La artista visual Pilar Boullosa emplea el arte para aportar su propio granito de ahora y tratar de concienciar sobre la necesidad de cuidar los mares y reducir el uso de plásticos. El Festival Audiovisual de Deportes Extremos Roll Festival le ha dado la oportunidad de mostrar su propuesta artística, Plastikos, realizada a partir de microplásticos recogidos en las costas grancanarias para completar así la oferta cultural de esta iniciativa "que comulga mucho con la defensa del medioambiente que yo también defiendo". Además, la artista viguesa va un paso más allá y ha decidido que parte del dinero recaudado por la venta de estas piezas irá destinado a la Fundación Foresta para tratar de revertir los efectos del incendio que afecta a Tenerife desde hace más de una semana.
Así, la exposición Plastikos es una de las actividades paralelas que da el pistoletazo de salida a la nueva edición del Roll Festival, que se celebra el 2 de septiembre en Punta del Hidalgo, en La Laguna. Esta muestra se inaugura el viernes 25 de agosto y se podrá visitar hasta el 15 de septiembre en la galería Agüita Arte Contemporáneo (Calle Santa Rosalía, Santa Cruz de Tenerife). La artista visual Pillar Boullosa representa "los éxitos y los fracasos de la humanidad como colectivo y especie, determinados por su nivel de responsabilidad social y ecológica dentro del contexto de la globalización".
La artista viguesa afincada en Gran Canaria asegura que durante mucho tiempo fue nómada y por eso ha vivido en diferentes ciudades de la Península y en Londres. Llegó a Canarias por amor pero la calidad de vida de las Islas la atrapó y por eso se ha quedado a vivir aquí. "Para mí, supuso un punto de inflexión porque, como era la primera vez me quedaba a vivir en un sitio fijo, eso me permitía producir obra en mayores cantidades", reflexiona la creadora quien añade que "siempre he estado acostumbrada a vivir cerca del mar, y por eso es un elemento que está muy presente en mi obra". Sin embargo, su llegada a Canarias le permitió explorar nuevas texturas, como el paisaje más desértico y árido, que le ofreció una nueva perspectiva a su propuesta.
"Uno siempre se empapa de lo que tiene alrededor y mi llegada a Gran Canaria me ayudó a absorber los detalles de la flora y la fauna del lugar e incluirlos en mi propuesta artística, que desde pequeña ha estado muy conectada con la naturaleza", reflexiona Boullosa quien rememora que cuando aún era menor de edad jugaba con las plantas en el pueblo de su madre y extraía pigmentos para hacer pinturas improvisadas.
Su llegada a Canarias le abrió los ojos a un nuevo paisaje de cactus y piteras -"es algo que aún me vuela la cabeza porque me parecen preciosas"-, de dunas y playas que la invitan "a querer conocer más y adentrarme en todos estos lugares", como "el rural grancanario", con todas las zonas abandonadas, "donde las plantas se comen la arquitectura y me invitan a fotografiarlo todo".
A Pilar Boullosa le gusta definirse como artista visual pero no se ata a ninguna expresión artística en concreto. "Cuando tengo una idea, trato de plasmarla de la forma que mejor convenga y si eso supone tener que aprender una nueva técnica, lo hago", afirma la creadora, quien ha hecho videocreaciones y trabajos multidisciplinares dependiendo de lo que desea producir porque siempre querrá hacerlo de la mejor manera posible.
El proyecto Plastikos surgió en el año 2018, cuando caminando por la costa grancanaria comenzó a encontrarse con fragmentos de microplásticos. "Visualmente me resultaban muy atractivos y, además, eran fragmentos de cosas más grandes que no sabía de dónde provenían y me invitaban a divagar y dejar volar mi imaginación", explica Boullosa quien lamenta que "tristemente las Islas son una barrera natural y por eso tenemos el índice de microplásticos más alto del planeta, debido a la existencia de la corriente marina de Canarias". Pero este mensaje más pesimista lo compensó con la atracción visual que le causaban esos restos, a los que decidió darles "una segunda vida, a pesar de que se trata de algo que no puede ser reciclado".
Tras recolectar el material -lo que sirvió además para limpiar las cosas canarias-, Boullosa se dio cuenta de que existía un patrón de colores y por eso decidió dar la vuelta "a esta situación horrible de contaminación" y "mostrar la parte bella de algo tan catastrófico". Así, aunque Plastikos surgió en el año 2018 con el objetivo de concienciar al público, el proyecto ha ido evolucionando y en la actualidad se presenta como "un grito de socorro" ante esta realidad que se repite tanto que hasta la Real Academia Española ha tenido que incluir la palabra microplástico en su diccionario.
Así, la exposición que se puede visitar en Santa Cruz de Tenerife está compuesta por las series Mar de plástico, que son 90 unidades en las que la artista encapsula microplásticos respetando la gama cromática; Plástico de un solo uso, realizadas con piezas de resina colgante extraídas del plástico de pajitas o tapones de botellas; y La belleza del horror, con pequeñas piezas realizadas con trozos de plástico de mayor tamaño en los que se entreven artilugios de pesca y "se muestra cómo el sistema de producción repetitivo que tenemos va acumulando basura en parajes naturales como los mares". Además, en esta ocasión la autora introduce pequeñas piezas que ha imantado para que el público pueda jugar con ellas y ofrecer una propuesta interactiva.