Óbito

Jeff Beck, el guitarrista reverenciado por los guitarristas que renunció al éxito pop

El inquieto y virtuoso músico londinense murió a los 78 años después de haber marcado a una numerosa pléyade de instrumentistas

Muere Jeff Beck, uno de los guitarristas más importantes del mundo del rock

Vídeo: Agencia ATLAS | Foto: EFE

Rafael Tapounet

El concepto ‘guitarrista de guitarristas’ es uno de los más recurrentes clichés que campan por el mundo del rock (un mundo, por cierto, donde los clichés crecen como setas). A Jeff Beck, sin embargo, la etiqueta le sentaba como un guante de piel de ciervo. Solo hay que ver la profunda y sincera devoción que desprenden todos los mensajes de despedida que sus pares le han dedicado tras conocer la noticia de su muerte, ocurrida el martes como consecuencia de una meningitis bacteriana. “El mejor guitarrista del planeta”, sentenció Joe Perry, de Aerosmith. “Nunca habrá otro como él”, dijo Tommy Iommi, de Black Sabbath. “Su técnica era única. Su inventiva no tenía límites”, escribió Jimmy Page.

Fue precisamente el guitarrista de Led Zeppelin quien a mediados de los años 60 recomendó a Jeff Beck para el puesto que lo iba a propulsar a la primera división del rock británico. No era un trabajo cualquiera. Se trataba de sustituir a Eric Clapton como solista de The Yardbirds, banda que en esos días buscaba desesperadamente un lugar en las lista de éxitos pop sin renunciar a su pasión por el blues. Beck podía tocar blues como el mejor, pero el purismo nunca fue su negocio, y en canciones como ‘Heart full of soul’, ‘Evil hearted you’ y ‘Shapes of things’ condujo a los Yardbirds hacia sonidos mucho menos trillados y más interesantes. Sus compañeros recompensaron su aportación con una ingrata patada al cabo de solo 20 meses, poco después de que Page aceptara convertirse él mismo en miembro del grupo.

Avanzado a su tiempo

Nacido en 1944 en Wallington, a las afueras de Londres, Geoffrey Arnold Beck se interesó por la guitarra eléctrica después de escuchar a Les Paul y, siendo todavía un crío, empezó a tocar con un instrumento prestado. Tras pasar fugazmente por una escuela de arte, ingresó en 1962 en la banda de Screaming Lord Sutch, montó un par de grupos sin suerte y se empleó como músico de estudio hasta que en marzo de 1965 recibió la invitación para unirse a los Yardbirds.

Su experiencia en la banda fue tan breve y tempestuosa como fructífera (coronada, además, con una impactante aparición en la película de Michelangelo Antonioni 'Blow Up'), y Beck salió de ella con la reputación de ser un guitarrista altamente imaginativo y avanzado a su tiempo. De hecho, el primer elepé que publicó con su nombre, ‘Truth’ (1968), se adelantó en casi seis meses al debut de Led Zeppelin y anticipó, con su mezcla de blues, épica y virtuosismo incendiario, el rumbo que el rock iba a tomar en los años siguientes.

Con la complicidad de Rod Stewart, que había participado como vocalista en ‘Truth’, Ronnie Wood y Nicky Hopkins, el guitarrista dio un nuevo paso adelante al formar el Jeff Beck Group, banda con pretensiones de estabilidad cuyo estreno discográfico, ‘Beck-Ola’ (1969), reincidía en los logros sónicos del anterior elepé y parecía destinado a otorgar a sus autores el estatus de estrellas mundiales del que ya gozaban los citados Zeppelin o los Who. Si eso no ocurrió, se debió por una parte a los continuos cambios de personal (Stewart y Wood desertaron tras la publicación de ‘Beck-Ola’ para formar los Faces y Hopkins abandonó poco después) y, por otra, a los virajes estilísticos impuestos por Beck, que en las dos siguientes entregas del grupo se aventuró en terrenos como el funk, el jazz y el soul.

Búsqueda artística

Para entonces había quedado ya ampliamente demostrado que Jeff Beck estaba embarcado en una aventura artística en la que el éxito pop no tenía cabida. Esa necesidad de buscar nuevos caminos marcó tanto sus correrías junto al bajista Tim Bogert y el batería Carmine Appice como su breve asociación con la Mahavishnu Orchestra de John McLaughlin, un encuentro que determinó su entusiasta apuesta por el jazz fusión en ‘Blow by blow’, influyente álbum de 1975 producido por George Martin del que Beck acabó renegando.

A partir de ahí, el guitarrista pareció incapaz de asentarse en un género el tiempo suficiente como para grabar dos discos parecidos. De la mezcla de pop y heavy metal de ‘Flash’ (1985) saltaba al blues de ‘Guitar Shop’ (1989) y, de ahí, al rock and roll añejo a lo Gene Vincent de ‘Crazy legs’ (1993) y a la electrónica ambient de ‘Who else!’ (1999). Un carrusel de estilos que alienó a los fans ocasionales pero que consolidó su prestigio como instrumentista todoterreno; un ‘guitar hero’ en toda regla cuyo virtuosismo apasionado influyó a una pléyade de guerreros de las seis cuerdas, de David Gilmour a Joe Satriani, de Brian May a Kirk Hammett y de Gary Moore a John Frusciante.

El último proyecto de Beck resultó un giro sorprendente pero muy consecuente con su inaprensible trayectoria: ‘18’, un elepé cocinado a medias con Johnny Depp en el que las composiciones originales del actor se alternaban con versiones de artistas clásicos como Marvin Gaye, los Beach Boys y la Velvet Underground. El disco se publicó justo después del tormentoso juicio por difamación que enfrentó a Depp con su exesposa Amber Heard, lo que contribuyó más bien poco a su carrera comercial. Puro Jeff Beck.

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