Libros

Javier Castillo: “Estoy abrumado por la magnitud del éxito de mis novelas”

“Con mi primer libro esperaba que al menos lo leyeran mis cinco amigos del chat de WhatsApp; ahora ‘La chica de nieve’ es la serie más vista en Netflix a nivel mundial”

Javier Castillo y Guada Guerra.

Javier Castillo y Guada Guerra. / JOSÉ LORES

Ana Rodríguez

“Estoy abrumado por la magnitud del éxito de mis novelas”, comentaba ayer el escritor fenómeno de ventas a nivel internacional Javier Castillo en Club FARO ante un público mayoritariamente joven que completó el aforo del auditorio del Centro Social Afundación.

Y no es para menos: en poco más de un mes ha visto como la serie “La chica de nieve”, basada en su libro homónimo, se convertía en la más vista a nivel mundial en Netflix, plataforma con la que ya ha firmado una segunda entrega y a la que ha vendido los derechos de “El cuco de cristal”, el libro que actualmente está promocionando en un gira que le trajo hasta Vigo. Y, lo más importante: ha sido padre por tercera vez. “Intento abrazar cada momento porque tengo la sensación de estar en un sueño. Me siento ilusionado y agradecido por el entusiasmo con que me estáis acogiendo”, manifestó a los asistentes.

Tras bromear con el público pidiendo enterrar el hacha de guerra por la competición por las luces navideñas entre Vigo y Málaga, su ciudad natal y de residencia, y confesar que la ciudad olívica estuvo entre las candidatas a ser escenario de la serie de Netflix por el peso de la celebración navideña en la trama de la historia, Javier Castillo respondió durante media hora a las preguntas que le iba formulando la periodista Guada Guerra antes de pasar a la firma de libros.

Reveló que ya está manos a la obra con la tercera y última entrega de la trilogía iniciada con “La chica de nieve”. Confesó que la primera obra de la saga, que fue la novela más vendida en la pandemia, suscitó una acogida fuera de toda previsión, sobre todo teniendo en cuenta que salió a la venta dos días antes del confinamiento. “Imaginaba pirámides de mis libros en las librerías, pero tuvieron que cerrar. En los supermercados también se vendían, pero como los libros no eran artículos de primera necesidad, durante el primer mes no se podían comprar. Y sucedió algo mágico cuando las librerías comenzaron a vender por debajo de la persiana”, relató. “Escribo encerrado entre las cuatro paredes de mi despacho y ni imagino la repercusión que va a tener lo que hago. Cuando escribí mi primer libro esperaba que al menos lo leyeran mis cinco amigos del chat de Whatsapp; hoy una serie basada en una de mis obras es la mas vista en países como Nueva Caledonia”.

“El cuco de cristal” (editorial Suma), su última novela, ocupó gran parte de la charla. Arranca con la historia de Cora, una estudiante de medicina que hace su residencia en un hospital de Nueva York para convertirse en oncóloga y necesita con urgencia un trasplante de corazón, que finalmente recibe. La visita la madre de su donante, que la invita a pasar unos días a un pueblo de Misuri para que conozca la vida de su hijo y su fragilidad. Ella accede y el día que llega al pueblo desaparece un niño y se va adentrando en una historia que narra en primera persona. Paralelamente se narra otra trama del pasado, protagonizada por el padre del donante, que llega un día a su casa con las manos ensangrentadas.

Castillo explicó que juega con el lector y sus prejuicios en esta novela de misterio para hacerle sospechar de personajes que van apareciendo con sus fragilidades y padecimientos que les hacen parecer sospechosos. Confesó que ni la historia del trasplante ni la propia Cora estaban en su previsión inicial de la novela y que fue una influencer, Susana Ramírez, @sosann en Instagram, que muestra abiertamente su cicatriz en el esternón, la que le hizo incluir el tema de las donaciones de órganos. Situó la historia en Estados Unidos porque allí sí es posible que el receptor y la familia del donante se conozcan. “La donación es algo mágico. Yo sí querría conocer a la familia de mi donante o a la persona que gracias a la donación de un órgano de un ser querido ha tenido una segunda oportunidad de vivir”, confesó.

Al comentario de que sus novelas son adictivas y enganchan hasta el punto de no poder dejar la lectura hasta que acabes respondió: “Es un piropazo que te digan que tu obra se lee rápido, pero también da rabia. Es como cuando te pasas cocinando todo el día para que en un instante se coman todo lo que preparaste”.

El cuco como metáfora del instinto animal y el enfrentamiento entre ciencia y espiritualidad

El cuco es un pájaro que pone huevos en nidos ajenos para que otras especies se los incuben. Cuando el polluelo rompe el cascarón expulsa al resto de las crías que han nacido y destruye los huevos par así crecer más rápido y sin competencia. Ese comportamiento le sirvió a Javier Castillo para poner el título a su obra “El cuco de cristal”, jugando así con la idea de “un corazón colocado en un nido ajeno” y el instinto animal que en mayor o menor medida tenemos los seres humanos. El autor de bestsellers también explicó que escogió como escenario de su novela un pueblo de Misuri porque quería alejar a la protagonista, Cora, de su entorno urbano de Nueva York y de la medicina, para así enfrentar ciencia y espiritualidad, los dos componentes de la dualidad del ser humano.

Explicó el autor que la parte de creación del puzle, de los enigmas y misterios con los que retará al lector, es la que más disfruta porque se siente como si prepara juegos para un encuentro entre amigos. Y que la fase de escritura la sufre porque es empático y siente como propias las tragedias que le suceden a sus personajes. En la pared del despacho donde escribe, antes plagada de post-its y ahora con una pizarra digital, coloca las piezas de la trama, que son inamovibles. Las personalidades de los personajes no, van configurándose a medida que escribe.