El cine de efectos emocionales de José Luis Garci

‘Una vida de repuesto’, un análisis exhaustivo de la obra del director

El cine de efectos emocionales de José Luis Garci

El cine de efectos emocionales de José Luis Garci / NACHO LOPEZ

Tino Pertierra

Andrés Moret dedica casi 900 páginas a seguir la pista de José Luis Garci en Una vida de repuesto, 19 películas en total (más las que no salieron adelante), trabajos para la televisión (incluido su labor didáctica en ¡Qué grande es el cine!), creaciones literarias y propuestas radiofónicas. El sello Garci se forjó en las sesiones dobles matinales y en los cines de la Gran Vía, «las catedrales del cine» en palabras del cineasta. Moret combina los aspectos más informativos (incluidos los que van acompañados de polémicas) con los comentarios críticos y comentarios sobre los resultados de las películas en taquilla o en asuntos de premios. Fútbol, boxeo, literatura, música... Las inquietudes de Garci son varias y variadas. Como director está doctorado en «un cine de efectos emocionales» transmitiendo un «comportamiento ético».

Vayamos al plano con el propio autor. Por ejemplo, para reflexionar sobre las aportaciones del director de El abuelo al cine español: «Uno de los factores más importantes sería la conversación interna que establece entre España —como país—, varias generaciones de españoles, su cultura y su historia. Además, de gran importancia, el reconocimiento global a una cinematografía local. Con la consecución del Oscar, marca un camino muy claro para el éxito de nuestro cine en la Meca del séptimo arte. No en vano, es nominado tres veces más con sus películas, aparte del Oscar que se lleva con Volver a empezar».

¿Hay un antes y un después en el cine de Garci? «Diría que el antes y el después lo marca el Oscar, que permite a Garci hacer el cine que quiere, sin verse obligado a hacer cine de encargo». Más que enemistades, el premio le granjeó «envidias, que es peor. Desafortunadamente España ha sido y es un país de pandereta en el que la envidia por el éxito ajeno, nubla juicios a diestro y siniestro».

De notario de la Transición con Asignatura aprobada a cronista negro con El crack. ¿Una evolución lógica? «A esa altura de su carrera, no creo que fuera un tema de evolución, me parece más un tema de exploración de sus propios gustos. Garci le ha dedicado un libro entero al género del cine negro. Creo que los cineastas tienen muchas ideas que desarrollar y nunca sabes si el éxito o el fracaso de una película te va a permitir realizar la siguiente como tú quieres, por ello, veo normal que en su cuarta película decida darse el gusto de homenajear uno de sus géneros favoritos, sin necesidad de verlo como algo evolutivo».

Garci como adaptador de clásicos literarios (La herida luminosa, Canción de cuna, Luz de domingo, El abuelo...) tiene «una gran capacidad de mimetizar el estilo del literato al que adapta. La diferencia entre las escenas originales y aquellas procedentes de los libros que adapta es prácticamente imperceptible; ya sea adaptando a Galdós, Mihura, Pérez de Ayala, Sagarra o Martínez Sierra (Lejárraga), el guión siempre es fiel al literato, y a la vez fiel a sí mismo».

Quizá lo más destacado de la influencia hollywoodiense clásica en las películas de Garci sea «el gusto por el uso de la cámara: un uso limpio, sin movimientos que distraigan, sin pretensión, a la altura de los ojos, dejando que los personajes se desarrollen en el encuadre. También hace homenajes a la planificación de gente como Huston, Ford, Wilder, Lean, Lang…, usando los mismos planos e iluminación que esos maestros. Y ya, al detalle, menciones específicas, de películas, actores y actrices de la época dorada allá donde va. Su película Sesión continua (1984) es su gran homenaje explícito al cine americano».

Garci tiene otra pasión: la radio. «Sin necesidad de retrotraerse a la época en la que formó parte del grupo de profesionales que arrancan la histórica Antena 3 Radio y que le permiten ser parte de ese mundo que él tan idealizado tenía en su niñez, Garci, en la actualidad, forma parte de Cowboys de Medianoche junto con Luis Herrero, Luis Alberto de Cuenca y Eduardo Torres-Dulce; un programa de radio que lleva más de veinte años en antena y que me atrevo a decir es el germen de los tan famosos podcast que hoy en día invaden nuestros teléfonos móviles».

Con franqueza: ¿qué películas situaría en la cima y cuáles en los escalones más bajos? «Personalmente no me gusta hacer listas, aunque a veces me las piden. En el libro hago un análisis de todas sus películas con sus pros y sus contras y de todas puedo decir cosas buenas. Lo que tengo muy claro es que You’re the one (Una historia de entonces) (2000) es la gran obra maestra de Garci y una de las mejores en la historia del cine español».

El Garci de la serie fantástica Historias del otro lado es el más experimental: «Sin duda. Juega con los géneros, la iluminación, los colores, los efectos especiales, el diálogo o la ausencia de tal, el sonido, … Como él mismo dice, la serie es la escuela de cine a la que nunca pudo acudir de joven. En ella se tratan temas y se exploran maneras de contar que van a definir el cine de Garci de su segunda etapa, a partir de 1994».

Garci editor, escritor, cinéfilo, tertuliano, divulgador… ¿El hombre de las mil caras? «De los mil talentos, diría yo. Creo que poca gente puede alcanzar la excelencia en cada uno de los campos en los que se ha metido, y Garci lo ha hecho. No solo en el campo del cine, sino también en el fútbol y en el boxeo; no podemos olvidarnos. Yo a Garci le descubro primero en Estudio Estadio y no como cineasta».

The end: «¿Se puede resumir la poética garciana? «Uf,… resumirla es difícil, pero identificarla sí. Si coges una película de Garci empezada por la mitad sin saber de quién es, a los pocos minutos puedes ponerle nombre y apellidos. Es una mezcla de aspectos técnicos como los diálogos, la luz, los encuadres... pero también las actuaciones, temáticas, ritmo. Todo ello crea unos versos muy reconocibles».

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