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«La ULL tiene un taller pionero de fundición artística que me trajo aquí»

El artista Paco Moreno.

Paco Moreno es valenciano pero lleva ya ocho años viviendo en Tenerife. Llegó a la Isla atraído por el taller de fundición con el que cuenta la Universidad de La Laguna, precisamente la misma institución que estos días ha reconocido su trabajo otorgándole el II Premio Nacional de Escultura María Belén Morales. ‘Calabrote’ es el nombre de esta pieza que estos días se puede descubrir en la sala de arte La Capilla.

¿Por qué decidió un valenciano venir a estudiar a la Universidad de La Laguna?

Vine con una beca Sicue Seneca a terminar la carrera de Bellas Artes porque antes había hecho un Erasmus en Sicilia y me gustó la experiencia, así que quería continuar mi formación fuera de mi ciudad. A mí me gusta mucho la fundición artística y la ULL cuenta con un taller reconocido a nivel nacional porque es pionero en muchas técnicas; de hecho, es el primero que implementó la fundición artística en el grado de Bellas Artes y el profesor Juan Carlos Albaladejo tenía una gran trayectoria. Esos fueron algunos de los motivos que me trajeron Tenerife.

Y tras terminar la carrera, se ha quedado en la Isla. ¿Se ve desarrollando aquí su carrera?

No hay que cerrarse puertas. Es cierto que, cuanto más te quedas en un sitio, más cosas te atan a él pero no me cierro. Estoy bien aquí porque me han salido muchas oportunidades. Empecé a trabajar con compañeros, a hacer encargos y todo ha ido rodado. Estoy terminando la tesis doctoral y, aunque el futuro es incierto, las expectativas son buenas.

Calabrote es la pieza con la que ganó el II Premio Nacional de Escultura María Belén Morales y fue hecha ex profeso para el certamen pero muestra una línea que la que ya venía trabajando desde hace tiempo.

La produje concretamente para este premio pero el desarrollo artístico y mi imaginario venía de antes. Mi trabajo suele presentar animales, que utilizo como medio de expresión para mostrar ideas o enviar mensajes que tengo en la cabeza. Los animales son el medio de expresión para hacer la escultura. En Bellas Artes normalmente nos forman en tres disciplinas, en pintura, dibujo y escultura, y se trabaja mucho el cuerpo humano. Tener ese referente durante la carrera hizo que naciera en mí la búsqueda de otras fisionomías de trabajo diferentes al cuerpo humano. Y de ahí me vino la decisión de trabajar con animales.

Está claro que la obra ha gustado pero, ¿usted se quedó contento con el resultado?

Sí. En la producción artística, los artistas siempre nos quedamos con alguna duda, algo que cambiaríamos y precisamente eso nos permite seguir trabajando. Pero el resultado de esta pieza sí que me dejó contento aunque para nada me esperaba recibir el premio porque sé que el resto de las esculturas que participaron eran también muy buenas. Es todo un honor y un orgullo recibir el premio.

«También he hecho joyería de autor en la que está presente la fisionomía animal

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¿Calabrote forma parte de una serie?

Más que una serie, es la línea de trabajo que vengo siguiendo en los últimos años en los que implemento el concepto de la mercancía. El elemento metafórico de la jaula o la caja de mercancías es un recurso que uso mucho para hacer llegar el mensaje que quiero trasmitir. En esta obra le doy la misma importancia a la caja que a la pieza en bronce. Puede estar más valorado el animal por todo el trabajo que conlleva pero no para mí. Lo que intenté en esta obra es que fuera todo un conjunto.

Dada la importante infraestructura que conlleva su obra, ¿dónde trabaja?

He estado en varios talleres con diferentes compañeros, en La Cuesta y en Santa Cruz, y ahora estoy buscando otro espacio. Calabrote se creó en varios sitios e incluso algunas piezas se fundieron en Portugal porque hice allí una estancia de investigación. La posibilidad de contar con obra en bronce viene dada por la coloración de la ULL y mi doctorado, porque estoy haciendo una investigación sobre fundición artística. Todo esto no lo podría haber hecho en un taller compartido aunque es verdad que dos de mis profesores, Juan Carlos Albaladejo e Itahisa Pérez Conesa, buscaban la forma de simplificar la fundición artística para reducir toda esa infraestructura. Tratan de enseñar al alumnado de una manera más artesanal para poder producir obra en metal con poca instalación y mi tesis también se basa en un estudio experimental para simplificar los procesos de fundición.

¿Cómo se presentan para usted y su producción artística los próximos meses?

Tengo pensando seguir trabajando y participando en exposiciones, en todas las que pueda. Ahora estoy en el proceso final de depósito de la tesis y defensa del doctorado por lo que estoy muy metido en la investigación y también me dedico a la docencia en la ULL por lo que la producción artística se puede ver paliada. Pero mi tesis también ha estado orientada a la joyería por lo que he tenido la oportunidad de producir piezas de pequeño formato de joyería de autor en microfundición y en porcelana. En ella también está presente la fisionomía animal y tampoco descarto volver al gran formato. Siempre busco tiempo para hacer de todo.

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