Entrevista | Benjamín Eche Gerente del Clúster Canario de la Música

«Turismo y música ofertan emociones, y por eso tenemos que unir fuerzas»

El Clúster Canario de la Música estrena la figura del gerente, que recae en las manos del promotor musical Benjamín Eche

El gerente del Clúster Benjamín Eche.

El gerente del Clúster Benjamín Eche. / El Día

Patricia Ginovés

Patricia Ginovés

Hasta el momento, el Clúster Canario de la Música se ha centrado en recoger las reivindicaciones del sector, tanto de aquellos que trabajan de cara al público como los que se encuentran tras el escenario. Con el nuevo año, la organización quiere dar un paso adelante y tienen previsto un ambicioso plan de desarrollo y consolidación que pasa por buscar colaboraciones fuera de las fronteras canarias y sumar nuevos socios.

Fundado en plena crisis del covid, el Clúster Canario de la Música continúa avanzando para defender los derechos del sector en el Archipiélago. Como muestra de su imparable trabajo, estrena ahora la figura del gerente, que recae en las manos de Benjamín Eche, un profesional del sector, socio del Clúster desde su creación, y que demuestra que no hay que ser músico o cantante para sentir pasión por este oficio. El año 2023 que comienza se presenta cargado de retos para este profesional de la promoción musical de origen francés que se ha marcado como metas ampliar el número de socios, lograr nuevas colaboraciones entre administraciones o exportar la marca del Clúster fuera de las fronteras canarias.

¿Qué importancia tiene la creación de la figura del gerente para el Clúster?

Hemos comprobado que había que darle una nueva vuelta de tuerca a la organización, sobre todo para dinamizar y ofrecer más valor a los socios, para que no huyan los que están y para tratar de ser lo más representativos posible dentro del sector.

¿Un sector que en Canarias tiene unas características especiales por tratarse de un territorio insular?

Sobre todo cuando hablamos de arte, cada territorio tiene su particularidad. En nuestro caso eso se acentúa porque es muy importante el turismo para nosotros. Creo que turismo y música deberían ir más de la mano y esa es también nuestra intención.

¿En qué situación se encuentra actualmente el Clúster Canario de la Música?

Nació de manera espontánea ante la necesidad que surgió a principio de la crisis del covid. Su creación se debió al trabajo de fuerzas voluntarias que querían sumar en aquella situación tan delicada. Había que arrimar el hombro y hacer fuerza. Durante tres años se ha sacado adelante el trabajo gracias a estos voluntarios y cada Presidencia se ha asumido para darle fuerza al colectivo y con mucho mérito. Aún somos pocos, por eso necesitamos unir fuerzas.

Precisamente el Clúster nació en mitad de una situación muy complicada, en la pandemia, ¿ha hecho eso que sea un órgano aún más reivindicativo?

Totalmente. Y por eso mi intención es desarrollar un plan de consolidación para orientar el Clúster hacia una filosofía más proactiva y constructiva, porque hasta ahora ha sido una herramienta de defensa que muestra los problemas que tenemos con la administración pública, por ejemplo, que es nuestro primer cliente. Creo que ha llegado la hora de hablar con una sola voz para consolidar nuestra propuesta y atraer a más socios. 

¿Cuáles son las acciones más importantes que piensan desarrollar en este 2023?

Nuestro plan se desarrolla en cinco ejes y medio centenar de acciones previstas hasta 2024. La primera línea de trabajo es la atracción de socios y de apoyos externos financieros. También queremos promover la colaboración intersectorial acercándonos al sector turístico porque es el motor económico de nuestra región. El turismo oferta emociones y nosotros, el gremio de la música, somos expertos en crear y difundir emociones, por eso se pueden dar colaboraciones que hay que explorar. También queremos acercarnos al sector audiovisual, que es todo un ejemplo en Canarias. Hay un claro punto de intersección entre el audiovisual y la música, que es el videoclip, y que a su vez puede ser una herramienta muy potente para la promoción turística. Otra línea de trabajo es la promoción exterior para dar a conocer nuestras propuestas artísticas, tanto la del Clúster como las propuestas de cada uno de nuestros socios. En este sentido, queremos destacar que no contamos solo con cantantes sino que nuestro sector está formado por productores, técnicos o distribuidores y por eso hay que educar alrededor de la música para poder representar todas las actividades. También buscamos atraer a gente de las ocho islas para lograr una representatividad real. Otra línea será la cooperación al desarrollo a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el acercamiento a otros territorios para colaborar con el sector musical de África, las regiones ultraperiféricas europeas u otros archipiélagos o islas del Caribe. Es ambicioso y tal vez pretencioso pero hay que apuntar alto para pensar en todo lo que nos puede dar valor.

¿Se encuentra el sector en un momento de cambio?

Somos un sector caracterizado desde hace tiempo por las constantes revoluciones, el cambio del vinilo al CD y luego al digital, por ejemplo, y eso no afecta solo al cantante sino a todo el sector.

Y en esas revoluciones, ¿qué papel juega la formación?

Debemos actualizar conocimientos continuamente y precisamente es una de las actividades que queremos potenciar desde el Clúster. También es muy importante la sensibilización de los más jóvenes sobre los oficios que existen alrededor de la música. Hay mucha gente que puede sentir pasión por la actividad musical pero que no tiene un talento artístico, como es mi caso. El Clúster ha nacido principalmente de los artistas pero es importante integrar los demás oficios para que tengan su voz y cuidemos sus preocupaciones. Durante esta crisis los artistas han sido la cara visible y un altavoz para saber lo que ocurría detrás del escenario.

¿Cuáles son las reivindicaciones del Clúster para el nuevo año que comienza?

Justo con el Año Nuevo se cumple una década de la entrada en vigor de la ley 15/2010 que modificó la ley de morosidad, y que dicta que la administración pública, que es nuestro principal cliente, tiene por plazo máximo 30 días para el pago. Pero seguimos sufriendo retrasos. Hay ayuntamientos en Canarias que presumen de tener una gran reputación en dinamismo cultural y que cuadruplican el plazo medio del pago a proveedores. Las grandes productoras tienen un aguante financiero que permite hacer frente a estos retrasos pero nos encontramos con una media de 140 días de pago y las empresas pequeñas necesitan cobrar una actuación para poder hacer la siguiente.

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