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Entrevista

Ilegales: "La lucha por la vida es lo que la hace digna de ser vivida"

La banda asturiana celebra su cuadragésimo aniversario con 'La Lucha por la vida', un disco en el que detallan las formas de sobrevivir en el mundo de la música

Ilegales, en una foto promocional.

Ilegales se encuentran celebrando su cuadragésimo aniversario y, en conmemoración, han publicado 'La lucha por la vida' (2022), un disco con canciones nuevas y algunos de sus temas más recientes -evitando los ‘clásicos’- que incluye colaboraciones de Bunbury, Dani Martín, Josele Santiago, Vetusta Morla, Loquillo, Calamaro, Luz Casal, Iván Ferreiro, M-Clan y Coque Malla, entre otros. Este álbum, con el que están de gira, pretende reflejar -haciendo suyo el título de una trilogía de Pío Baroja- la dificultad de sobrevivir durante tanto tiempo en un mercado tan competitivo y azaroso como es el de la música. Sin embargo, su carismático líder, Jorge Martínez, recién llegado de Chile, se niega a recurrir a la nostalgia para celebrar su larga andadura.

¿Cómo estás de tus cosas quirúrgicas, Jorge?

Bueno, me cortaron fuertemente. Me rajaron porque vieron una cosa que podría desembocar en un proceso tumoral, pero parece ser que no existía tal posibilidad y me han vuelto a cerrar; el boquete, no obstante, fue importante... Pero ahora, mientras hablo contigo, estoy en el zoológico de Madrid, y aquí te das cuenta de que lo sano del hombre es que tiene problemas: los animales salvajes se enfrentan diariamente a un montón de problemas, y por eso no degeneran; en cambio, los que hay en el zoo carecen de tales inconvenientes: tiene resuelta la comida y no están expuestos a la acción de depredadores, pero los veo tristes y probablemente con una depresión galopante.

Las cicatrices de la vida.

Sí, la vida te deja lleno de cicatrices, pero esa es la tensión que nos mantiene en pie.

¿Cómo surgió todo este proyecto para celebrar el cuarenta aniversario de Ilegales?

Hace ahora veinte años, logré reunir a todos los Ilegales y grabar con ellos un disco en directo. Y muy bien, pero, salvo porque quizá le dimos un plus de vitalidad al asunto, ofrecimos lo mismo que en los discos de estudio. Pero esta vez no quería pecar de endogamia ni repetir los títulos más conocidos (una fórmula tremendamente exitosa y muy recomendable para alguien que quiera hacer caja) . Así que nos pusimos a llamar a gente que conocíamos y a otra a la que no conocíamos tanto para desarrollar un listado de temas totalmente nuevos (o, al menos, de muy corto rodaje). Al final, han sido las canciones las que han elegido a los artistas.

Explícate.

Sí, las canciones tienen su personalidad. Tú cuando oyes un tema te preguntas: "¿Qué artista cantaría bien esto?", e inmediatamente piensas en alguien. Piensas en Carlos Tarque si se trata de soul blanco explosivo; si es algo clásico puedes pensar en Loquillo. O en Dani Martín, que es un cantante que ha crecido mucho y al que muchos rockeros maldicen.

Parece que ha habido cierta polémica con la designación de Dani Martín.

Sí, pero a mí no me importa. El día que llamé a Dani, al que no conocía de nada, estaba con Josele Santiago tomando una cerveza. Le dije que era un poco comprometido invitarle a este proyecto, y él [Josele] me dijo: "Si no te atreves tú…". Pues nada, llamamos a Dani y, la verdad, fue muy generoso, igual que Bunbury, Calamaro, Luz Casal, Kutxi Romero, Loquillo..., todos han respondido muy bien.

Bunbury eligió El ángel exterminador, la canción más antigua del disco.

Sí. Queríamos rehacerla por tercera vez. La primera grabación era nuevaolera y la hicimos en 1979 bajo el nombre de Los Metálicos; ni siquiera se llegó a editar. Así que la retomamos y la grabamos en 1988, pero evitando ese ritmo saltarín propio de la primera versión y dándole un poco más de solemnidad. Sin embargo, creo que nos pasamos de solemnidad... Y esta vez, hablando con Enrique, le dije: "Tenemos que hacer la versión definitiva", y creo que hemos conseguido que tenga un tempo adecuado sin que pierda esa magia del saxo, del Hombre Lobo de Mieres, que le dio un puntazo tremendo. A la tercera va la vencida.

