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Entrevista

Ángeles González-Sinde: "Hacer cine hoy es casi un privilegio"

La exministra presenta este jueves su primera película como directora, 'La suerte dormida', en el Colegio de la Abogacía de Alicante, que coincide con su última película en los cines, 'El comensal'

Ángeles González-Sinde. MIKEL LARREA

La guionista, directora de cine y exministra de Cultura con Rodríguez Zapatero, Ángeles González-Sinde, se reencuentra el jueves en Alicante con su ópera prima, La suerte dormida (2003), veinte años después y tras el estreno reciente de su última película como directora, El comensal, que adapta la novela autobiográfica de Gabriela Ybarra sobre las secuelas que supuso para su familia el secuestro y asesinato a manos de ETA de su abuelo, Javier de Ybarra, en el verano de 1977. El acto en Alicante será a partir de las 17 horas en el Colegio de la Abogacía de Alicante (ICALI), de entrada libre previa inscripción en este enlace: https://bityl.co/CSM0

Ganó el Goya a la mejor dirección novel con La suerte dormida. ¿Cómo ve la película, veinte años después?

Pues se produce en un momento muy bonito para mí porque llega en la misma semana que he estrenado El comensal y no ocurre normalmente, que estrenes tu última película y que pongan también la primera, y creo que me va a encantar verla mañana y poder hablar con quienes asistan al coloquio. Es muy interesante poder hablar con abogados sobre un tema jurídico llevado a la ficción y, con lo que a mí me gustan las películas y series de abogados, seguro que me vuelvo con la maleta cargada de ideas.

¿No la ha vuelto a ver desde entonces?

No, y creo que casi ningún cineasta vuelve a ver sus películas, porque solo ves defectos y crees que lo podías haber hecho mejor y no hiciste. Pero como ha pasado ya tanto tiempo creo que la veré con mucho cariño, porque además ahora pienso que era una primera película de cine político, social, muy ambiciosa, que seguía a los cineastas que yo admiraba, como Costa-Gavras o Sidney Lumet, un cine que me gustaba y me sigue gustando. Me sigo identificando mucho con la película.

La protagonizaba Adriana Ozores, que también aparece en El comensal.

Claro, estaba Adriana Ozores, que es mi actriz favorita, y luego hicimos algún trabajo juntas en una obra de teatro que ella dirigió y yo escribí, y otra cosa hace años en Canal Sur. Fue el principio de una relación muy buena.

¿Qué le empujó a llevar al cine esta novela de Gabriela Ybarra?

Habla de muchos temas que me gustan y me interesan. De la familia y la dificultad muchas veces de comunicarnos, incluso aunque haya mucho cariño, con las personas que tenemos cerca; también de la política, de cómo impacta en las familias, en la intimidad, de cómo aunque queramos mantenernos al margen eso está ahí, o cómo se transmite la memoria en diferentes generaciones. Y se habla de todo ello de manera muy delicada, con ternura y contención, sin hacer melodramas. Me gustó mucho la novela y a la autora le pareció bien colaborar en el guion, porque para mí fue importante tener su apoyo para hacerla bien y con respeto.

En El comensal, ¿se habla de la huella que deja un asesinato, más que del asesinato en sí?

Eso es. La parte más policiaca o de secuestro, queda fuera de la película. Nosotros vemos lo mismo que vivió la familia. Estamos en el año 1977 en una familia con cuatro hermanos en la casa y cómo ven el fracaso de las negociaciones, la dificultad de tener noticias... y luego lo alternamos con el año 2011, cuando el mismo personaje (Ginés García Mellán), uno de los hermanos, es un hombre adulto con una hija mayor (Susana Abautia). A raíz de la enfermedad de la madre, la hija empieza a percibir que hay muchos bloqueos en esa familia, sobre todo de ella con su padre, que lleva una coraza que ella necesita romper para acercarse a él en momentos tan difíciles. Vamos adelante y atrás en el tiempo y vamos entendiendo por qué ese padre es así, por qué ha llegado a tener que callar lo que le ocurrió, porque era otro momento de España y no podía contar lo que le pasaba, porque ser familia de una víctimade ETA era estar señalado y poner en riesgo a los demás. 

