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Narraciones poderosas sobre la identidad humana

El autodidacta Duane Michals, influenciado por Magritte y Balthus, pronto elige su propio camino: surrealismo y existencia humana

Máximo exponente de la fotografía del otro lado del charco, Duane Michals (Pensylvania, EE UU, 1932), de formación fotográfica autodidactica, ha gestado una obra completamente personal y única que aporta una buena ración de surrealismo a nuestro mundo real con elementos reflexivos sobre la existencia humana. Influenciado por Magritte y Balthus, inmediatamente se aparta de la genialidad de ambos para caminar con pasos propios. Analiza constantemente, de forma pura y poética con dosis de hilaridad su yo más intimo, construyendo ficciones por medio de secuencias que él denomina photo series, donde transita por el misterio de lo cotidiano convirtiéndolo en poemas en los que abundan intrigantes enigmas, a través de claves características de un maestro. La vida y la muerte, y el sexo son sus temas esenciales dentro de un discurso que acompaña, en algunas ocasiones, con textos de su pluma, como si la propia imagen no tuviera el poder de explicar su sentido, desmontando así la idea de que una imagen vale más que mil palabras.

Durante un viaje a Rusia en 1958, retrata a todas las personas que encuentra a su paso, creándose problemas con el gobierno americano a causa de la tensión existente por la guerra fría. Realmente es este su primer trabajo en el campo fotográfico; cuando comprueba las copias se siente entusiasmado y abandona su ocupación como diseñador gráfico para dedicarse plenamente a la fotografía.

«No me interesa la copia perfecta. Me interesa la idea perfecta. Las ideas perfectas sobreviven a las magnificas copias», manifiesta.

Lo sorprendente en la obra de Duane Michals son las secuencias y las historias que cuenta en cada una de ellas que funcionan como breves cortometrajes cinematográficos, llenos de ideas que parten de conceptos ingeniosos y dramáticos. Investigando en el sentido de la imagen, cada segmento o fotograma, podríamos decir haciendo un guiño al séptimo arte, funcionan como pieza única, ya que la colocación de la cámara, la composición, el estudio de la luz, podrían formar parte de un todo sin la necesidad de ir acompañadas de las otras imágenes que configuran el conjunto secuencial. El propio autor argumenta sobre su necesidad de contar historias por medio de varias imágenes, pues los sentimientos que se hayan en ellas no pueden ser explorados completamente en una única fotografía.

En su obra El hombre desafortunado (1976), aparece la figura de un hombre que arquea la espalda, angustiado, mientras un texto acompaña la secuencia «El hombre desafortunado no puede tocar a la persona que ama; declarado fuera de la ley, los dedos de su mano se fueron convirtiendo lentamente en los dedos de los pies mientras sus manos se convertían gradualmente en pies. Calzaba los zapatos en las manos intentando disimular así su apariencia y su dolor».

En uno de sus primeros trabajos nos encontramos con una serie de retratos de personalidades de la cultura internacional como Pier Paolo Pasolini, François Truffaut, Jeanne Moreau, Willem de Kooning, Andy Warhol, Truman Capote, David Hockney y Marcel Duchamp, realizados en el lugar habitual del personaje, alejados de los focos del estudio fotográfico. «Los famosos no revelan nada, solo nos enseñan su personaje público», comenta.

«Jamás llevo una cámara conmigo, mi cámara se encuentra en mi cabeza»

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Su constante búsqueda de la identidad humana le impulsa a realizar una serie de autorretratos, en los que se sitúa al otro lado de la cámara para trabajar en ambos lados simultáneamente, haciendo alarde del don de la ubicuidad: Autorretrato como si estuviera muerto (1968) y Autorretrato siendo otra persona (1975), Dormido en el interior de una pirámide (1979), Construyo una pirámide (1979), entre otros.

