que esta semana horribilis de Gran Canaria haga reflexionar a las administraciones públicas y a los colegios de arquitectos, sobre las inercias que dificultan y frenan la ansiada y justa igualdad.

Queremos que las Semanas de la Arquitectura de 2024 comiencen a prepararse ya, para que no digan que no les da tiempo…, y se programen teniendo en cuenta la igualdad, que por supuesto siempre que se ha conseguido en algún sector ha sido no solo sin merma de la calidad sino todo lo contrario. La calidad de las arquitectas da y sobra para mejorar y mucho este mundo único en el que todos habitamos.

Dulce Xerach Pérez. Abogada y doctora en arquitectura. Investigadora de la Uuniversidad Europea

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