La tinerfeña Dolores Corbella, académica ya de la RAE, realza la diversidad lingüística

La filóloga cree que su nombramiento reafirma «el panhispanismo que el canario lleva implícito»

Humberto Gonar

Humberto Gonar

La filóloga Dolores Corbella (Santa Cruz de Tenerife, 1959) ingresó en la tarde de este domingo como miembro de número de la Real Academia Española (RAE) para ocupar la silla d, vacante desde el fallecimiento de Francisco Rodríguez Adrados el 21 de julio de 2020.

La lexicógrafa se incorpora a la institución tras ser elegida por el Pleno de la RAE en la sesión del 17 de febrero de 2022. Su candidatura fue presentada por los académicos Emilio Lledó, José Antonio Pascual y Carme Riera. El filólogo Pedro Álvarez de Miranda ha sido el encargado de dar la bienvenida a la académica y responder a su discurso de ingreso.

Como especialista en diccionarios, Dolores Corbella quiso dedicar su discurso Un mar de palabras al oficio del lexicógrafo, así como al papel fundamental de la diversidad lingüística dentro de nuestro idioma y al viaje y tornaviaje transatlántico que realizaron nuestras palabras en toda la comunidad panhispánica. «Panhispanismo, reconocimiento de la diversidad y respeto a la identidad lingüística son conceptos clave en la formación de cualquier romanista», señaló.

«Un pozo de ciencia»

Es tradición que el discurso comience con unas líneas dedicadas al miembro académico predecesor en la silla que se ocupa. Por eso, Francisco Rodríguez Adrados fue recordado como «un pozo de ciencia, una persona de una enorme capacidad de trabajo, vitalidad y entusiasmo, con una prodigiosa memoria, de conversación, carácter e ironía irrepetibles».

Sobre la letra que pasa a ocupar ha dicho: «La letra d minúscula tiene para mí, como lexicógrafa, un valor añadido, porque con ella se inicia la palabra diccionario». Y precisamente la filóloga destacó «el valor patrimonial de cualquier empresa lexicográfica como palacio de la memoria», para definir a los lexicógrafos como «artesanos» dedicados a atesorar «ese ingente patrimonio inmaterial».

Corbella y su equipo han recopilado y analizado la historia del léxico del Archipiélago canario

Corbella no ha olvidado los nombres que «durante años quedaron silenciados tras las siglas de sus obras o el anonimato que impone el trabajo colaborativo», los «de muchas filólogas que, en la sombra, hicieron de la historia de la lengua y de la historia de las palabras su profesión». Para todos, «el arte de componer diccionarios es arduo, porque cualquier tarea, si se quiere hacer bien, conlleva un compromiso y una dedicación casi exclusiva, y porque resulta un reto enorme la tautología de tener que atrapar las palabras con las propias palabras».

Así, para la filóloga canaria «el diccionario puede convertirse en el libro más importante para el estudio de cualquier lengua simplemente porque es el compendio de todos los conocimientos, la historia y las costumbres de un pueblo. Los diccionarios son testimonios de una civilización y, como objetos culturales, constituyen un lugar privilegiado de referencia y un archivo de todos los saberes».

Arqueólogos de las palabras

Corbella definió a los lexicógrafos como «arqueólogos de las palabras». «Nuestros palacios son los diccionarios, que contienen la memoria de este riquísimo patrimonio inmaterial que nos identifica, las voces propias de nuestros saberes y creencias, las terminologías populares y los vocablos de nuestra cotidianidad».

Corbella reconoce que, al no «disponer de los materiales necesarios para dar cuenta de las voces identitarias», ella y su equipo han recopilado y analizado «en profundidad la historia del léxico del Archipiélago». «Hoy, gracias a esta investigación, podemos conocer más y mejor la historia de cada canarismo léxico y es posible aportar datos esclarecedores sobre la expansión atlántica, las relaciones canario-americanas e, incluso, la historia del léxico considerado panhispánico», explicó.

Antes de proceder a describir el vocabulario diferencial, era imprescindible recopilar en un «diccionario de diccionarios» del léxico canario hasta el siglo XX. 

También se ha publicado un Diccionario histórico de canarismos, ya que, para la filóloga, «el diccionario más importante de una lengua, en el que se basan o deben basarse todos los demás, es sin duda el diccionario histórico, porque incluye todos los vocabularios parciales que podamos imaginar y constituye o debe constituir el fundamento de cualquier proyecto lexicográfico». Se trata de una obra única, ya que, asegura, solo existen tres diccionarios regionales de corte histórico: Costa Rica, Canarias y Venezuela.

Es la primera vez que un académico nacido en Canarias mantiene su residencia en las Islas tras la elección

El discurso concluyó con una cita del escritor Carlos Fuentes (2006): «Quienes hablamos, pensamos y a veces hasta soñamos en español […] sabemos que el océano Atlántico no es una barrera, sino un puente».

Corbella destacó que su compromiso con la Real Academia Española «permitirá continuar con esta tarea de seguir descubriendo y valorando la riqueza de una lengua tan extensa que, con el paso del tiempo, ha demostrado que ni tan siquiera la inmensidad del mar constituye un obstáculo infranqueable para su unidad».

El académico Pedro Álvarez de Miranda, encargado de contestar a Corbella, quiso destacar sobre el Diccionario histórico del español de Canarias que es un «hecho sin precedentes que en 2015 la Real Academia Española acogiera en su página una obra no propia, la versión digital de ese diccionario». «Por primera vez se incorpora a la Academia una persona que, siendo natural del Archipiélago, sigue residiendo en una de sus ocho islas habitadas», concluyó el filólogo.

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