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Mara Cavallé Periodista

«El ser humano es el protagonista de la historia, lo interesante son las personas»

«Tomás Padrón lideró la mayor metamorfosis socioeconómica de El Hierro», cuenta la periodista

La periodista Mara Cavallé sostiene su nuevo libro, ‘Tomás Padrón. El hombre y la isla’. María Pisaca

Mara Cavallé tiene a sus espaldas más de dos décadas como periodista. Ha pasado por la Cope, fue corresponsal de El Día en La Palma y ha ejercido labores de comunicación en el Cabildo de Tenerife y el Parlamento de Canarias. Defiende el «periodismo lento» y acaba de publicar su segundo libro, Tomás Padrón. El hombre y la isla. Lo presenta este sábado en El Pinar y el próximo día 11 en el Real Casino de Tenerife.

Usted, que es periodista, se ha decantado en los últimos años por los libros de perfiles....

El primero que escribí pertenece también a la colección Retratos de la editorial Kinnamon, que se inauguró con ese libro. Se llama Marcos Guimerá Peraza, retrato de un canario universal. Es un perfil del historiador tinerfeño que investigó sobre el pleito insular con motivo del centenario de su nacimiento. Este es el segundo. Tengo preferencia por elaborar perfiles. Creo que el ser humano es el protagonista de los hechos históricos y lo interesante está en las personas. Me atraía su figura porque me recordaba a mi padre, que también fue notario y compañero suyo.

¿Y este segundo libro sobre Tomás Padrón cómo surgió?

Trabé una buena relación con la editorial y empecé con este segundo libro por mi amor por El Hierro, quería saber más de su historia. Buscando personajes de la isla que me pudiera servir para hacer un nuevo perfil, mi marido me sugirió a Tomás Padrón. Yo lo conocí cuando fui delegada del periódico El Día en La Palma. Escuchaba sus discursos en favor de las islas menores y me sentía identificada. Después de diez años de su retirada consideré que había una perspectiva suficiente, accedí a él y pese a que le pareció extraño se prestó a ayudarme. He estado dos años investigando sobre El Hierro para poder contextualizar y empecé también a entrevistarlo. Han sido más de 35 horas de conversación presencial y telefónica por las limitaciones de la pandemia. El libro se completa con testimonios de más de 20 personas. La hemeroteca fue fundamental así como los recursos audiovisuales y los libros. Con todo eso elaboré este perfil.

Contar con la ayuda del protagonista y tener acceso a mucha información es una ventaja sobre su primera experiencia editorial pero ¿qué ha sido lo más complicado?

Resumir, quizás. Pero este caso fue todo un descubrimiento. No tenía conocimiento de la trascendencia que tenía Tomás Padrón hasta que tuve todo el material. Lo que me dio más vértigo fue ver su importancia y sentir la responsabilidad de transmitir todo ese valor social y político.

¿Qué cree que le debe El Hierro y Canarias a Tomás Padrón?

Fue el que lideró la mayor metamorfosis socioeconómica de la isla a través de la política, una política entendida como herramienta para el bien común. No cobró un sueldo, él era ingeniero. Además de eso, implementó un plan de desarrollo sostenible para su isla que hace que yo lo considere como un César Manrique de la política. El desarrollo que impulsó fue desde la idea de establecer un equilibrio entre el hombre y la naturaleza. El proyecto de autosuficiencia energética, diseñado por Ricardo Melchior como ingeniero, salió adelante gracias a él. Sin sus compromisos políticos se hubiera quedado en un despacho de Unelco. Su valor están también en su defensa del hecho insular desde 1979. Defendió a los cabildos y luchó por una representación parlamentaria justa para todas las Islas. Contribuyó a un desarrollo más equilibrado de Canarias.

¿Cómo seleccionó las voces más adecuadas para completar su perfil?

Si hubiera seleccionado todas las voces que podrían hablar de Tomás Padrón hubiera sido un trabajo ingente. Seleccioné familia, compañeros de ingeniería , a algunos de los que fundaron la Agrupación Herreña Independiente y a contrincantes políticos como Eligio Hernández o Manuel Fernández. También están personas como Ricardo Melchior y otros dos presidentes de cabildo: Gerardo Mesa y Gregorio Guadalupe. Entrevisté a los que necesitaba para contrarrestar lo que él decía.

¿Qué dicen de él sus contrincantes políticos?

Pues no encontré grandes discrepancias. Las diferencias surgieron sobre todo en los años ochenta. Eligio Hernández, por ejemplo, defendía más la autonomía y Tomás Padrón quería construir Canarias desde los Cabildos. Sin embargo, en el prólogo que ha escrito para el libro, Hernández dice que se equivocó y que Padrón tenía razón. Manuel Fernández, por ejemplo, dice que quizás Padrón ha sido muy conservador en el desarrollo turístico en El Hierro. A nivel personal, pese a las discrepancias, hay un reconocimiento a su honestidad y a su capacidad de trabajo. Se le otorgó la Medalla de Oro del Gobierno de Canarias y su labor a favor del desarrollo sostenible ha sido reconocida fuera de las Islas. Creo que las personas se definen por sus obras y ahora mismo las principales infraestructuras con las que cuenta El Hierro tienen su esfuerzo detrás. Lo hizo porque El Hierro en estaba muy por detrás del resto de las islas en la década de los setenta. Además, se supo retirar a tiempo.

¿Se encontró con alguna anécdota memorable?

Hay tantas. Hay una muy curiosa y que se remonta a la presentación de Binter Canarias. Sus representantes fueron a El Hierro y después de explicarle al entonces presidente del Cabildo, Tomás Padrón, todos los parabienes de la compañía, él lo que les preguntó es que si en esos aviones cabían los féretros. Se quedaron impactados. Lo que pasa es que él está tan pegado a la realidad de las islas periféricas que tiene una visión diferente. Muchos herreños mueren en los hospitales tinerfeños y luego tienen que ser trasladados a su isla. Es una anécdota que habla de su visión pragmática. Vivió de niño la pobreza que había en El Pinar y era de los pocos que entonces tenía zapatos. Bebió agua con sabor a gasolina porque la llevaban en barco en los mismos depósitos que antes se usaron para el combustible. Quedó huérfano a los siete años y tuvo que emigrar a Venezuela siendo un adolescente. Volvió a Gran Canaria para poder estudiar y ya allí escribía artículos en La Tarde y en la revista Canarios en Venezuela sobre el abandono de El Hierro. Creo que allí se dio cuenta aún más de los desequilibrios que había en Canarias.

Si cuando le planteó el proyecto a Tomás Padrón le resultó sorprendente, ¿qué opinó cuando leyó el libro ya terminado?

Él es bastante comedido, no solo conmigo. Mide mucho las palabras pero lo que me ha dicho es que le parece irreal que tenga un libro sobre su vida. Creo firmemente que hay que hablar con el personaje en vivo, no cuando la gente fallece.

¿Qué se queda en usted, como periodista, de esta experiencia?

Me llevo aprendizaje por los valores que he visto en Tomás Padrón, que son también los valores de toda la sociedad herreña. Es una sociedad que ha sufrido durante siglos una supervivencia durísima pero que aprendió a vivir con las armas que le daba la naturaleza. Hoy en día interpelan a una sociedad presa del consumismo y de la tecnología. Ellos han vivido así siempre y han protegido una identidad canaria que cuesta ver con tanta claridad en otras islas. Me quedo con todo eso. Me producen admiración, tanta que el libro se lo dedico al pueblo herreño.

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