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Amalgama

‘El Síndrome de Hamburgo’, 1979

‘El Síndrome de Hamburgo’, 1979

Peter Fleischmann fue un director de cine alemán que mereció mucho respeto intelectual por su carrera fílmica. En 1979 estrenó Die Hamburger Krankheit, de 117 minutos de duración. El filme comienza con un debate entre científicos en el Centro de Congresos de Hamburgo sobre la prolongación de la vida humana. En ese momento se extiende por Hamburgo una epidemia peligrosa, que vuelve loco y mata a quien la tiene, y las autoridades reaccionan con pánico y medidas que se muestran por Fleischmann como sin sentido, hasta que las vacunaciones masivas terminan siendo el agente causante de la enfermedad.

Un hombre grita por la calle, desesperado: «Lo que estáis haciendo es estúpido, más estúpido que los cerdos. Tenéis que ir al manicomio»; una voz en off en la radio de un coche: «Las primeras medidas de urgencia incluyen la restricción de la libertad de movimiento y la prohibición de tráfico individual. Los infractores se enfrentarán a la admisión inmediata en uno de los campos de salud. El Ministerio de Interior remarcó que cualquiera que ponga en peligro el bien común no gozará de la estima social. Sólo la férrea voluntad de todo el mundo puede ser una fuerza efectiva»; en otra escena se ve un ciudadano con mascarilla puesta preguntado por otro vecino: «¿Os habéis vacunado todos? ¿Quién te vacunó a ti?, respuesta: los sanitarios ¿quién si no? Y sigue: ¿te vacunaron los sanitarios? ¡A mí no! Yo me subí al tejado ¿con qué te vacunaron?», y el interpelado desaparece huyendo del no vacunado. Llega el médico a vacunar, y rodeado de una tropa de sanitarios enfundados en monos antibacteriológicos de color blanco van vacunando a todo el mundo. Una joven responde al médico: «Pero si no estoy enferma…», y la respuesta del médico: «¿Y cómo probarás eso querida niña? Nadie puede saber si está sano»; y añade el vacunador: «Por eso tenemos que amenazar a todo el mundo. Si queremos ganar la batalla, tenemos que participar todos»; unos ciudadanos escuchan en la radio: «Gracias a cada uno de vosotros. El peligro aún no ha pasado. Todos debemos ayudar a encontrar el último no vacunado. Permaneced vigilantes», y todos aplauden. Aparecen cuatro enfundados en el mono antibacteriológico blanco arrastrando a un anciano a la fuerza y éste grita: «¡Los valores sociales están cayendo! ¡La justicia desapareció! ¡Ahora los sanos son los enfermos!».

Una fiesta privada con sus participantes enmascarillados. El protagonista científico, Sebastian, contesta a la prensa: «Para nosotros los científicos no es necesario tomar medidas, sino encontrar la causa de la enfermedad. Y lo conseguiremos si se nos ofrecen los fondos necesarios»; el entrevistador le recrimina que habrá que tomar medidas, y el científico responde: «¿Sólo para probar que estás haciendo algo?». Ante unos científicos que muestran sus dudas al político éste responde: «Caballeros la gente está alarmada, está pidiendo acción inmediata para combatir la epidemia», y un científico le responde: «Perdone… ¿Qué quiere combatir si no sabe lo que es?», y el político arguye: «Es solo parcialmente correcto decir que no podemos tomar acción contra una enfermedad que no conocemos. Sugiero inyectar antivirales a la totalidad de la población de Hamburgo».

Más tarde el científico Sebastian hablando con su mujer, que le pregunta si la enfermedad es contagiosa, le contesta: «El ánimo de la gente también puede ser contagioso… las emociones, las pasiones… las emociones y las pasiones han costado a la humanidad más muertes que la peste». Otra escena con los oyentes abajo, con mascarillas, que escuchan el meetig de un político que promete salvar a la bella ciudad de la pandemia, y cruza en medio del gentío un hombre semidesnudo gritando: «¡Sufrimiento, sufrimiento, vosotros habéis arruinado todo! ¡Jodida prensa! ¡Sufrimiento, sufrimiento!».

En una reunión final de varios ciudadanos huidos al campo bávaro, uno de ellos alza su copa y exclama: «Los tiempos de crisis son gloriosos para la humanidad, pues llaman a la gente con el sonido de las trompetas para que rehagan su destino ¡Es nuestra oportunidad para la felicidad!».

Fleischmann era director de cine en la República Federal Alemana, hermana de la Alemania comunista, a la que le faltaban diez años para alcanzar la libertad y, probablemente, en la que inspiró su guion y película, con música exitosa de Jean-Michel Jarre, y entre el elenco de actores Fernando Arrabal, perteneciente al Grupo Pánico con el coguionista Roland Topor, y con Alejandro Jodorowsky.

El 11 de agosto de 2021 fallece Fleischmann, en medio de los rigores de la pandemia, y doce días después, el 23 agosto de 2021, en El Confidencial, el periodista Javier Brandoli se quejaba: «Los antivax amargan la fiesta en Italia», señalando que el movimiento antivacunas se mezcla con la ultraderecha y que la población protestaba contra el green pass, o pase obligatorio de vacunación para poder desplazarse y trabajar: «Antes su batalla era el euro, la Unión Europea o la inmigración, y ahora, con un razonamiento parecido, su forma de demostrar que no forman parte de la corrupta casta es oponerse a las vacunas». Brandoli sacaba cuentas, con datos de un sondeo del periódico La Repubblica, de que solo dos de cada diez italianos eran antivacunas. Y seguía: «Son, en todo caso, un número considerable que preocupa a las autoridades ante un posible otoño caliente en el que las calles pueden volver a agitarse con los movimientos antirrestricciones que empiezan a encontrar apoyo en partidos mayoritarios. Según las encuestas, los votantes de Fratelli d’Italia y la Lega, las dos formaciones que encabezan los sondeos de intención de voto con entre ambas más de un 40%, son los principales opositores a las vacunas... En el lado opuesto, los votantes del izquierdista Partido Democrático y del conservador Forza Italia son los que más apoyan las vacunas».

Brandoli seguía informando sobre lo que había dicho Giorgia Meloni, la líder de Fratelli: «No soy antivacunas, pero sí soy contraria a la obligación a vacunarse. A mi madre la he vacunado, pero a mi hija de 12 años ni con cadenas lo haría», y Meloni aprovechó para poner el foco sobre Draghi: «Draghi dijo ayer que la invitación a no vacunarse es una invitación a morir. Si está a favor de la obligación de la vacuna, que tenga el coraje de hacerlo». Y luego, la lideresa Meloni cargó contra el green pass y la falta de libertad: «Si tienes que mostrar un certificado para ser libre, significa que no eres libre». Setiembre de 2022: Giorgia Meloni es elegida para primera ministra de Italia.

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