Aniversario

Picasso y las mujeres: el maltrato que "se elude" en el aniversario de su muerte

A los 50 años de la muerte del pintor, la historiadora Eugenia Tenenbaum reivindica en un libro a las amantes y esposas del pintor recordando los distintos tipos de violencia a los que las sometió

Jacqueline y Picasso, con un collar de cerámica hecho por el artista.

Jacqueline y Picasso, con un collar de cerámica hecho por el artista.

Anna Abella

"Si te arrastran por el suelo de los pelos, te apagan cigarros en la piel, te encierran con llave en casa o amenazan con tirarte al río Sena, todo agresiones que Picasso perpetró contra sus mujeres, te están maltratando, de esto no cabe duda", recalca la historiadora del arte Eugenia Tenenbaum. "No hay que preguntarse por qué ellas no lo abandonaron, sino por qué él maltrató sistemáticamente a sus parejas, amistades e hijos", apunta ante uno de los debates que ha generado la efeméride, este 8 de abril, de los 50 años de la muerte de Pablo Picasso (1881-1973). 

De los múltiples actos y exposiciones en todo el mundo con motivo de la conmemoración, solo una, en el Brooklyn Museum de Nueva York, en junio, se fijará en las parejas del genial artista. Entre las novedades librescas, la de Tenenbaum, ‘Las mujeres detrás de Picasso’ (Lunwerg), donde la también experta en perspectiva de género, reivindica a Jacqueline Roque, Fernande Olivier, Eva Gouel, Olga Khokhlova, Françoise Gilot, Marie-Thérèse Walter, Dora Maar y Geneviève Laporte, recordando los distintos grados de violencia -física, psicológica, económica y vicaria- que sufrieron por parte del pintor del 'Guernica'. 

"La violencia que ejerció se sigue, como siempre, obviando, restándole importancia o justificándola. No se afronta, se elude

Lamenta la autora gallega que, ante la efeméride, eso "se siga, como siempre, obviando, restándole importancia o justificándolo. No se afronta, se elude". "Ahora que se baten récords de denuncias, agresiones y asesinatos por violencia de género, el discurso museístico y artístico tiene la responsabilidad de educar en el cambio y la igualdad, pero museos e instituciones llevan décadas negándose a formar parte de ese necesario cambio social", opina. 

"Reducir el papel de las ocho mujeres al de meras musas es una falta de verdad", asegura Tenenbaum, que destaca el "talento desbordante" de unas pintoras, fotógrafas, bailarinas y escritoras que quedaron eclipsadas por Picasso. En el libro, con ilustraciones de, entre otras, María Hesse, Esther Gili, Lady Desidia, María Herreros y Sara Herranz, se acerca a las parejas de Picasso a través de textos de ficción, y breves biografías, sustentados con una nutrida bibliografía. 

"Hemos oído que eran ‘frágiles’ mentalmente, histéricas, melancólicas, castradoras, demandantes… Pero al revisar las fuentes primarias con otra perspectiva e investigar otras nuevas descubres que así era como hablaban Picasso y los biógrafos de ellas, no como eran realmente ni como hablaron de sí mismas", constata la también autora de ‘La mirada inquieta’. 

"Más que condenar al artista, lo importante es contextualizar y recontextualizar -señala la historiadora-. No hay que separar la obra de la persona que la crea. Esa separación solo se plantea al hablar de violencia machista o de otro tipo. En las subastas o en exposiciones no se separa porque de ello depende el valor de mercado de la obra. Solo se separa, o se finge hacerlo, cuando es necesario que estos hombres sigan generando ingresos a pesar de ser agresores, maltratadores o manipuladores. ¿Ha dejado de ser intocable Woody Allen, Roman Polanski o Plácido Domingo? No".