«Jamás llevo una cámara conmigo, mi cámara se encuentra en mi cabeza». Es otra de las ideas, donde Michals expresa su voluntad de distanciarse de ciertos tópicos fotográficos.

Sus obras han recorrido el mundo en multitud de exposiciones desde que expusiera por primera vez en la Underground Gallery de Nueva York la serie de los retratos realizados en la Unión Soviética. En 1970, con poco más de treinta años, el Museum of Modern Art de la ciudad de Nueva York, MOMA, le dedicó una exposición donde pudieron verse sus Stories, de carácter poético filosófico, valiéndose de una dramaturgia plena de nostalgia y sentimentalismo, frescura y humor, que deslumbraron a la critica y al público.

La revista Nueva Lente, publicación mensual aparecida en 1971, cuyos artífices fueron Pablo Pérez Mínguez y Carlos Serrano, es un referente absoluto de la fotografía en nuestro país, cuyo leit motiv era mostrar a los españoles lo más destacado de la fotografía internacional, nos enseñó por primera vez la excelente e inspiradora obra de Duane Michels.

En España lo hemos tenido en repetidas ocasiones en reveladoras y fascinantes exposiciones. En 1993 expuso en la Sala Parpalló de València donde pudimos ver, entre otras, su famosa secuencia realizada en 1970, llena de humor y erotismo, Take one and see the mount Fujiyama (Tómala y veras el monte Fujiyama): un sobre que aparece por debajo de la puerta contiene grageas que tienen el poder de resolver los deseos sensuales de quien la ingiere, finalizando con una sorprendente, metafórica e imaginativa imagen desenfocada del monte de referencia.

Ha sido contratado por las grandes firmas de la moda para fotografiar sus colecciones, imágenes que han aparecido en revistas como Vogue, Harpers Bazaar, Esquire y Life. Se halla totalmente activo pues uno de sus últimos trabajos en este campo ha sido recientemente, cuando contaba la edad de 86 años, realizando la campaña internacional de Loewe.

En Madrid, una retrospectiva comisariada por Enrica Viganó en el Museo Reina Sofía (PhotoEspaña, 1998) donde pudimos admirar la magistral secuencia Things are queer, realizada en 1970 en la que se confunden los conceptos de sueño, tiempo y espacio en un bucle sin fin. Obra maestra absoluta, convertida en una de las piezas más significativas de la fotografía americana del siglo XX.

En 2001 regresa a Madrid, nuevamente a PhotoEspaña, en la Galería Max Estrella, siendo galardonado con el Premio PhotoEspaña por su sobresaliente trayectoria.

En 2015 lo tuvimos en Valladolid, en la Sala Municipal de Exposiciones San Benito en la muestra Duane Michals A B C.

Ha publicado infinidad de libros monográficos, de los que destacaré Real dreams, photo stories by Duane Michals, libro de cabecera de quien escribe estas líneas. Editado en 1976 por la editorial Addison House, recoge sus secuencias mas emblemáticas donde medita sobre los laberintos de la condición humana, desplegando su característico sentido del humor, lo extraordinario de la tragedia y el misterio, la confusión entre sueño y realidad en su forma de investigar en los aspectos metafísicos de la vida y la muerte: «Creo en lo invisible, no me interesa la realidad absoluta de lo que nos rodea, lo real únicamente existe en la intuición y en la imaginación».

Siente una fuerte necesidad de mostrarse auténtico. Por ello, en sus imágenes existe siempre una visión psicológica de su imaginación sobre su experiencia como ser humano.

Según su propio comentario, declara no practicar la fotografía, pues piensa que es su deber perfeccionarla.

Preguntado por su opinión hacía aquellos fotógrafos que utilizaban aspectos de su sintaxis como las narraciones secuenciales o la escritura sobre las imágenes, respondió: «No me parece mal, es un lenguaje fácil de copiar, parece hecho a propósito para ser copiado, me hace feliz ver que alguien lo utiliza con un resultado interesante».

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