El próximo jueves Eugenio Padorno cumple ochenta años. Voz esencial de las letras hispanas contemporáneas, en la escritura de Padorno es difícil deslindar ritmo y pensamiento, como lo es disociar su interrogación obstinada por el ser de su introspección insulómana. Residente desde la infancia en la calle Albareda de Las Palmas, entre La Isleta y el resto de Gran Canaria, el poeta pasea habitualmente por su istmo literario, arrastrado acaso por la promesa de un centro, acompasando pasos, respiración y perplejidad. Figura silente, Eugenio Padorno tiene algo que decir y, con motivo de su cumpleaños, algunos autores se congregan en estas páginas para recordarlo.