Entrevista

Pepe Viyuela: "Toda la vida he soñado llegar a viejo siendo payaso"

"La alegría en cualquier circunstancia es aconsejable, pero cuando uno está enfermo más todavía porque ayuda a recuperarse no sólo anímicamente sino físicamente"

Imagen promocional de ‘Encerrona’.

Imagen promocional de ‘Encerrona’. / IMAGEN CEDIDA POR CULTURACTIVA

Maite Alvite

Regresa a Ibiza con ‘Encerrona’, uno de sus espectáculos más míticos...

Sí. ‘Encerrona’ es el espectáculo de mi vida. Llevo con él 35 años, desde que salí de estudiar Teatro y empecé a organizarme para tener algo propio. Evidentemente a lo largo de estos años ha cambiado muchísimo, de la misma manera que yo, que he ido envejeciendo, aprendiendo cosas y perdiendo otras. Creo que ‘Encerrona’ ha ido cogiendo bastante profundidad y ha pasado de ser un montaje que tenía como objetivo fundamental ganarme la vida y hacer reír mucho a convertirse en un espectáculo que encierra otra serie de valores. El hecho de hacerlo ya con prácticamente 60 años, que cumpliré en junio, le da un poso distinto. A mí siempre me han gustado muchísimo los payasos mayores y toda la vida he soñado llegar a viejo siendo payaso. Ahora paladeo de otra manera ‘Encerrona’ y creo que tiene una dimensión humana más interesante que la que podía tener hace 35 años.

¿Sobre qué nos quiere hacer reflexionar este payaso de ‘Encerrona’?

Este espectáculo habla de cuestiones universales y atemporales, como la torpeza y la vulnerabilidad que tenemos todos como seres humanos. ‘Encerrona’ y los payasos en general defendemos esa maravillosa capacidad que tenemos para equivocarnos y cometer errores de la que tanto renegamos. El payaso no sólo no esconde el hecho de ser falibles sino que lo coloca sobre el escenario para que todos nos riamos y, a través de su torpeza, seamos capaces de reconocernos, como él, como seres vulnerables. Es también un espectáculo que bebe mucho del mundo infantil, de las cosas que los niños aportan a nuestra vida, como la esperanza. Siempre me he inspirado mucho en cómo ellos se relacionan y descubren el mundo, en la curiosidad que les mueve.

Leí en algún sitio que le hubiera gustado ser médico para salvar vidas, pero creo yo que como cómico seguro que habrá salvado más de un alma...

He reflexionado sobre esto más de una vez y me he dado cuenta de que efectivamente hay alguna similitud. De hecho en Payasos sin Fronteras, una ONG con la que colaboro mucho, trabajamos en muchas ocasiones junto a médicos. La alegría en cualquier circunstancia es aconsejable, pero cuando uno está enfermo más todavía porque ayuda a recuperarse no sólo anímicamente sino físicamente. No me quiero comparar con un médico, por supuesto, porque respeto y admiro muchísimo esa profesión. Una de las penas que tengo en mi vida es no haber podido llegar a ser médico, pero la palío gracias a este trabajo, que, en cierto modo, también tiene algo que ver, aunque sea tangencialmente. Muchas veces la gente me para por la calle y me da las gracias por haberle ayudado en momentos complicados de tristeza o de enfermedad y me gusta que eso pase. Me siento útil, siento que hacer el payaso tiene una función y es una herramienta importante en la sociedad.

"La situación de las personas refugiadas no nos puede ser ajena"

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Además de colaborar con Payasos sin Fronteras, también lo hace con Payasos en Rebeldía, a la que Magiclown apoya. Ha viajado a varios países en conflicto con estas ONG, ¿qué ha aprendido de esas experiencias?

He aprendido muchísimas cosas que se podrían resumir en una, que el mundo es muy pequeño y que los problemas que existen no los tienen sólo aquellos que los sufren en un momento determinado sino que son compartidos. La situación de rechazo que puedan sufrir personas refugiadas no nos puede ser ajena. Cuando uno entra en un campo de refugiados ve que aquellas personas están muy cerca, tanto desde el punto de vista humano como del geográfico. El mundo es pequeño e ignorar los problemas es alimentarlos, es hacer que crezcan. Creo que hay que contribuir en la medida que cada uno de nosotros pueda a intentar mejorar la situación de la gente que lo pasa mal porque somos ellos y sus problemas son los nuestros.

Le hemos tenido siempre, sobre todo, por actor de comedia, pero en los últimos tiempos parece que está explotando más su vena dramática en papeles como el que interpreta en ‘La caza. Guadiana’. ¿Ha sido algo buscado?

No, no he planificado nada porque me siento muy a gusto en la comedia y no quiero escapar de ella, pero también es verdad que soy actor y que cuando me ofrecen cosas que no tienen nada que ver con lo que hago, desde el punto de vista de género, no me niego, al contrario. Sobre todo cuando leo un proyecto tan interesante como es el de ‘La caza’, que me gustó desde el primer momento. También tengo que decir que disfruto muchísimo haciendo drama y tragedia. En mi opinión, el gran placer del actor estriba en poder vivir vidas distintas y aprender y disfrutar de ellas.

Hablemos de otras facetas suyas menos conocidas, como la de poeta. Ha publicado poemarios desde 2007.¿Qué le llevó a lanzarse a escribir versos?

Es algo que siembre he hecho. Creo que todos necesitamos vías de expresión para conocernos mejor a nosotros y para acercarnos a los demás y compartir experiencias de vida, y la poesía es el género literario en el que yo mejor me encuentro, entre otras cosas, porque es más fácil escribir versos en cualquier momento.

"Opinar es sanísimo porque contribuye a generar un ambiente democrático real"

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También ha tenido un acercamiento a la política. De hecho va de número 13 en las listas de Izquierda Independiente al Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes. ¿Es un simple coqueteo o busca una relación seria?

Bueno yo diría que la relación seria con la política la tenemos todos desde nuestra casa. La política lo ocupa todo. Está muy denostado el término porque se nos ha hecho creer que es algo exclusivo de las personas que se dedican de una forma constante y profesional a ella, pero todos vivimos para la política, todos queremos unas determinadas cosas, todos tenemos una ideología y pensamientos acerca de la educación, la sanidad, de todo lo público... La política es el arte de la convivencia. Yo nunca he tenido vocación para dedicarme profesionalmente a ella, ni ganas de ostentar un cargo. No me interesa, entre otras cosas porque creo que lo haría muy mal porque no me gusta, pero no me puedo desvincular de ella desde mi lugar de ciudadano. Y no pienso dejar de hacerlo. A mí me piden una opinión sobre determinado asunto y no tengo empacho en decirla. Es mi opinión y puedo estar equivocado, pero creo que es bueno opinar, porque eso es lo que contribuye a generar un ambiente democrático real. A mí me asusta mucho esa idea de que no hay que meterse en política ni opinar porque te puede pasar factura. ¿Qué clase de país creemos que tenemos si opinar te puede pasar factura y puede hacer que no te contraten? Yo pienso que no vivimos en ese país tan feo. Creo que vivo en un país en el que yo he podido expresar mis ideas y a mí no me ha faltado trabajo. Opinar es sanísimo, porque creo que lo que hace es fomentar una convivencia diversa, y quiero seguir haciéndolo.

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