eldia.es

eldia.es

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Javier Negrín Pianista

«No hubo otra opción y no tuve dudas, para mí siempre fue el piano»

«A veces te encuentras joyas que pasan desapercibidas y es muy estimulante», asegura el pianista

Javier Negrín durante un concierto. E. D.

La segunda edición del Classical Laguna Experience (CLE) cierra hoy su programación de tres días con el pianista Javier Negrín en el Teatro Leal de La Laguna. Será a partir de las 20:00 horas con sus Escenas románticas, un espectáculo basado en las obras de Enrique Granados (1867-1916). Negrín llega a este concierto con una amplia trayectoria internacional a sus espaldas. 

¿Cómo empezó en el mundo de la música?

Desde el colegio. Entré en el conservatorio entré a los ocho años pero ya desde antes había dado clases particulares. Llevo toda la vida, realmente. Se empieza desde que eres pequeño. El momento importante es decidir si te quieres dedicar a esto o no cuando terminas el Bachillerato. La opción entonces es ir a un conservatorio superior o a la universidad. Yo opté por ir a un conservatorio.

¿Siempre fue el piano? ¿Lo tuvo siempre claro?

Sí, para mí sí. No hubo otro color, siempre fue el piano, sin ninguna duda. Nunca hubo otra opción.

Tomar la decisión que usted comenta, la de dedicarse profesionalmente a la música, suele implicar la necesidad de salir fuera a formarse. ¿Cierto?

Claro. En el conservatorio existía un muy buen profesor de piano superior que se llamaba Jesús Ángel Rodríguez y ahora hay dos catedráticos muy buenos: Javier Laso y Francisco Martínez. A veces también hay que salir fuera para ver otras influencias, para empaparse un poquito de un ambiente musical un poco más variado y rico. Yo tuve la gran suerte de poder estudiar en el Royal Collegue de Londres. Me fui a estudiar directamente allí con 18 años. Estuve casi diez años viviendo en Inglaterra.

Dicen que nadie es profeta en su tierra pero en su caso yo creo que no ha sido así, por suerte...

Sí. No tengo ninguna queja. He tocado con las orquestas canarias, he estado en el Festival de Música, en el Casino, en el Teatro Leal, en el Auditorio de Tenerife, en el Pérez Galdós, etcétera. Me siento bien. No me siento descuidado para nada, no tengo ninguna queja.

Llega a este ciclo de La Laguna con Granados, un compositor especial para usted al que le ha dedicado buena parte de su tiempo.

Granados es muy especial desde que grabé el disco de Goyescas, que se publicó en 2016. Es un compositor con el que tengo una sintonía muy especial, que me ha llevado a dar muchos conciertos con esa obra y con el que tengo previsto también un gran proyecto discográfico. La verdad es que me gustaría dedicarle bastante tiempo. De una manera muy natural, uno va a encontrando afinidades según avanza el tiempo y profundiza en el repertorio con el que se siente más cómodo y que cree que tiene muchas cosas por descubrir.

¿Siente que está reivindicando a Granados?

Sí. Con los compositores españoles nacionalistas pasa una cosa: normalmente se toca mucho las obras conocidas. Pero también hay cosas interesantes de otras obras que no se han grabado tanto. A veces te encuentras joyas que pasan desapercibidas por una razón u otra y eso es muy estimulante para mi como intérprete. Cuando el repertorio tradicional está tan tocado y hay tantas versiones de referencia de pianistas de tanto renombre, es bastante estimulante encontrar un hueco con un compositor que uno siente que su música se merece un reconocimiento mayor. A veces no hace falta porque su música ya tiene suficiente exposición pero con otros sí hay que hacerlo.

¿Un ejemplo?

Pues acabo de grabar un disco en Italia con la obra para piano de Armando Alfonso, un compositor contemporáneo al que le acaban de dar la Medalla de Oro de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife.

Sí, fue director de la Sinfónica de Tenerife, ¿verdad?

Exacto. Pues tiene una obra para piano interesantísima que ya en parte se había grabado pero no en su totalidad. Pues ahora mismo vengo de grabar un disco sobre ella y eso me hace especial ilusión. Por un lado porque se trata de música que merece un reconocimiento y merece un trato así: grabarla con buenos medios, con un sello discográfico de nivel internacional, con críticas en revistas especializadas, etcétera. Es decir, que merece que se le de difusión. Eso como intérprete me conecta con lo más interesante de mi trabajo, que es en realidad la esencia de todo, y sobre todo con tocar repertorio estrictamente contemporáneo. Muchos de los compositores que conocemos actualmente eran también los intérpretes de su propia música. A partir de la emancipación del intérprete a principios del siglo XX, se produce una desconexión progresiva con la música del presente. Para mí, ha sido muy importante conectar con este tipo de música. Ya lo había hecho con obras de Tomás Marco, por ejemplo, tengo un disco grabado con Gustavo Díaz Jerez y José Ramón Encinar. Como intérprete es muy importante tanto dar a conocer la música del pasado como la música buena que se está componiendo en estos días. En ese sentido, creo que este disco con Armando ha sido un acierto y espero que tenga la difusión que se merece.

Muy especial con esa conexión tinerfeña entre compositor e intérprete...

Y tanto. Fíjate que una de las piezas son variaciones sobre el Arroró y Armando las compuso mucho antes de que esta música fuera escogida como el himno de Canarias, para que te hagas una idea.

Este proyecto grande sobre Granados llega de la mano del sello norteamericano, Odradek Records.

Sí, es el mismo con el que va a salir el disco de Armando.

¿Y cómo se afronta la ingente tarea de grabar las obras completas de Granados?

Pues serán, aproximadamente, diez cd. Si todo va bien. Pero bueno, hace falta buscar financiación pero es un proceso largo que depende de muchos factores. No es tan fácil. El proyecto está en principio aprobado pero tampoco es seguro que se pueda hacer porque al final uno está en cierta medida sujeto al mercado. Estos proyectos no siempre tienen una traducción en lo que yo puedo tocar en público. Me apena muchísimo, por ejemplo, que este disco de Armando quizás solo tenga cabida en nichos y festivales especializados en música contemporánea, aunque mucha de su música es perfectamente audible e interesante. Existe un poquito ese estigma de que a la música contemporánea hay que hacerle una especie de sandwich con obras tradicionales y meterlas con calzador en los programas. Es como si estuviéramos pidiendo perdón o disculpas por un material que es artísticamente interesantísimo y que nos conecta con la realidad contemporánea. Me parece que hay que reivindicarlos sin ningún tipo de complejo. Me parece que lo justo es que este disco se estrenara en Tenerife.

Compartir el artículo

stats