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Música
Pedro Halffter Director musical de 'Florencia en el Amazonas'

«Esta ópera desmonta muchos mitos, aquí no muere la soprano»

Pedro Halffter. E. D.

El director y compositor Pedro Halffter se podrá al frente de la Orquesta Sinfónica de Tenerife para el estreno en España de la ópera Florencia en el Amazonas. Las funciones están previstas para los próximos 22, 24 y 26 de marzo en la Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife.

No es la primera vez que se va a poner al frente de Florencia en el Amazonas. Ya ha dirigido esta ópera antes...

En Suiza, hace poco. La quería haber hecho hace mucho tiempo porque me parecía una ópera que, primero, está hecha en español y eso es poco habitual y, después, conecta muy bien con el público. Está basada en un libreto inspirado en Gabriel García Márquez. Esta ópera le va muy bien a Tenerife por ese sentimiento de cercanía que tenemos con toda la cultura latinoamericana. Además, porque –aunque pueda parecer lo contrario– aborda temas que resultan muy actuales.

¿Como cuáles?

El primero es la relación del ser humano con la naturaleza. El Amazonas es todo un símbolo del medio ambiente. Todo transcurre en un barco y los dos actos terminan de una manera más o menos trágica porque la naturaleza se vuelve en contra del ser humano. Creo que Florencia trata de reencontrarse consigo misma y con la naturaleza, algo que considero muy actual. Es un tema esencial. Además, más aquí en Canarias donde se acaba de vivir lo que ha pasado en La Palma con el volcán. Uno piensa que eso no va a ocurrir pero pasa y en el Amazonas sucede exactamente lo mismo.

¿No es curioso que una ópera que encaja tan bien en España no se haya estrenado hasta ahora en el país?

Yo no pude estrenarla por razones básicamente económicas. La quería haber programado en Sevilla y no pudo ser. Por eso dije inmediatamente que sí cuando me ofrecieron hacerla en Suiza. Estoy muy agradecido e ilusionado de poder estrenarla por fin en España y de que además sea precisamente aquí en Tenerife. 

En la partitura de Daniel Catán cada personaje tiene su propio acento...

La parte de Florencia es equiparable a la dificultad de un personaje de las grandes óperas puccinianas como puede ser Tosca, Mimí o Madame Butterfly. Cada personaje tiene su propia historia. Está inspirada sobre todo, no sólo, en El Amor en los tiempos del cólera y Cien años de soledad. Los nombres son parecidos incluso. En los libros hay muchas alusiones a la ópera y el amor a la música. Une varias historias. Desde el amor pasado de Florencia a la de Paula y Álvaro con un amor más otoñal, maduro y complejo. Después hay dos jóvenes, Arcadio y Rosalba, que se encuentran. Después está también la relación entre el personaje de Arcadio con su tío, que es el capitán y una especie de sabio. Y luego está un personaje del realismo mágico que es Riolobo. Esta ópera desmonta muchos mitos de lo que es la ópera. Aquí no termina muriendo la soprano ni el barítono impide que el tenor se enamore de la soprano. Además, sin hacer muchos spoilers, tampoco muere nadie. Es una búsqueda, una ópera casi del siglo XXI que se puede escuchar como si estuviéramos escuchando a Puccini. Es maravillosa y afronta problemas de hoy, nuestros, muy actuales. 

La elección entre el amor, la familia, y la carrera profesional es un debate que no puede estar de más vigencia.

Sí, y haciendo ahora sí un spoiler tremendo: el proyecto del viaje parte de que Florencia vaya a reabrir el teatro de Manaos, que existe de verdad. ¿Por qué razón no se lleva a cabo eso? Pues porque hay una epidemia de virus. Más de actualidad, imposible.

Habrá un reencuentro suyo con la Sinfónica de Tenerife, orquesta con la que mantiene una larga y estrecha vinculación.

Sí. Además, tuve la oportunidad de dirigir aquí justo antes de la pandemia El Kaiser, que también es una ópera súper actual escrita en un campo de concentración. En El Emperador de la Atlántida se presentó aquí precisamente el mismo día que se estrenó una película que se hizo en el estreno del Teatro Real en los ensayos de la producción.

¿Para un director es muy diferente ponerse al frente de una orquesta para una ópera que para un concierto sinfónico al uso?

La verdad es que sí. Es un trabajo totalmente diferente. Tengo la suerte de que dirijo a menudo tanto sinfónico como ópera. Son dos maneras de dirigir totalmente diferentes. En el sinfónico, el director y la orquesta son los que presentan al cien por cien su visión de la obra. En la ópera, al tener también otros elementos como los vocales, muy importantes, y los escénicos, entra en juego también el aspecto visual. Nosotros somos la autoridad máxima en el resultado final pero hay que conjugar elementos como el barco en esta pieza porque hay que saber el tiempo que tarda en trasladarse, por ejemplo. Y hay que ser más flexible. Después está la conjunción de las voces o colocar la orquesta en el foso, que especialmente en estos momentos es muy complicado. Es un trabajo que me encanta. Trabajar con los cantantes es muy gratificante. Y el público cada vez pierde más el miedo a ir a la ópera. Si alguien va a ir por primera vez a la ópera, yo le recomiendo que venga a escuchar a Florencia. Con los ojos cerrados. Va a escuchar arias maravillosas y una historia preciosa. Es una historia muy cercana con música extraordinaria para todas las edades.

Esta producción requiere de instrumentos que no son habituales, ¿verdad?

Hay algunos instrumentos en la orquesta con los que los músicos llevan practicando meses. Por ejemplo, hay uno que recuerda un poco a la música más popular del caribe. Luego está la marimba y algunos tambores que aparecen de una manera muy sutil.

Eso habla de la versatilidad de los profesionales de la orquesta.

Claro. El tocar en concreto lo que se llama el steel pan –que no es para nada habitual en una orquesta sinfónica– ha llevado un trabajo para el instrumentista que se extiende desde el mes de enero. Es muy difícil. Pero no solo eso, los instrumentos tal y como están tratados en esta ópera requieren de un esfuerzo extraordinario de la orquesta. Están haciendo un trabajo extraordinario, al igual que el coro.

La de la ópera es una maquinaria muy compleja y eso muchas veces no se aprecia del todo.

Es como hacer una película en directo cada vez que haces un espectáculo. Tengo que felicitar a Ópera de Tenerife por apostar por estos títulos poco habituales. Creo que esta es una forma de ganar público y de tener una gran dimensión. Además, se conecta con una música que nos es muy cercana en estas Islas. Y lo digo porque esta casa y su público me es también muy cercana. Así, con estos estrenos, Tenerife consigue tener la importancia que se merece.

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