Arte

La existencia según Batista

El artista palmero Roberto Batista expone en el Museo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife hasta el 5 de marzo

Patricia Ginovés

Patricia Ginovés

Un sistema que guía al ser humano y que no lo deja explorar su individualismo. Aunque este pueda ser el germen de la obra que el artista de origen palmero Roberto Batista expone en el Museo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, el mensaje que quiere trasmitir va mucho más allá. Con sus cuadros abstractos en los que no obstante se vislumbran ciudades, multitudes u ojos sin rostro, el pintor invita al público a crear su propia historia. Tras trabajar durante años los acrílicos, en los últimos tiempos se ha decantado por el óleo y la acuarela, las técnicas que se pueden ver ahora en esta exposición, en las que también se incluyen algunas piezas que muestran el proceso de creación que ha desarrollado el autor a lo largo de los últimos años.

Batista expone por primera vez esta obra que, no obstante, forma parte de un proyecto más amplio llamado Re-sistencia cuyo concepto surgió de la idea que plasma Alberto Ruiz de Samaniego en La ciudad desnuda, una serie de variaciones a su vez sobre la obra de Georges Perec, Un hombre que duerme. Es de esas reflexiones surgen los conceptos de In-sistencia y Ex-sistencia, las dos series en las que ha estado trabajando el autor en los últimos años; sin embargo, reconoce que la primera le está costando más puesto que "el interior de uno es más complicado de lo que podemos imaginar". A pesar de ello, Ex-sistencia es también una serie ambiciosa de la que ahora tan solo se puede ver cerca de un tercio de la producción total. En total, se trata de 31 cuadros de gran formato, y algunas acuarelas más pequeñas.

"Ex-sistir es estar fuera, lanzados al exterior, sin punto posible de apoyo interior, sin subjetividad, respondiendo automáticamente a los llamamientos externos, como seres irracionales, simples máquinas guiadas desde un control ausente, disfrazado de progreso, libertad y competitividad". Así define el autor el mensaje de la obra que se podrá ver hasta el próximo 5 de marzo en el Museo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife. María Eugenia Padrón San Juan, quien presentó también esta nueva exposición, explica que el proyecto de Batista "intenta materializar los retazos del pasado" y "una gran preocupación por el futuro". "A través de un arte de carácter distópico, describe y denuncia un mundo en que las egoístas fuerzas del poder dominan a las masas sumisas y entretenidas", reflexiona Padrón, quien destaca aspectos como la ambición y la codicia, que "parecen haber contaminado una gran parte de la población mundial".

En estos cuadros se vislumbran ciudades que despiertan la imaginación del espectador, quien podrá ver mucho más allá de estos paisajes. "Luis Landero dice que el arte reside en lo que no se puede explicar, y estoy completamente de acuerdo", afirma Batista quien concluye que "todos mis cuadros están hechos un poco arrebatados y hasta yo mismo me sorprendo del resultado final porque el cuadro me va pidiendo cosas y explicar todo eso es complicado". "Es una pintura distópica, con sentido del color y una composición suave que se ve agradable a la mirada, a pesar de que las imágenes reflejadas parecen calles llenas de despojos, pero el tratamiento de la pintura lo convierte en una imagen amable", reflexiona el autor, quien concluye que "trato de esconder lo trágico de la emoción que me empuja a pintar".

Sergio Molina realizó durante la inauguración una performance con la que homenajeó la obra de su amigo. "Últimamente siento que me estimula cualquier expresión artística y que me apetece entrar en las obras de arte, sea cual sea su soporte, y creo que los cuadros no son solo visuales sino que llegan a los demás sentidos para no quedarse en la superficie", reflexiona el creador, quien corporalizó sus sentimientos hacia las obras de Roberto Batista.

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