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Teatro

Cambiar de silla por un día

Los escolares tinerfeños aprenden el poder de la empatía gracias a Cal Teatre

Un momento de la pieza 'Juego de sillas' El Día

Ponerse en la piel del otro sirve para entender mejor sus problemas y para aprender a ser mejores personas. Esa fue la conclusión a la que llegaron este miércoles los escolares que acudieron a la segunda función de Juego de Sillas, de la compañía catalana Cal Teatre. El espectáculo forma parte de la programación del IV Festival Canarias Artes Escénicas (CAE).

La pieza, que se pudo ver el pasado martes por vez primera sobre el escenario del Espacio Cultural de CajaCanarias, plantea una pregunta a sus espectadores: ¿qué pasaría si cambias el lugar que se te ha asignado siempre por el de otra persona? Este interrogante metafórico se convierte en realidad gracias a los cuatro personajes creados por los artistas Carlos Gallardo y Jordi Font.

Varias decenas de escolares tinerfeños acudieron al recinto cultural de la entidad para disfrutar de esta pieza, que mezcla los números de títeres con recursos musicales y dramáticos.

La sinopsis es sencilla: Una familia se sienta a la mesa. Cada uno ocupa su silla y su lugar, como ha sido siempre. Y nadie se pregunta quién le asignó ese sitio ni por qué, como ocurre con las cosas que simplemente son así. Pero un día esa situación puede cambiar y, al verse en la silla del otro, cada uno de los personajes aprende una lección importante. "Juego de sillas trata sobre la relación entre las personas y las sillas y de cómo el lugar que ocupamos condiciona nuestro punto de vista: todo depende de la silla desde la que se mire", explican.

"En este espectáculo familiar, exploramos los límites de nuestras sillas precisamente como eso, como un juego, un intercambio de lugares y de puntos de vista que nos lleva irremediablemente a experimentar una de las capacidades humanas más importantes para comprender el mundo y a los que nos rodean: la empatía", añaden.

Después de su paso por Tenerife, Cal Teatre viajará hacia Gran Canaria, donde ofrecerán tres funciones. Para estos dos actores, ha sido un auténtico placer volver a disfrutar de ver el patio de butacas prácticamente lleno. "Es la primera vez que se llenaba la sala después de lo más duro de la pandemia y los niños estaban con muchísimas ganas y nosotros también. La verdad es que hubo ahí una comunión super bonita. Los niños estaban encantadísimos", indican los actores apenas unos minutos antes de subirse al escenario.

Reconocen, además, que presentarse ante el público infantil es un reto aún mayor que someterse al juicio de los adultos."Son muy sinceros. Si una cosa no les gusta, te lo hacen saber. El público adulto es más complaciente y te aplaude igualmente. Pero si al público infantil no les gusta, al final del espectáculo hay silbidos, abucheos y de todo. De momento no nos ha pasado y creemos que no nos pasará", detallan.

Una vez cumplidos sus compromisos en Gran Canaria, Cal Teatre viajará a Madrid, a Cataluña y participarán después en el Festival Titeremurcia. "Hemos tenido suerte porque el espectáculo, que estrenamos justo antes de la pandemia, entró en la red de teatro alternativos. Hubo un parón obligado pero aún así había luz al final del camino".

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