Director de 'Infiesto', que estrena Netflix el día 3

Patxi Amezcua: "Siempre que iba a la Cuenca minera pensaba: aquí hay una peli policíaca chula"

"No se podía hacer que los diálogos fueran permanentemente asturianos pero sí quería que apareciera eso en algunos personajes"

Patxi Amezcua, entre Isak Férriz e Iria del Río.

Patxi Amezcua, entre Isak Férriz e Iria del Río. / JAIME OLMEDO

Tino Pertierra

La película "Infiesto", dirigida por Patxi Amezcua y protagonizada por Isak Férriz e Iria del Río llegará a Netflix el día 3. Se rodó durante siete semanas en localizaciones asturianas en su mayoría. Amezcua, director de "Séptimo" y guionista de "Un hombre de acción" y "La sombra de la ley", propone un thriller sombrío que arranca con la reaparición de una joven que llevaba meses dada por muerta, lo que dispara un secreto inquietante en la cuenca minera. La acción transcurre en 2020 con el estado de emergencia por el coronavirus vaciando las calles y llenando de temor e incertidumbre los hogares. ¿Un apocalipsis ahora? Amezcua (Pamplona, 1968) habla con este diario de su obra y muestra su afinidad con Asturias: su esposa es de Mieres y veranea desde hace 20 años en Tapia.

–Llueve mucho en "Infiesto".

–Hay lluvia natural y artificial. La natural o es muy fuerte o no se ve en pantalla, hay que reforzarla. Pero sí hubo algún chaparrón que incorporamos. La lluvia es muy atractiva, aunque no para rodar porque es muy complicado, es muy molesta de generar y también para los actores, es muy potente, pero visualmente queda muy chulo.

–¿Qué se va a encontrar el espectador?

–Soy partidario de no contar demasiado las películas. A veces veo tráilers y digo, pero si ya me estás contando todo, para qué quiero verlo. Mejor generar un poco de incertidumbre y de expectativa, que el espectador vaya encontrando los elementos por el camino. A nivel general sí te puedo decir que es una película policíaca, de género, que pretende ser, sobre todo, entretenida, con acción, emoción, tensión, sorpresas… Y en un entorno muy especial como es la cuenca minera asturiana en un contexto histórico muy concreto como es el arranque del confinamiento, que nos da juego a nivel dramático y narrativo.

–Ejem, en Infiesto no hay minas…

–Entiendo que desde el punto de vista asturiano sea algo delicado. Al resto del mundo les parece que Infiesto es una palabra muy sugerente. A Netflix le encanta el título. Lo mismo me pasó a mí, cuando supe que existía un pueblo con ese nombre porque conocí a una persona que era de allí, dije: qué bien suena. Tiene fuerza, referencias como a infierno… Para una historia como esta funcionaba bien. Yo quería hacer algo en la cuenca minera porque conozco mucho la zona de Mieres por cuestiones familiares, de hecho mi mujer es de allí, es un sitio que visité durante años. Tenía esa duda, ¿mantengo el título pero la historia la voy a situar en la Cuenca del Caudal y otras zonas (Gijón, Langreo, Aller…)? Intenté construir la trama de forma que el elemento Infiesto tuviera sitio dentro de la historia.

–El paisaje es protagonista.

–El propio lugar donde se sitúa la historia es un personaje más. Muchos planos aéreos, muchos recorridos en coche… Era importante mostrar ese punto de vista de lo mágico que es ese lugar, entre comillas, porque tiene esa mezcla de una naturaleza exuberante de bosques y montes con un mundo industrial de minas y fábricas abandonadas, que me generaba una localización muy especial y muy atractiva visualmente para una peli policíaca de misterio y suspense que busca inquietud. Encaja muy bien. En Asturias encontramos sitios espectaculares.

–Se oye algún acento asturiano…

–Es difícil incorporar el acento asturiano porque muchos actores no son de allí. Otros sí, mitad y mitad. No se podía hacer que los diálogos fueran permanentemente asturianos pero sí quería que apareciera eso en algunos personajes, como el que encarna Alberto Rodríguez, qué grande. Daba muy bien el tipo y su acento te ancla al lugar. Con Iria sí intentamos que tuviera un tonito, cierta musicalidad. Buscamos un equilibrio.

–¿Cómo fue el rodaje?