Concretamente esta canción está de plena actualidad.

La escribí en 1978, pero la naturaleza humana no defrauda. Hay una frase que dice: "Un hombre grita: ‘No disparen’, y cae muerto". Hace poco, un titular en El País decía: "Un hombre grita: ‘¡No disparen, soy un civil!’, y suenan cinco disparos". En fin, somos así, es nuestra naturaleza...

Y tú siempre has sido muy visionario. Oye, ¿cómo ha sido la integración en las canciones de gente tan diversa y de distintas procedencias (incluso generacionalmente hablando)?

Fantástica. Ahí están, por ejemplo, los chicos de Vetusta Morla, Juanma y Guille, que han hecho un trabajo tremendo. Yo sabía que lo iban a hacer bien, pero queríamos un viraje total y... ha sido casi diabólico. Pero es que en realidad no se ha tenido que adaptar demasiado; todos estaban en su dimensión, perfectamente en la onda. ¿Por qué razón? Porque a Ilegales, ya desde el primer disco, se nos acusó de no llevar una dirección concreta, porque los grupos de la época eran muy limitados musicalmente y se repetían durante todo el disco. Grababan un LP -aunque con dos canciones hubiese sido suficiente- y a eso, a la escasez de recursos, casi indigencia, lo llamaban tener una impronta, una personalidad. A nosotros, en cambio, nos echaban en cara querer probar con demasiadas cosas. Pues bien, en este La lucha por la vida seguimos con la misma pauta: probamos con muchas direcciones diferentes y, con los generosos refuerzos de los que hemos dispuesto, las hemos abordado todas quizá con más solvencia que nunca.

¿El disco pretende huir de la nostalgia a propósito?

Sí, totalmente. Ilegales es un grupo del presente, y miramos hacia el futuro. Está muy bien saber de dónde viene uno para ser consciente de cómo has llevado el camino, pero hay que mirar hacia adelante para saber a dónde quieres llegar. Así que no, no vivimos de tiempos pasados. De hecho, durante la temporada en la que no hubo canciones nuevas se paró la banda porque me parece que es lo más honesto que un músico puede hacer en una situación así. Y ahora que las canciones llegan de manera torrencial, que cada día aparecen ideas nuevas, creo que es el momento de desarrollarlas. Es más, seguramente este La lucha por la vida sea el mejor disco que haya hecho hasta ahora Ilegales. 

Te ha salido un disco con un montón de himnos coreables, como en los mejores tiempos de Ilegales (estos también lo son). ¿Tú cómo lo haces para resistir?

Yo es que creo que estamos en un muy buen momento. La banda está muy equilibrada, hay muy buenos músicos, están en plena forma, y si algún día alguno no se encuentra en condiciones, que elija bien a quien le sustituya, y ya está, como se hace en las bandas de jazz. De hecho, eso de ‘La lucha por la vida’ mira un poco hacia esa gente, que experimentaba mucho con intercambios de músicos entre las bandas. Miles Davis un día tocaba con Joe Jones a la batería, otro día estaba con John McLaughlin a la guitarra... Nosotros creo que somos demasiado ‘cerrados’, pero en este disco hemos contado con una formación bastante ampliada, con Ilegales de pleno derecho que han sido todos los invitados.

Por cierto, el título de La lucha por la vida no es gratuito, pero ¿qué querías sugerir con él para este disco?

A lo largo de esta entrevista hemos hablado de lo higiénico que es mantener esa tensión con la vida. Se trata de eso, de luchar por la vida, de estar vivo; en eso consiste. Puede que haya muchos individuos en muchas especies, no solo en los humanos, que estén muertos sin saberlo. Esa lucha contra la corriente es un signo de vida; solo los peces muertos siguen el curso de la corriente. La lucha por la vida es lo que la hace digna de ser vivida y lo que hace existir a la propia vida. Es consustancial con la propia vida. Ya tendremos tiempo de no luchar por la vida, tiempo para no tener problemas cuando hayamos muerto.

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