La cantera de la danza salta las fronteras

El programa LAVUp! propone la movilidad y mentoría para jóvenes artistas de Canarias

Dos jóvenes en una actuación de danza.

Dos jóvenes en una actuación de danza. / El Día

Patricia Ginovés

Patricia Ginovés

Artistas, dúos, parejas artísticas residentes en Canarias y menores de 30 años. Esos son los requisitos para participar en LAVUp!, un programa que beca el talento en la danza. 

LAVUp! es un programa pionero de movilidad, impulso, mediación y acompañamiento a las artes escénicas y la danza joven en Canarias y becará en su primera edición seis proyectos de jóvenes artistas menores de 30 años y residentes en Canarias para la realización de estancias de formación y encuentro con otros artistas y equipamientos culturales en contextos, festivales y centros de producción y creación de España y Europa. El pasado 3 de febrero se abrió esta convocatoria que ya conoce a sus primeros beneficiados. Se trata de un grupo de jóvenes totalmente entusiasmados con el proyecto y que destacan, sobre todo, la compañía que les ofrece esta iniciativa puesto que el mundo de la creación artística es bastante solitario, pero ahora tendrán la oportunidad de compartir retos y preocupaciones con maestros y compañeros.

Las becas de la primera edición de LAVAUp! van acompañadas de seis procesos de mentoría, formaciones preparativas a las estancias, acompañamiento por parte de las instituciones receptoras y un encuentro final abierto a público y dirigido a jóvenes de Canarias junto a otros profesionales en el Espacio La Granja de Santa Cruz de Tenerife, que se celebrará en el segundo semestre de este año. Las estancias mentorizadas se llevarán a cabo en GranerFàbrica de Creació (Barcelona), en RPM Danza Residencias Paraíso (Galicia), en el Festival Dansa Valencia, en la plataforma Tipperary Dance (Tipperary, Irlanda), en Kondenz Festival (Belgrado, Serbia) y en el centro de creación Central Eléctrica (Oporto, Portugal).

Los elegidos

La tinerfeña Ainhoa Jiménez, de 23 años, es una de las elegidas en esta primera edición de LAVUp! y asegura que practica danza «desde que tengo uso de razón». Se ha formado a lo largo de toda su vida y decidió presentarse a este programa porque, «para mí, la danza es vital». Por eso, asegura que «siento que mis experiencias dancísticas me van a llevar a disfrutar de esta oportunidad al 100%», gracias al conocimiento del que ya dispone y que podrá poner en práctica. «Analizando mi trayectoria hasta ahora, a veces siento que necesito dar un paso más allá de las Islas, pero no cuento con recursos suficientes», por lo que celebra haber sido elegida en esta primera edición de las becas. La tinerfeña espera poder «descubrir otros mundos, personas y artistas» porque su objetivo es «innovar y nutrirse de nuevas maneras, pero sobre todo disfrutar en un abanico de opciones que sé que se mueven fuera de las Islas» y que aventura que le podrán generar nuevas oportunidades profesionales.

Andrea Pérez, de 28 años, y Abián Hernández, de 32, son de Gran Canaria y se han presentado juntos a esta convocatoria después de conocerse en la Escuela de Danza Natalia Medina. «Creemos que en las Islas abunda el talento y faltan oportunidades para nutrirlo y, por ende, expandirlo», reflexionan los jóvenes, quienes se han acercado a este programa «por las ganas de conectar con distintos contextos socioculturales y artísticos», ya que para ellos «la danza y su comunidad son herramientas de crecimiento para crear diálogos con la sociedad y sus intereses», reflexionan y adelantan que esperan poder ampliar su red de contactos con otras comunidades gracias a esta beca.

Antonio Javier Aguilera, de 22 años, es de Barcelona y baila desde que a los 17 años comenzó a practicar danza urbana. «Con 20 años empecé con clases de contemporáneo y, un año después, de clásico», explica el joven, quien decidió presentarse a LAVUp! por su interés por el cuerpo y el movimiento, en especial hacia la danza y la performance. Tras haber sido seleccionado, ahora espera «tener una experiencia absorbente, en la cual pueda ver de cerca distintos procesos que tengan que ver con la creación», concluye.

Koset Quintana, de 23 años, y de Gran Canaria, comenzó a disfrutar de la danza en 2019, cuando lo escénico despertó su interés, así como algo que ella considera esencial, el movimiento. La beca de LAVUp! le ha permitido imaginarse «investigando y observando desde otros lugares y cuerpos» y por eso se presentó, porque «no solo me pareció que ampliaría mi conocimiento de referentes en la danza contemporánea y la performance, sino que ofrecía una mentoría para personas jóvenes, que están empezando», y precisamente eso fue esencial al tratarse de una labor artística. «También me agota sentir soledad en los procesos creativos y no poder contrastar ideas o intuiciones», por lo que valora la compañía y el diálogo que le ofrecerá esta experiencia en la que espera poder nutrirse, no solo del lugar que la acoja, «sino también de las experiencias que vivan mis compañeros porque también espero poder reconocerme en otros».

Dácil Ortega tiene 24 años y es de Las Palmas de Gran Canaria. Comenzó a practicar danza contemporánea cuando tenía unos diez años pero antes de eso ya había practicado danzas urbanas y había actuado en fiestas como el Carnaval de su Isla. Asegura que LAVUp! ofrece la oportunidad de «abrir la práctica escénica a otros contextos y ampliar fronteras» justo en el momento en el que ella está inmersa en la fase predoctoral de su carrera, con el inicio de una investigación en artes escénicas, por lo que «me parece fundamental nutrirme de contextos diversos». «Espero sentirme acompañada, dado que los procesos de creación artística e investigación son solitarios y también espero encontrar otros lugares donde nutrirme y que dejen algún tipo de huella en mis proyectos», avanza.

Por último, Carla Nobuko Pérez, de 29 años y de Tenerife, explica que comenzó en el mundo de la danza en 2008 y decidió presentarse a este programa de becas por «su rasgo distintivo en la experiencia», es decir, porque le llamó mucho la atención «la importancia que le dan al intercambio, al conocer, compartir y descubrir artistas en otros contextos, culturas y realidades», algo que además siempre ha sido esencial en este ámbito para ella. «Espero aprender el máximo, conocer y conectar con nuevos artistas, aportar todo lo posible y sorprenderme de todo lo que no imagino», concluye.

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