Canarismos

Ser más agarrado que un luchador

Luis Rivero

Luis Rivero

La «agarrada» es voz propia de la lucha canaria para referirse al momento en que los dos luchadores se enfrentan en el terrero y que tiene una duración determinada. La brega da inicio cuando ambos contrincantes se «agarran» (de ahí probablemente su nombre) echándose «mano al calzón y a la espalda» y termina cuando uno de ellos, mediante mañas (que así se llama a las distintas técnicas que utiliza el luchador para derribar al contrario o defenderse de cualquier jeito de este), consigue tumbar al otro o cuando son separados por el árbitro por sobrepasar el tiempo reglamentario sin que ninguno de ellos haya «dado en tierra» con el adversario. La expresión popular «es más agarrado que un luchador» transforma el sustantivo en adjetivo recurriendo a otra de las acepciones del término «agarrado» y, con esta suerte de juego semántico, lo emplea con ocurrencia para construir un registro cargado de ironía. «Agarrado», en sentido coloquial, se utiliza para referirse a la persona tacaña, a quien escatima en gastos. Es sinónimo, pues, de ‘roñoso’, ‘mezquino’, ‘apretado’, ‘cicatero’ o ‘miserable’. «Agarrado» es participio del verbo «agarrar», que significa ‘asir, coger o apretar con la mano’ y viene de «garra» y este a su vez del árabe hisp. garfa, ‘puñado’, cantidad que se puede coger con una mano al cerrar el puño («puño cerrado») que nos transmite la imagen simbólica de quien coge/agarra solo lo que cabe en un puño, que es exactamente lo contrario de «soltar» dejar ir/salir, donar/dar «con las manos abiertas», dejar pasar, fluir, generar un flujo, una corriente («agua que no has de beber, déjala correr»). Y de «generar» (’producir, procrear’) deriva «generoso», generosus [cuyos componentes léxicos son genus/generis, estirpe de linaje, nacimiento, y el sufijo «oso» que significa que se da en abundancia y que en origen tiene el sentido de abundante en nobleza]. De manera que, ser agarrado es incompatible con ser generoso y mantiene una significación diametralmente opuesta a un espíritu mezquino y miserable. Escases versus abundancia son los elementos arquetípicos que subyacen y se contraponen en la frase «ser más agarrado que un luchador», una de las muchas variantes que representan a modo de censura social la actitud tacaña de un individuo y que se pronuncia con escarnio. La numerosa fraseología que tiene como tema de central reprender la mezquindad, en su mayor parte, observa la forma comparativa recurriendo a un símil que en el imaginario colectivo evoca por asociación la idea de una persona de actitud y maneras mezquinas. Valgan a modo de ejemplo: «ser más agarrado que un pasamano», símil que sugiere la idea del listón que se coloca en la barandilla de la escalera y al que todo el mundo se agarra; «ser más agarrado que la viga de un techo» que traslada la imagen del madero grueso de tea (pino canario) que es soporte de la estructura del techo y se apoya (se agarra) en la obra de fábrica en casas y otros edificios de arquitectura tradicional; o «ser más agarrado que una lapa», que se asocia a la imagen de este molusco, abundante en las costas de las islas, y que se caracteriza por mostrar una fuerte adherencia a la superficie del «marisco» o de los riscos y «callaos» de la orilla. Todos ellos trasladan la idea, en forma de reproche burlesco, de la persona a quien no le gusta o le cuesta «soltar» (dar/gastar) o lo que es lo mismo, que es uno «de puño cerrado».