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Elsa López Escritora

«Seguimos viendo fotos donde solo aparecen hombres con sus trajes grises»

«Yo creo en el amor cuando te engrandece y te deja ser libre; lo demás es mentira», indica la escritora

Elsa López. E.D.

Investigadora, docente, guionista, editora y escritora, Elsa López es mundialmente reconocida por su poesía. Ha sido conmemorada con el puesto de Embajadora de Buena Voluntad de la Reserva de La Biosfera Isla de La Palma ante la Unesco, y ha recibido innumerables premios como el I Premio de Investigación José Pérez Vidal (1993) o Premio Canarias 2022 de Literatura.

Su trayectoria personal se encuentra marcada por enormes logros. Siendo investigadora, docente, guionista, editora y escritora, ha tenido la oportunidad de dar voz a sus pensamientos y poner en palabras sus emociones. ¿Cómo ha llegado hasta aquí? ¿Cuál ha sido su inspiración?

Desde que era muy joven, creo que estaba todavía en el bachillerato, ya levantaba la voz. Hablamos de finales de los 50. Cuando llego a la universidad lo único que hago es continuar eso que llevo dentro y que hago desde que soy adolescente; siempre fui una niña y una adolescente protestona. De alguna manera, quizás la educación de mi madre tuvo que ver. Era una mujer muy beligerante en muchos aspectos. Políticamente tenía las ideas claras, bueno, todo lo claras que las puede tener alguien de 17 años. Pero ya hacía defensa de lo que me parecía que no era justo, lo que yo entendía por la libertad de los demás y de lo que yo entendía que era respecto al tema de las mujeres.

Es catedrática y doctora cum laude en Filosofía. ¿Ha tenido alguna dificultad a lo largo de su carrera? ¿Cómo ha influido en su lucha política?

En la carrera no he tenido dificultades. Gracias a que estudié Filosofía se me permitió opinar. Excepto políticamente, en los años 60, en los que acabé en una manifestación con Tierno Galván, García Calvo, etc… Éramos un grupo que contestaba y se manifestaba y que era perfecto para mis ansias de libertad. Las mujeres éramos respetadas y temidas, y de alguna manera todo eso fue muy útil para mí. Que mis compañeros de lucha política y de carrera estuvieran a nuestro lado y estuvieran con nosotras, eso me ayudó a seguir en la lucha política.

El feminismo defiende sus valores frente a una sociedad que está en constante cambio. Una herramienta importante para ello es el lenguaje. ¿Considera que el lenguaje no sexista es una realidad alcanzable?

Es una realidad alcanzable. Pero que se ponga el lenguaje como meta para hacer que el mundo sea igual entre hombres y mujeres no es del todo cierto. El lenguaje es otra arma más, pero hay otras armas que hay que defender, no podemos ir con el lenguaje como bandera porque eso al final no funciona. Hay que trabajar en la enseñanza, en la educación, pero no cambiándoles el lenguaje solamente.

La literatura, al igual que en otros ámbitos ha sido un mundo principalmente dominado por hombres a lo largo de la historia. ¿Cree que esa preponderancia ha cambiado?

Sí lo creo. Yo creo que la lucha ha dado ciertos resultados, no el 100%, pero sí que hay un 50% de ventaja en este momento. Por ejemplo, en los jurados literarios es casi obligado que haya una paridad. Seguimos viendo fotos donde solo aparecen hombres con sus trajes grises y sus corbatas, pero de hecho en el mundo de la literatura se ha conseguido mucho. Se han reeditado libros de mujeres que estaban olvidadas o perdidas y se han dado pasos muy grandes.

¿Y se le ocurre alguna manera de propiciar ese cambio para luchar contra el techo de cristal?

Ideas hay muchas. Levantar la voz es importante, las manifestaciones, el grito es necesario… pero visibilizar las pequeñas cosas cotidianas es importantísimo. Eso es lo que genera culturalmente los movimientos y el conocimiento. La clave de todo está en la educación, y hablo de educación de verdad, enseñando a la gente que está pasando y qué ha pasado.

¿Y cómo combatimos el todavía persistente techo de cristal?

Hace poco en un congreso se reunieron más de 90 mujeres del mundo de la enseñanza. Quien organizaba, coordinaba y grababa era un hombre. Me hizo tanta gracia que lo dije en alto. Pero la realidad es así, tú tienes una empresa con montones de mujeres extraordinarias trabajando y de repente aparece en la foto un señor. ¿Quién es este señor? Si aquí hay 300 mujeres trabajando, de las cuales 10 tienen todas las cualidades para dirigir la empresa, ¿por qué no dirigen ellas? Ese es el techo. ¿Cómo romperlo? Es muy difícil, pero está el camino de la educación.