Empiezan a verse más películas que hablan del terrorismo de ETA. ¿Es importante curar heridas?

Sí, es fundamental que vivamos en un ambiente de seguridad y que ya no haya esa amenaza. Antes era imposible hacer las películas o series de ahora porque te jugabas la vida, nadie quería invertir en ellas porque era arriesgado. En cambio ahora el ambiente es completamente distinto, la película se recibe con mucha emoción, la gente aplaude, se emociona y se identifica con el problema, hayan vivido o no en el País Vasco. Eso se puede hacer en un clima acogedor como ahora, que han pasado diez años desde el fin de ETA y ello nos pone en una posición de más sosiego y calma para escuchar las versiones de todo el mundo. La gente percibe que es reconfortante y sales con mucha paz porque es luminosa también, parte de un problema y acaba encontrando una solución bonita. Es una familia que se reconstruye y se encuentra.

Como directora no se prodiga mucho, ¿por qué?

Porque trabajo mucho como guionista, también escribo novelas y porque hacer cine hoy es casi un privilegio. Es muy difícil conseguir armar una película, financiarla y todo eso. Estoy contenta con mi trabajo de guionista, pero espero en el futuro tardar menos tiempo en volver a hacer cine.

No sé si es buen momento para estrenar en cines.

Es muy mal momento porque la taquilla no se ha recuperado de la pandemia y las películas duran una semana o dos. No hay muchas opciones y es para todas las películas por igual. Que se recupere dependerá de todos nosotros, de si recuperamos la costumbre y nos damos cuenta de que el cine, como sucede en el teatro, es algo que visto en una sala con gente y en pantalla grande tiene mucha magia y mucho destello.

Dio nombre a la Ley Sinde contra la piratería hace una década. ¿Se imaginaba que ahora pagaríamos a las plataformas por consumir series y películas?

Claro que me lo imaginaba, estaba clarísimo, por eso me parecía que había que poner algún tipo de norma de convivencia para todo. No podía ser que solo tuvieran ganancia las tecnológicas, y al final las tecnológicas son las mismas que producen y distribuyen el cine actual. Lo que pasa es que en este tiempo Europa se debilitó y a quienes pagamos es a las grandes plataformas norteamericanas y los europeos nos hemos quedado reducidos al tamaño de un liliputiense.

La Ley Audiovisual que extiende las ayudas a películas y series de grandes plataformas ha causado protestas de productores independientes. ¿Entiende su queja?

Sí, claro que la entiendo, porque su preocupación es la de todos los productores europeos. Las plataformas son fantásticas para consumidores y espectadores, pero tiene que haber diversidad y que existan las grandes como Top Gun y las que hablan de otras formas de ver la realidad como El Comensal, Alcarràs o Cinco lobitos, que son obra de productores que trabajan de otra manera y que es importante que tengan su hueco. Si no, el audiovisual europeo se acabará decidiendo en despachos de Hollywood y eso será pobre y empobrecedor.

¿Qué le parece que los estudios de Ciudad de la Luz se recuperen para el audiovisual?

Es una noticia fantástica, porque la oportunidad que ofrece nuestro país para rodajes extranjeros es muy grande, y también el dinero que traen a España. Hace unos meses se rodó en Alicante la de Guy Ritchie y lo que dejan allí es muy importante.

Estuvo en 2010 en Mutxamel con el primer acuerdo para que se hiciera el Museo de Arcadi Blasco y aún no se ha hecho. ¿Qué opina?

Estuve en el nacimiento y es un proyecto muy bueno, estaría muy bien si se retomara. Toda la obra de esa generación de artistas hay que recuperarla y revalorizarla. No es solo memoria sino parte de quienes somos, y que esa obra la puedan disfrutar las generaciones posteriores que no la conocen.

¿Tiene algo en proyecto?

Estoy escribiendo. Publiqué una novela (Después de Kim) que transcurre en Benidorm, Altea, donde tengo una casa, y ahora he firmado un contrato para convertirla en película y ojalá que pueda ir pronto a rodar a Alicante, que sería genial porque rodaría en casa. Ocurre toda la acción entre L'Alfàs del Pi, L'Albir, Polop, toda esa zona, aunque no se dice en el libro. Me encantaría rodarla pronto allí y ahora estoy con el guion.

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