Bajo estas líneas, las protagonistas del libro de Tenenbaum:

Ocho mujeres a la sombra del genial artista

Fernande Olivier (1881-1966)

Nacida Amélie Lang, en 1881 en París, abandonada por sus padres en manos de sus tíos, con los que sufrió abusos y malos tratos, escapó del fuego para caer en las brasas al ser secuestrada y abusada por quien sería su marido maltratador, Paul-Emile Percheron. Escapó, pero vivió con un escultor pedófilo antes de conocer a Picasso en 1905, cuando tenía 22 años. Cortó con él en 1912 a causa de los enfermizos celos del pintor, quien llegó a encerrarla bajo llave en su estudio, no la dejaba salir sola y le prohibió que trabajara para otros. Pero también por la falta de cuidados por parte de él, pues dos años antes, en un viaje a Catalunya, Fernande había contraído una grave infección de riñón. Murió en 1966, a los 84 años, sola, enferma y sin dinero, tras haber publicado varios libros de memorias, entre ellos, ‘Cuando Picasso era bombero’. (Retrato realizado por Picasso)  

Eva Gouel (1885-1915)

Muchas incógnitas rodean aún la corta vida de la musa y esposa a la que Picasso dedicó su serie ‘Ma jolie’. Eva Gouel se cambió el nombre por el de Marcelle Humbert y en 1910 coincidió con Fernande Olivier cuando esta estaba con Picasso. Durante dos años mantuvieron en secreto un triángulo amoroso hasta que Olivier se distancia y Gouel deja su trabajo para dedicarse al artista. En 1913 cae muy enferma. No hay unanimidad sobre si sufría tuberculosis, cáncer de garganta o de pecho. Coincidiendo con la Primera Guerra Mundial, ella empeora y él le pide matrimonio, propuesta que ella acepta. Murió en 1915, a los 30 años. Apunta Tenenbaum, que ella sabía que había otras mujeres por las marcas de maquillaje en su ropa o el rastro de otro perfume en la piel de Picasso, pero no sentía rencor, sino agradecimiento, y no le reprochaba nada. (Ilustración de Lady Desidia)

Olga Khokhlova (1891-1955)

Aristócrata nacida en la actual Ucrania en 1891, Olga Khokhlova era una afamada bailarina del Ballet Ruso que recorrió Europa y Estados Unidos de gira. Conoció a Picasso en Roma en 1917. Se casaron un año después, y al poco, una lesión la bajó de los escenarios. Durante la Revolución Bolchevique perdió todo contacto con su familia en Rusia, a la que luego enviaba dinero desde París para ayudarles a sobrevivir. En 1921 nació su primogénito, Paulo; el matrimonio entró en crisis en 1925, época en que Olga estaba preocupada por la salud de su madre, que murió en 1927 sin que ella la volviera a ver. Descubrir que la joven Marie-Thérèse Walter esperaba un hijo del pintor malagueño dinamitó el matrimonio, aunque Olga rechazó firmar el divorcio y él se negó a repartir los bienes. No se sabe mucho de su vida después, solo que murió de cáncer, sola, en 1952. 

Marie-Thérèse Walter (1909-1977)

Ella tenía 17 años y él 45 cuando en enero de 1927 se conocieron en las Galerías Lafayette. En junio empezaron una relación que guardaron en secreto durante una década. Primero, por ser ella menor, y segundo, porque seguía casado con Olga Khokhlova y podía ser usado como agravante en el proceso de divorcio. Marie-Thérèse copó la obra del malagueño entre 1928 y 1935: 222 piezas llevan su nombre, y dos de sus retratos -’El sueño’ y ‘Desnudo, hojas verdes y busto’- figuran entre las diez obras de arte más caras. En una entrevista, ella misma recordaba las "prácticas sadomasoquistas del artista, que esperaba total sumisión y la castigaba si no la obtenía", llegando a quemarle la piel con cigarrillos. Solo convivieron juntos dos meses tras nacer, en 1935, su hija Maya (fallecida el pasado diciembre). Dos años después, la relación se fue enfriando, aunque mantuvieron correspondencia hasta 1970, cuando la ley francesa obligó al artista a pasarle pensión. A madre e hija se les prohibió ir al entierro del pintor, en 1973. Cuatro años después, Marie-Thérèse se ahorcó. Tenía 68 años. 

