«¡Cómo nos engañaron!», se lamentaba Mary después de desistir en su empeño de esperar a primera hora de la tarde de ayer a que apareciera por las calle del barrio de El Toscal el actor cubano con nacionalidad estadounidense William Levis, protagonista de una de las telenovelas del momento, Café con aroma de mujer (2021), que triunfan en Netflix.

Las calles de San Miguel y Tribulaciones acogieron ayer las tres primeras secuencias de rodajes de cuantas se sucederán las próximas tres semanas en diferentes localizaciones de Tenerife; para hoy está previsto que estén grabando en el Banco de España y en el antiguo Palacete del Gobierno de Canarias, luego clínica maxilofacial, frente a la plaza de los Patos.

La productora River Flow Pictures, de Guillermo Ríos, se ha encargado de los preparativos en la Isla que se iniciaron en mayo, cuando las primeras grabaciones desarrolladas en Madrid. En los tres últimos meses el equipo de Guillermo Ríos se ha encargado de las localizaciones que han acabado de transformar El Toscal en La Habana vieja contemporánea para la serie de seis capítulos que versará sobre la historia de Montecristo, proyecto audiovisual de Secuoya Studios y que se ofrecerá en una ventana internacional que todavía no se ha anunciado. Ha sido una semana acondicionando el primer barrio obrero de Santa Cruz como escenario de La Habana; «aunque para ser sincero solo hemos tenido que aumentar los cables y colocar ropa tendida y algunos detalles más».

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Rodaje de Montecristo en El Toscal María Pisaca

No es la primera vez que El Toscal sirve para una localización cinematográfica; en 2011 se grabó en el patio de Casa Nano, en la calle Santiago, Montevideo 1930, que cuenta la historia del equipo de fútbol de Yugoslavia que disputó su primer Mundial.

Poco antes del mediodía tuvo lugar el primer rodaje, con un tiro de cámara del Pasaje de las Tribulaciones, con una carretilla con tres pilas de bananas por el que se pierde uno de los protagonistas corriendo que parece adentrarse en La Habana, que aparecerá difuminada en el plasma colocado en la pared del fondo. El segundo rodaje, la persecución por El Señor de las Tribulaciones, para dar paso a la tercera y tercera grabación en la calle de San Miguel. Más tarde siguió en el Pasaje 2 Ravina.

Paradojas de la vida, frente por frente al Pasaje de las Tribulaciones, como si de un palco se tratase, el cineasta Santiago Ríos, recordado, entre otras producciones, por Guarapo. «Recuerdo lo que peleamos en aquella década para colocar a Canarias como uno de los destinos para producciones audiovisuales». Al final, fraguó su idea, y gracias a los atractivos de las Islas y a los incentivos fiscales, es rentable y atractivo este tipo de iniciativas, admite Santiago Ríos, un vecino que en el ímpetu de su forma de expresarse denuncia su magisterio en la dirección.

La grabación se lleva en medio de un gran secretismo, pues el guión parece limitado a unos pocos, en un equipo de más de un centenar de personas; solo en producción, la empresa de Guillermo Ríos aporta a treinta trabajadores a los que se suman otros tantos llegados desde Madrid.

Una semana bastó para convertir al primer barrio obrero de Santa Cruz en La Habana vieja

Sobre el argumento, se reintera lo ya publicado cuando comenzó el rodaje en Madrid y el propio William Levy explicó: una miniserie que retrata el choque entre la vieja aristocracia y la nueva jerarquía financiera, que se apoya en las nuevas tecnologías. El protagonista, Alejandro Montecristo (William Levy), es fundador y director de una empresa tecnológica de éxito, que simboliza la modernidad frente a la tradición y decadencia representadas por sus enemigos. Es el antihéroe trágico que lucha contra el sistema establecido. Su irrupción genera el recelo de una élite que desconoce el origen de su fortuna y pasado, como publicara Pilar Martínez hace dos meses en Diez Minutos.

Llama la atención la decena de vehículos como los que transitan estos días por La Habana Vieja y que están aparcados para el rodaje. «¡Quién nos lo iba a decir a nosotros que hay empresas especializadas en la Isla en coche americanos para películas!», reitera Santiago Ríos, en referencia a Canary Pictures Vehicles, con sede junto al aeropuerto de Los Rodeos. «En el rodaje de la persecusión hay un atropello y es el doble quien entra en acción», tal y como se pudo ver sobre las cuatro de la tarde de ayer por la calle de San Miguel. Tras lograr zafarse, los persiguen tres agentes de la policía cubana que se pierden por La Habana Vieja de El Toscal, rumbo a Almeyda.

De nuevo otra anécdota. El cineasta recuerda sus orígenes. «Yo viví de niño en Cuba. Con plátanos como estes –cuenta en referencia a las piñas que están en la carretilla de la entrada al Pasaje de Tribulaciones, se hacían tostones cubanos, que también llamaban plátanos al puñetazo. «En la grabación de Guarapo en La Gomera estábamos entre piñas de plátano y se hicieron tostones; recuerdo la sorpresa de Juan Luis Galiardo como los degustó por primera vez».

El cineasta Santiago Ríos se convirtió en testigo privilegiado del rodaje desde la ventana de su casa

Al finalizar el tercer rodaje del día, el equipo recoge las cámaras. Ayer no estuvo William Levy, pero no se descarta que participe hoy junto al elenco de catorce actores que se han desplazado, aunque no se confirma si están en la Isla para el rodaje Esmeralda Pimentel, Roberto Enríquez o Silvia Abascal, protagonistas de la producción que, con guión de Lidia Fraga y Jacobo Díaz, está dirigida por Alberto Ruiz-Rojo.

Como un extra de la miniserie Montecristo, algunos vecinos muestra su emoción porque aparece Augusto Algueró, «como el de Carmen Sevilla», explica en el interior de su casa terrera que se localiza en la confluencia de las calles San Miguel con El Señor de las Tribulaciones. «Yo soy el galán», cuenta con humor. Las paredes resuman la tradición de una venta de toda la vida; le acompaña su sobrino. «¿Quieres saber mi historia?», pregunta al interlocutor. A sus 91 años, Augusto nació en La Palma, hasta que luego fue un niño de la Casa Cuna que encontró acogida en una familia de El Toscal que, a la postre, le dejó la casa en la que recibe la visita. Cuando se le pregunta si tiene hijos, asegura que la última vez que supo algo de su único descendiente fue una carta que le mandó de Buenos Aires, en el que le contaba que estaba peleando... Historias de El Toscal que bien podrían ser argumento para otra miniserie.

¿Quién es William Levy?

Actor y modelo de amplia sonrisa, de origen cubano y piedra angular de la exitosa serie Café con aroma de mujer (Netflix), William Gutiérrez Levy (1980, La Habana) está considerado uno de los hombres más guapos del mundo. Más allá de esa apreciación, que para gustos hay colores, el intérprete nacido en Cojimar –municipio ubicado al Este de la capital cubana– se inició en este mundo rodando telenovelas en Miami [Olvidarte jamás, Mi vida eres tú y Acorralada]. Dicen que se comía la cámara y eso le valió ser la imagen de las campañas publicitarias de la firma Dolce & Gabbana. Ese, sin duda, se convirtió en el mejor escaparate para que otras multinacionales lo eligieran como imagen de sus promociones. Sin embargo, algo cambió cuando se incorporó al reparto de Café con aroma de mujer, una serie que triunfa como la espuma en España. Y es que Levy ha encontrado en estas coordenadas europeas un filón