Candela y ruido

Canarias lo revienta con Saot

La segunda entrega canaria ‘After Hour’ muestra que las Islas ya superan la moda 

Bluefire, productor del tema de Quevedo, con el artista  grancanario y Saot St. | | ELD

Bluefire, productor del tema de Quevedo, con el artista grancanario y Saot St. | | ELD / por job ledesma

Job Ledesma

El momento que lo rompió fue con Cayó la noche remix, editado en enero de 2022. Entre los canarios participantes estaba Quevedo, que el verano siguiente lo puso todo patas arriba. Pero Saot ST prefiere echar la vista atrás, como homenaje a todos los que abrieron camino: «Todo es consecuencia de los que vienen haciendo música desde los años 90. Si vamos por décadas y en orden: Soul Sanet, Unión Lírica, Las K-Narias, Efecto Pasillo, Dani Romero, Maykel Delacalle, Bejo, Cruz Cafuné», cuenta Saot vía telefónica. «Todos esos artistas tienen mucha culpa porque fueron rompiendo moldes. Canarias siempre estuvo adelantada a la Península. Teníamos tanta cultura musical que en la Península no nos entendían. Pero sí, el punto de inflexión fue con Cayó la noche».

Uf, cuenta mucho el DJ y realizador de clips grancanario Saot. Acaba de presentar la nueva entrega de After Hour The Mixtape, sexta en total y segunda localizada en Canarias tras pasar por Sevilla o Valencia. 49 artistas canarios, otros tantos productores, otros tantos videoclips, Saot organizandolo todo y responsable de scratching y transiciones, porque sigue siendo una mixtape. ¿Cómo se organiza? Responde: «Desde un primer momento me habría gustado trabajar todos los temas en el estudio pero no había tiempo ni dinero ni agenda de artistas para hacerlo. Entonces contacté con los productores que me gustaban y les pedí instrumentales pero que eliminaran cualquier elemento que los identificara. Se los envié a cada artista para que escogieran los beats. Los artistas me enviaban los acapellas, se los pasaba a los productores y lo íbamos armando, todo muy on-line. Solo con cuatro o cinco temas pudimos trabajar todos directamente en el estudio».

Regresemos a lo que apunta Saot, eso de que en Canarias hay más cultura musical que en la Península, al menos en el campo de la música urbana. Así lo razona: «Aquí nos llegaba mucha música antes que a la Península. Luis Fonsi, el reguetón, entraron todos diez años antes. Todo eso nos llena de mucha cultura musical, pero al estar tan adelantados, cuando vamos a la Península de entrada no nos entienden. Un ejemplo es Nestakilla, pagó los platos porque fue el primero, no lo entendieron».

Saot dirige una empresa casi inabarcable y lo hace porque le pilla en el momento justo. «Soy de creer que todo pasa por algo. Todos tenemos subidas y bajadas, tocamos el suelo y el cielo. Todo se coloca. A mí me lo ha demostrado la vida. Nos rayamos por cosas que no suceden porque no pasan cuando queremos, todo tiene su proceso para llegar. Hay que disfrutar de ese proceso. Disfruta del momento que no sabes qué va a pasar el día de mañana. No pensar en el futuro porque eso crea una ansiedad constante». Quizá es la misma madurez que muestra la música canaria de la mano de su enorme After Hours, que ya pasa de la moda a la realidad.

Apabullante y justa. Esta mixtape es el golpe sobre la mesa definitivo del sonido urbano canario. Si quedaban dudas tras el éxito de Cayó la noche, Quevedo o el último lanzamiento de Cruz Cafuné, aquí tienen una muestra que las aclara. 49 cortes de la mezcla pero que podrían haber sido muchos más. Todos los palos de lo urbano suenan con la guía de Saot ST, y sin abusar de detalles comerciales como acentuar el perreo o tirar de estilos de moda como el dembow y el jersey. Al contrario, el disco es un canto de amor a la vigencia del rap y sus sonidos adyacentes. Qué suerte vivir estos tiempos.

This Drama está de cambio estilístico. Normal en una carrera de largo impacto que empezó pegada al hardcore para desarrollarse por varios caminos dentro del rock potente. Como segundo anticipo a su esperado nuevo trabajo lanzan este single, Seis uno nueve, una calmada transición hacia tiempos relajados, guitarras acústicas y cantares con poso. ¿Madurez? Apunta más a reactivación de fórmula con una mirada al formato clásico de canción y una apuesta por la grandiosidad reposada que hace girar cabezas. Todo se resuelve el 14 de julio con la edición internacional de su EP Loose talk, su sexto trabajo de estudio.

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Hay como una exageración en el uso del término que acaba en complejo de artista

Hay que escribir la típica columna basiquísima a partir de una definición del DRAE. Arte, segunda acepción de nuestro diccionario de referencia: «Manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros». No se ve ninguna trascendencia ni reflexión filosófica en una definición tan simple. Ni una demanda de habilidad técnica ni tampoco que establezca una oficina colegiada nacional que diga qué es y qué no es arte. El DRAE es más simple, eso sí, que la espantosa proposición que hace el BOE a la hora de catalogar al DJ. Está tan mal escrita que dan ganas de dejar de pinchar.

Pero no, regresa el paliquito a tenor de la gran noticia. Es como el debate de los viejos criticando el reguetón. Igual. Los músicos tristes están con esa monserga de que a) el DJ no es músico (no lo es, no le hace falta, pero le viene fantástico contar con conocimientos musicales o directamente ser músico) y b) el DJ no es artista. Lo segundo es una simplada, una crítica antigua del músico que siente amenazada su hegemonía precisamente en la música por el DJ. Tranquilos, como con el reguetón, también perdieron, hace mucho además, esa batalla. Tienen complejo de artistas. Se les perdona, hay gente que se cree que es mejor persona por escuchar a David Bowie.

Los músicos tristes lo tienen complicado porque los DJ no paramos de comerles terreno. Pero los músicos tristes se equivocan porque todo el espacio que gana el DJ lo gana para la música, es beneficio para el músico. Los músicos tristes deberían hacer música alegre, sobre todo hacer música bailable; entonces se darían cuenta de que los DJ pueden ser hasta sus benefactores.

Todo esto para explicar mi columna de la semana pasada. No es que ahora, por ley, el DJ sea artista, el DJ SIEMPRE fue artista, no quiero volver a la definición de la RAE ni a detallar cómo es una sesión de DJ para explicar esto, no hace falta. Pregúntenle a cualquier DJ que también sea músico si en sus sesiones no hay creatividad, interpretación de lo real o imaginado plasmado con recursos sonoros. No, es que ahora el DJ consigue la categoría legal de artista, con los derechos laborales que ello supone. El BOE no sirve para definir si tal o cual creador es malo, pésimo o genial. El BOE crea un marco legal.

Luego los músicos tristes seguirán con su monserga, clamando al cielo, rasgandose las vestiduras, mientras nosotros, cada fin de semana, llevaremos la música, incluso su música triste, donde ellos no llegan.