–Fue muy bien, pero duro físicamente. Invierno, muchos exteriores, bastante noche. Lluvia, frío, viento. Pretendíamos hacer una película que fuera muy de brumas y cielos cubiertos, pero un día vas a rodar y hay sol. Buf, y ahora qué hacemos. De repente, se cubre. Y vuelve a salir el sol. Y llueve. Complica mucho la vida. A nivel personal todo el equipo disfrutó mucho de la estancia en Asturias: Mieres, Boal, la mina de Sotón en Langreo, Gijón… El trato fue espectacular. Comimos muy bien y nos dieron muchas facilidades.

–¿Referentes?

–Los tienes por la cultura cinematográfica, es normal, como "Seven", "El silencio de los corderos" o series como "True Detective", que me fascina, y también cintas españolas como "La isla mínima", clave en el manejo del policíaco mezclado con elementos de los personajes y del contexto histórico. Son cosas que tienes en la cabeza, a veces de manera más consciente y otras inconsciente, lo manejas en la coctelera con tu propia historia y tus elementos en juego.

–Asturias no le es extraña.

–Conozco mucho Asturias, de hecho veraneo en Tapia desde hace veinte años. Conozco mucho el mundo de la Cuenca, y siempre que estaba allí me decía: aquí, en este entorno hay una peli policíaca chula. Cuando llega el elemento pandemia, digo: uy, ahora sé qué película puedo contar y es un proyecto apetecible y financiable.

–Sonrisas con los dedos de una mano… O menos.

–Me gusta ese tipo de personajes adustos, secos, sobrios.

–¿Busca sorprender?

–Lo bueno de las películas es cuando ocurren cosas que no te esperas, ese pequeño giro de tuerca que cambia las expectativas del espectador con cultura cinematográfica y que ya sabe lo que va a ocurrir a continuación porque hay como un esquema muy habitual, trillado. Hay que jugar contra eso. Lo intento en algunos momentos: de repente agitar la trama y que el espectador diga: eh, esto no lo esperaba. Me gustan las películas en las que no puedo anticipar lo que va a pasar, o que lo que anticipé no sucede.

–La pandemia, horror al fondo.

–Era un elemento importante para darle a la historia más vuelo, que no fuera solo una película policíaca en un entorno rural, que hubiera algo extra. Esa sensación un poco apocalíptica, todos confinados, las calles vacías, juega muy bien a favor de la trama policial en la que están envueltos los dos policías.

–Se acusa de usar mucho el algoritmo en las plataformas.

–En las series supongo que las plataformas buscan sus esquemas, sus códigos, y saben qué tipo de cosas funcionan mejor. En las películas creo que hay más libertad, están más abiertos a que haya más variedad. En este caso, ni a nivel de casting, guion o montaje tuve imposiciones. Me dieron absoluta libertad. Te pueden hacer comentario o sugerencias sobre algún detalle, lógicamente, pero nada más allá de algo que lo habitual en cualquier televisión.

–La escena que sugiere el drama de las residencias de ancianos acongoja.

–De hecho, cuando rodamos la escena todos sentimos un pequeño escalofrío, porque vemos que eso que estábamos contando en ese momento fue real, muy duro, y le pasó a mucha gente. Sin entrar mucho en el tema porque es un telón de fondo, sí quería dar unas pinceladas sobre esa realidad.

–Diez años desde "Séptimo". Ya llovió…

–Podía haber rodado una serie o una película de encargo, pero yo no soy ese tipo de director, necesito estar en un proyecto con el que me sienta muy implicado porque es el tipo de historia que me motiva y me divierte. Tuve un par de proyectos que sí me encajaba pero no cuajaron, no encontré financiación, y, en cambio, "Infiesto" salió como un tiro. Pero me pasa a mí y a gente más potente y famosa.

–Los "Goya", vedados…

-No puedo participar por no haber pasado por pantalla de cine. Es algo que habría que repensar, porque sigue siendo una película. Los "Oscar" sí lo permiten, por ejemplo.

–"25 kilates", su debut, es cine de culto.

–No fue muy conocida, era pequeña y salió en pocas pantallas, pero en crítica y festivales funcionó muy bien, gané muchos premios, viajé a muchos sitios. Me dio cierto prestigio como director. Pero fue muy poco vista. "Séptimo" no me dio tanto prestigio pero me dio dinero. Llega la gran pregunta: ¿prefieres el prestigio o el dinero? Yo, como tengo una peli que gustó a la crítica y otra que no gustó tanto pero que hizo un millón de espectadores en Argentina, me conformo.

–¿Se lleva bien Patxi como director con el guionista Amezcua?

–Tengo una edad y soy muy razonable y comprensivo cuando escribo si voy a dirigir yo, porque luego me voy a encontrar con este marrón, voy a ayudarle; si escribo para otro digo: aquí va esto y que se apañe.

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