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Libros | Novela negra

Hawkins regresa con ‘A fuego lento’

«Me interesa saber cómo llegamos a convertirnos en las personas que somos, cómo elegimos a qué aferrarnos para curar nuestras heridas», explica la autora

Paula Hawkins. ÁLVARO MONGE

La autora del superventas La chica del tren escribe para EL DÍA sobre los cinco protagonistas de su nuevo thriller, cuatro de ellos mujeres. La nueva novela de la periodista y escritora zimbabuense nacionalizada británica llegó a las librerías el pasado 1 de septiembre. La anterior novela logró vender 27 millones de unidades en medio centenar de países. 

Con La chica del tren, Paula Hawkins se convirtió en 2015 en un fenómeno superventas que llegó a 27 millones de lectores en 50 países, siendo el thriller internacional más vendido de la última década. Con él, llevado al cine en 2016 con la actriz Emily Blunt en el papel principal, se alzaba como uno de los referentes del domestic noir, subgénero de la novela negra ambientado en un entorno cotidiano como el hogar y protagonizado por personas normales y corrientes, en línea con éxitos como Perdida, de Gillian Flynn. Tras su segunda novela, Escrito en el agua, Hawkins regresa con A fuego lento (Planeta), que desde el pasado 1 de septiembre llegará simultáneamente a las librerías en España y Latinoamérica dentro de un lanzamiento mundial. En ella, explora los motivos que llevan a una persona que ha sufrido a matar e indaga en los secretos que la gente oculta a los que quieren. «Lo que quería mostrar en este libro es que ninguna tragedia ocurre de forma aislada. Me interesa saber cómo llegamos a convertirnos en las personas que somos, cómo elegimos a qué aferrarnos para curar nuestras heridas», ha explicado la autora

La trama gira en torno al descubrimiento del cuerpo de un joven asesinado brutalmente en una casa flotante de Londres. Tres mujeres que no se conocen entre sí pero que mantenían lazos con la víctima son las sospechosas. Las tres se enfrentan a los prejuicios de la sociedad y viven con resentimiento: Laura, una chica conflictiva que quedó con la víctima la noche que murió; Carla, la tía del joven, y Miriam, indiscreta vecina que se guarda información que no revela a la policía. Hawkins, que trabajó como periodista más de 15 años antes de optar por la ficción negra, nació y se crió en Zimbabue antes de mudarse a la ciudad de Londres, donde vive desde el año 1989. La autora presenta a unos personajes de los que el lector no debe fiarse. Bajo estas líneas, ella misma da pistas y habla en exclusiva sobre cinco de ellos:

Laura Kilbride, 25 años: las manos manchadas de sangre

«Al inicio de la novela, Laura, quien a pesar de su juventud ha sufrido terribles reveses en la vida y actualmente se esfuerza por poner en orden su caótica existencia, es acusada del brutal asesinato de un joven llamado Daniel Sutherland. Además de un pasado marcado por episodios de violencia y un comportamiento criminal, Laura tiene las manos manchadas de sangre y hay testigos que apuntan en su dirección, de modo que su situación parece desesperada.

Aun así, no pierde la esperanza. Una de las cosas que me encantan de Laura es su firme entusiasmo, así como su valentía y su amabilidad. Aunque las cosas no le van bien -instalada en la precariedad, saltando de un trabajo a otro-, eso no le impide intentar ayudar a los demás. A pesar de sentirse constantemente juzgada, ella no juzga a nadie, y, pese a sus heridas y cicatrices emocionales, no es una persona amarga ni vengativa. Con frecuencia se siente enojada y herida por sus padres, pero los sigue queriendo. Y cuando se comporta mal (algo que sucede con cierta regularidad), luego se siente fatal.

Laura es una joven en busca de un aliado, de alguien estable que la ayude: de una figura maternal. Y la encuentra en Irene».

Miriam Lewis, 50 años: extraña y solitaria

«Miriam es una persona extraña y solitaria que vive sola en una barcaza reconvertida en vivienda amarrada en el Regent’s Canal. Trabaja en una librería y permanece muy atenta a las vidas de sus vecinos, llegando incluso a anotar sus movimientos en un pequeño cuaderno. Es ella quien alerta al descubrir el cadáver de un joven en una barcaza amarrada cerca de la suya, y es también ella quien ofrece las primeras pistas a la policía.

Pero Miriam es más que una simple vecina fisgona. Al igual que Laura, sufrió un incidente traumático en su juventud, solo que sus cicatrices son internas. Y a diferencia de Laura, sin embargo, Miriam es una persona amargada. Y también vengativa. A causa de su impotencia, se siente furiosa y agraviada, y permanece a la espera del momento adecuado para vengarse de sus enemigos».

Carla, alrededor de 50 años: arrogante y esnob

«Carla es un personaje difícil. Se trata de alguien que exige empatía pero que, al mismo tiempo, no resulta inmediatamente empática con los demás. Es una mujer delgada y llamativa, atractiva físicamente pero sin encanto personal. No es afectuosa ni amigable.

A causa de su comportamiento estirado y arrogante, puede parecer fría, esnob e incluso desagradable. Pero Carla alberga en su interior una gran carga emocional. El primer acto de su vida fue feliz: nació en el seno de una confortable familia de clase media, mantenía una estrecha relación con su hermana pequeña, Angela, se enamoró de un escritor talentoso (Theo) al que le tocó el gordo con una novela superventas y tuvo con este un hijo al que ambos adoraban. En el segundo acto, sin embargo, sufrió una tragedia, y desde entonces vive atrapada en una suerte de purgatorio. Incapaz de recuperarse de una pérdida devastadora, Carla lleva en la actualidad una especie de vida aletargada en la cual la relación que mantiene con las personas que forman parte de su entorno -su hermana, su marido, su sobrino- no es más que una débil sombra de lo que fue en el pasado».

Irene, 80 años: mi personaje favorito

«Irene es posiblemente mi personaje favorito de esta novela. Se trata de una anciana inteligente, curiosa, amable y empática, además de una lectora entusiasta. Pero Irene no es una viejecita dulce y gagá: todavía tiene una mente despierta y sabe lo que le gusta. Y lo que no, como por ejemplo la novela policíaca de Theo. También encuentra antipática a Carla, en parte porque piensa que la trata con condescendencia, pero sobre todo en solidaridad con Angela, pues opina que Carla no trataba demasiado bien a su hermana pequeña.

Quería escribir sobre un personaje ya mayor que mira hacia delante más que hacia atrás. Es cierto que Irene echa mucho de menos a su marido y que llora la muerte de su amiga Angela, pero aun así no se resigna a que su vida sea un lento declive hasta la muerte. Todavía tiene cosas que hacer, lugares que visitar, libros que leer o amigos que conocer. Su relación con Laura es un tema central en la novela, y proporciona cierta calidez en lo que, por lo demás, sería un relato más bien sombrío».

Theo, en los 50: marcado por la tragedia

«Desde fuera, la vida de Theo parece buena: vive en una bonita casa, tiene mucho dinero y disfruta de una exitosa carrera como novelista. ¡No es de extrañar que sea alguien tan pagado de sí mismo! Y, sin embargo, también ha sufrido una gran tragedia, e igual que su exesposa Carla, también él es incapaz de recuperarse de la misma. Su separación de esta, a quien todavía adora, es una fuente de tristeza, aunque él no se resigna y sigue convencido de que todavía pueden volver a disfrutar de una vida conjunta.

Theo también está volcado en que su carrera literaria retome una trayectoria antaño estelar. Los esfuerzos que realiza para superar el bloqueo creativo que atraviesa son, sin embargo, moralmente sospechosos como poco».

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