El humorista manchengo Joaquín Reyes regresa a Tenerife con Festejen la broma, con el que conquistará el escenario del Teatro Guimerá desde el jueves 16 hasta el sábado 18 de junio, a las 20:00 horas. Para esta propuesta, el cómico confiesa haber preparado «una amalgama de chorradas» para deleite del público tinerfeño, con el que no se reúne desde hace ya varios años. «Me parece que las chorradas definen bien lo que yo hago porque lo único que pretendo es que la gente que me venga a ver se divierta», resume el artista, quien afirma que con esta terminología «trato de quitarle importancia a lo que hago porque, aunque a ciertas personas les guste darse el pisto, lo único que me parece importante es divertir a la gente y por eso creo que mi trabajo es sencillo».

En Festejen la broma, Joaquín Reyes ha «jubilado» sus espectáculos anteriores y por eso promete «material nuevo». Joaquín Reyes llega a Tenerife con su fina ironía y sus alocadas ideas, y sabe que siempre se arriesga a que a alguna persona del público le moleste alguna de sus bromas. «Yo siempre apuesto por la broma cómplice, no por la cruel, el problema está en la manera de formularlo, como en la actualidad, cuando debido a la existencia de las redes sociales, parece que la gente insulta, en vez de criticar», explica el manchego quien ve normal que haya cosas que hace 20 años eran bromas aceptadas y que ahora puedan molestar a parte de la sociedad porque «hemos evolucionado y eso no tiene que ser malo».

«Lo más importante en el humor es tener complicidad con el público», sentencia Reyes, y añade que afortunadamente él la tiene: «Es muy raro que tenga problemas con la gente que viene a ver un espectáculo al teatro porque existe un acuerdo tácito y esa gente asume que ha venido para oírme decir barbaridades». Y esas «barbaridades», como él las define, no siempre son las mismas: «Voy cambiando algunas cosas porque me gusta divertirme cada vez que salgo al escenario y, también, porque cada público te va pidiendo un ritmo específico».

Festejan la broma supone, para Joaquín Reyes, el regreso al monólogo, el formato con el que empezó trabajando en el mundo del humor. «Le tengo mucho cariño porque fue así cómo me hice cómico, así que no veo este espectáculo como algo que no me queda más remedio que hacer sino como una vuelta a los orígenes», resume el manchego.

En cualquier caso, el humorista afirma que «hay tiempo para hacer de todo» y no puede tener más razón puesto que, sin haber dejado de hacer disfrutar al público de sus espectáculo, el pasado año publicó su libro Subidón. «Me gusta mucho leer y, cuando uno lee mucho, empieza a albergar la idea de aportar algo a la literatura», explica Reyes quien reconoce que con la escritura, «soy capaz de expresar cosas que de otra manera no puedo». Además, celebra que, si algo bueno tuvo la pandemia, es que «la gente empezó a leer más y eso ha sido positivo y se ve reflejado en las ferias del libro que se celebran estos días en toda España, que están llenas de gente y repletas de un ambiente festivo».

Defensor de lo «viejuno», Joaquín Reyes espera poder envejecer haciendo lo que le gusta: hacer reír al público. Aunque también hay ejemplos de cómicos que no envejecen bien, el humorista afirma que «todo tiene que ver con la ilusión con la que te presentas ante el público» y sabe que, aunque puede que no esté hasta el final sobre el escenario, «siempre estaré haciendo cosas relacionadas con la comedia».