En su trayectoria ha sido la primera mujer en ganar certámenes literarios como el de Poesía de Ciudad de Melilla. ¿Cree que los premios siguen estando copados por los hombres?

No sé si he sido la única en ganar esos premios, pero sí sé que los premios literarios que he visto son pocas mujeres las que los han ganado. ¿Por qué se da esta situación cuando hay plicas y no sabes quién se presenta? Pues, probablemente porque los lectores o jurados o los que hacen las selecciones son hombres. Creo que la literatura escrita por mujeres es diferente. Es lógico que la literatura escrita por hombres les parezca más atractiva o que defina un poco más su idea de lo que es la vida, el amor, el universo, etc.

¿Entonces qué hacemos para eliminar esta brecha?

Desde el momento en que hay una misma paridad entre el jurado, ellas pueden entender que hay una mujer ahí presente, y que esa mujer y que ese texto destila inteligencia personal; un sentimiento o un estilo, algo que ellas defienden. He sido jurado muchas veces y yo noto cuando hay una mujer detrás de un libro, aunque venga con plica, ya sea porque están en femenino o por lo que me cuenta y lo que expresa.

¿Qué está ocurriendo con la lectura, que cada vez convoca menos a las personas jóvenes? ¿Debemos poner esto en relación con la progresiva digitalización de los entornos?

No creo que sea culpa de la tecnología, sino de la falta de interés. Hay libros que no les interesan en absoluto, pero si tú vas a una feria de libros y ves una cola de tres kilómetros de gente joven. De la misma manera que les gusta Crepúsculo, para ponerte un ejemplo, o les gustan algunas series, agotan enseguida libros que les interesan y devoran series de varios tomos.

Entonces no es que no quieran leer, es que lo que les estamos ofreciendo les aburre. Hay que cambiar el chip.

Por ejemplo, hay una opinión muy común de que la poesía no gusta a los jóvenes, es mentira. Yo voy a los institutos. Les leo los poemas a los chavales y les encantan los de amor. Y luego los medios de difusión cambian. No podemos tener la mente tan cerrada, siempre se dice que el pasado era mejor, pero eso no es cierto. Hay aspectos del pasado que eran horribles y que han mejorado. En aquella época te violaban lo mismo que ahora. No te pinchaban porque no eran tan sofisticados, pero te encontraban en la calle o en un callejón y te violaban, aunque tuvieras ocho años.

En muchas ocasiones habla sobre la dictadura de la mente, de cómo se nos condiciona. ¿Cree que la literatura y el arte son vías de escape para mantener nuestra libertad?

O todo lo contrario, es que la literatura y el arte también pueden ser elementos dictatoriales. El arte te obliga a mirar de una manera y a veces ejercen una dictadura brutal, es decir, si no entiendes de esto es porque ‘eres tonta o porque no tienes conocimientos o porque vives en la Edad Media’. En literatura pasa lo mismo, las editoriales hacen lo que les da la gana, y te dicen lo que se lleva en este momento, te lo imponen. Eso es una dictadura. ¿Dónde está la libertad? En la elección, en la educación, en que no te quiten la filosofía para que tú estudies y aprendas a discernir, a elegir, a tener criterio propio.

En sus obras uno de los temas principales es el amor, ¿Qué características debería tener una relación para que se considere sana?

Bueno pues que te haga reír todo el día. Que te haga feliz. El amor es risa, armonía, conocimiento, amistad, bienestar. Cuando el amor te hace sufrir, llorar, te masacra, te humilla, te hace vivir en un estado de tensión, eso no es amor. Yo creo en el amor cuando te engrandece y te deja ser libre, te deja ser tú misma. Todo lo demás es mentira.

¿Qué les recomendaría a las mujeres y niñas que se quieran dedicar a la literatura?

Que lean. Que empiecen por tebeos, que sigan con cuentos y pasen a novelas. Me da igual si son de amor o del Oeste. Que lean lo que les dé la gana, pero que lean hasta caer rendidas. Y luego escriban, porque escribir es muy fácil. Yo recomiendo que escriban, arruguen, tachen y vuelvan a escribir, porque eso es lo importante. Y por supuesto, que no tengan miedo a decir lo que sienten.

Cedida por el Boletín de Igualdad del Marco Estratégico Tenerife Violeta del Cabildo de Tenerife.

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