Mensaje de fuerza y vida
Más de medio centenar de mujeres de muy diferentes edades desfilan en el acto de Ámate en el Recinto Ferial para mandar un abrazo de ilusión a las pacientes

Desfile de Ámate / Carsten W. Lauritsen
Una verdadera fiesta de la positividad se generó en la tarde de ayer en Santa Cruz de Tenerife, gracias a las 52 modelos, los trabajadores y voluntarios de Ámate, unas 120 empresas colaboradoras, así como un público completamente entregado. Algunas mujeres de las que caminaron por la pasarela superaron hace años el cáncer de mama; otras, empiezan ahora. Todas son un ejemplo de valentía ante el miedo.
La gala organizada por Ámate en el Recinto Ferial de Santa Cruz de Tenerife se convirtió en una verdadera fiesta de la positividad y la esperanza para dar fuerza a quienes ahora empiezan el proceso de lucha contra el cáncer de mama, o bien han recaído en los últimos tiempos. Después de tres años de parón por la pandemia, la Asociación celebró ayer la decimosexta edición de este evento, que sirvió como un mensaje de vida emitido por mujeres que ya han superado la patología o están en el proceso. Cada una de ellas representa una historia de sufrimiento y miedo. Pero el acompañamiento ofrecido por personal y voluntarios de esta organización, así como las actividades que promueve este colectivo contribuyen a que el día a día de cada paciente sea mejor.
Un total de 52 mujeres, con edades comprendidas entre los 31 y 86 años, fueron las protagonistas del desfile, junto a las actuaciones de diversos artistas. El trabajo del personal y los voluntarios de Ámate resultó fundamental para sacar adelante el acto, que fue dirigido por Jonathan Amaro. Este también fue posible gracias a la colaboración de un total de 120 empresas de diferentes sectores. Las tiendas y firmas que aportaron prendas de vestir, ropa interior o trajes de baño fueron Wehbe, Ana&Co., de La Victoria, así como Fabulosa, de Santa Úrsula, así como Ana Seco, Amoena, Anita, Lasseda, Amor Bijoux o By Bolero de Bea Lainez.
María Ascensión Chati Juan es la vicepresidenta de Ámate y una de las responsables de la búsqueda de colaboradores para la gala. Después de que hace 25 años superara un cáncer, en estos momentos afronta otro. Ayer fue una de las personas que más brazos y aplausos recibió del público y otras participantes en el desfile. Insiste en dar un «mensaje de vida». Hace cinco meses que inició las sesiones de quimioterapia. Pero se muestra ilusionada, pues el miércoles tiene la última. Lleva en Ámate desde que se creó. Este colectivo tiene casi 2.000 socios en la actualidad.
Amparo Palenzuela, vecina de la Cruz del Señor, superó la enfermedad hace 14 años y lleva 12 ediciones tomando parte en el desfile. A ella la operaron unas cinco veces. Recuerda que «me pusieron el pecho, pero lo rechacé; me lo tuvieron que quitar porque me moría». Hoy lleva una prótesis de las que ofrece la Seguridad Social. A las mujeres del público que afrontan ahora el proceso quiso mandar el mensaje que «eso solo es el principio». Opina que «cuanto más juntas y arropadas estemos, mejor, para afrontar los miedos de cada una». Anima a las pacientes a participar en las actividades y los eventos de Ámate «para que no estén solas».
Ana Cristina Álvarez de León, natural del barrio de La Alegría y residente en El Sobradillo, salió al escenario con el disfraz de Mamma Mía para interpretar una coreografía con un grupo de compañeras. Hace 11 años que superó el cáncer de mama. Primero se operó para quitarse el tumor y después para hacer lo propio con los ganglios. No fue necesario extirparle el pecho. Pero tener la patología la sumió en una depresión, «pues no entendía por qué me había pasado a mí». Su ginecóloga la derivó a Ámate y la psicóloga de la ONG «me ayudó al 100 por 100; salí de la depresión, desaté los nudos que me oprimían y aprendí a valorarme». Hoy es tesorera de la entidad.
La presidenta de la asociación, María del Carmen Bonfante, explicó que «la gente viene al acto con el corazón en la mano».
Pilar Bahamonde tiene 86 años. Esta vecina del Puertito de Güímar superó hace 17 años un tumor en un pecho. En su caso el tratamiento consistió en radioterapia. Admite que pasó cinco años «mal» y cinco más de tratamiento, hasta que le dieron el alta. En su caso, la clave estuvo «en que soy muy positiva, lo supe llevar muy bien». El de ayer fue su tercer desfile.
Margarita Rodríguez Barroso, de 82 años, y Perla Bruera Casola, de 81, fueron otras de las protagonistas ayer. Hace 20 años que Perla se operó y reconoce que «siempre quedan secuelas, como sequedad en los ojos o en la boca». Pero ayer tomó parte en su quinto desfile. En el caso de Margarita, pasó la enfermedad en 2007 y dos años más tarde se presentó como candidata de Ámate al Carnaval de Santa Cruz de Tenerife y fue elegida Primera Dama de Honor.
Actuaciones
El acto, presentado por Enrique Hernández y Silvia López, contó con las actuaciones de la Escuela Internacional de Danza de Tenerife, la artista Marcela Kauffman, la cantante Tere Melián, los humoristas Servando y Panchita, así como la comparsa Los Rumberos. Además de la coreografía inicial, los diferentes grupos de modelos hicieron un pase de bañadores, otro con trajes de moda, un tercero con trajes de noche, así como otro de body painting y un último de trajes de novia.
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