Dora Maar (1907-1997)

Reconocida fotógrafa, pintora y escultora surrealista, elogiada por Cartier-Bresson, y militante contra el fascismo en las corrientes de izquierda del París de los años 30, Dora Maar conoció a Picasso en enero de 1936 en el café Les Deux Magots, iniciando una década de relación. Cuando la República española le hizo el encargo para el pabellón de la Exposición Universal de aquel año, Maar le convenció para dedicarlo al bombardeo de Guernica, mientras ella fotografiaba todo el proceso. La ocupación nazi la sumió en la ansiedad y encadenó crisis nerviosas y depresiones, agravadas por las redadas alemanas, la muerte súbita de su madre mientras hablaba por teléfono con ella y las infidelidades del pintor. Este la maltrató psíquica y físicamente, incluso hasta dejarla inconsciente, y la ingresó en un psiquiátrico donde le dieron electrochoques hasta que el poeta y amigo Paul Éluard la sacó de allí. Desde entonces, ella rompió con el círculo surrealista y con Picasso dedicándose a la pintura y la fotografía. Murió en 1997, a los 89 años, olvidada y desconocida. (Ilustración de María Herreros)

Françoise Gilot (1921)

Nacida en 1921, Françoise Gilot estuvo educada y rodeada de valores progresistas y libres de sesgos de género, sobre todo gracias a su madre y su abuela materna, y desarrolló inclinaciones artísticas. Tenía 22 años cuando conoció en 1943, en el restaurante Le Catalan, a un Picasso de 62, iniciando pronto una relación que duró hasta 1955. Firmaba sus obras como F. Gilot, para evitar los prejuicios contra las mujeres artistas. Durante la ocupación nazi de París colaboró con la Resistencia como correo en bicicleta, vestida con los colores de la bandera francesa. Fue la única de sus mujeres que supo plantar cara a las manipulaciones y humillaciones del malagueño, señala Tenenbaum. Fue su estrecha colaboradora, ayudándole en su taller, pero también ocupándose de las tareas domésticas. Su nombre está en 183 obras de Picasso. Su hijo Claude nació en 1947, y Paloma, en 1949. La relación se deterioró y, en 1953, ella decidió dejarlo. Dos años después se casó con un antiguo amigo. El pintor reaccionó ejerciendo violencia vicaria: mientras Gilot está de luna de miel, él se negó a llevar al médico a Paloma, muy enferma de apendicitis, desvalijó la casa que compartieron y la amenazó con boicotear su carrera artística asegurándole que estaba "acabada". Hoy, con 101 años, es una reconocida artista y escritora. (Ilustración de Ana Santos)

Geneviève Laporte (1926-2012)

Existen muchos vacíos biográficos a lo largo de la vida de la poeta Geneviève Laporte, nacida en 1926 y fallecida en 2012, a los 85 años. A los 17, en 1944, logra una entrevista con Picasso, que le lleva 50, para el periódico escolar. La relación, que empezó de forma platónica, se extendió hasta 1953, quedando luego un vínculo de estrecha amistad. Su historia de dos años, que solo conocía un reducido círculo íntimo, no se hizo pública hasta los 70, cuando ella misma lo reveló en sus memorias. En 1951 había firmado un único contrato como actriz y en 1954 publicó el primero de sus poemarios, uno de ellos -‘La sublime porte des songes’-, premiado por la Academia Francesa en 1999. En 2005, se subastaron 20 dibujos que Picasso hizo de ella, logrando cifras millonarias.  

Jacqueline Roque (1926-1986)

Es Madame Z en las primeras obras que le dedicó Picasso -en total fueron 400, 311 con su nombre-, en alusión a Le Ziquet, zona de la Costa Azul donde se conocieron en 1953, en el taller de Madoura, donde trabajaba de dependienta. Ella tenía 27 años y él, 72. Jacqueline Roque había cortado con su marido y padre de su única hija tras sus infidelidades. Françoise Gilot había dejado al pintor y este cortejó a Roque durante seis meses hasta que ella accedió, iniciando una relación de 20 años. En 1961 se casaron en secreto y ella se consagró al artista: ejerció como "su secretaria, su enfermera, su chófer, su asistenta, su modelo y su estrecha colaboradora". Sin embargo, las hijas del pintor y parte de su entorno la acusaron de aislarle del mundo. En 1966 comisarió en París la mayor exposición de Picasso hasta la fecha, pero su dedicación le provocó insomnio y fatiga crónica antes de caer presa del alcohol y los somníferos cuando él murió, momento en que se entregó a difundir su obra y ejercer de agente. En 1986, a los 60 años, se pegó un tiro. (Ilustración de Esther Gili)

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