Puerto de la Cruz recibe mañana sábado a Rufus T. Firefly y su nuevo trabajo en Phe Festival. Víctor Cabezuelo, la voz de grupo, promete «una experiencia única» presentando los nuevos temas.

¿Qué tienen preparado para su concierto en Phe Festival?

Vamos a sacar un disco nuevo a final de año y lo que estamos haciendo este verano es presentarlo en directo entero. Nos apetecía cambiar el orden de los acontecimientos y en lugar de publicar el disco y luego presentarlo queríamos hacerlo al revés: tocarlo antes de que nadie lo haya escuchado. Nos parece una sensación muy bonita para la gente que puedan descubrir por primera vez algo en directo. Queremos darle mucha importancia al hecho de tocar en directo y del formato de banda.

¿Cómo es para ustedes presentar este disco y que el público no tararee las canciones porque aún no las conoce?

No pueden acompañarnos nada porque no saben lo que va a pasar. Hay mucha gente que nos dice que es arriesgado y extraño pero a la vez me parece muy especial y exclusivo. Yo recuerdo que alguna vez viendo a uno de mis grupos favoritos, Radiohead, en algún concierto tocaron como siete canciones que yo nunca había escuchado y me pareció un momento muy bonito porque luego, cuando más tarde salió el disco y lo escuche, recordé aquellos momentos en directo. Me parece algo muy especial. Es cierto que lo nuestro no será un concierto al uso porque la gente está más expectante que coreando las canciones pero las restricciones que hay ahora mismo que obligan a todo el mundo a estar sentado se prestan a ver el show simplemente y por eso creo que en este momento tiene sentido lo que estamos haciendo y que la gente lo está agradeciendo.

Parece que con esa propuesta buscan, por encima de todo, crear experiencias y recuerdos para su público.

Sí, estamos saturados por la inmediatez que hay en todos los sitios y sobre todo en las redes sociales y en cómo funciona la música hoy en día, que parece de usar y tirar. Por eso creemos que no es buena idea dar lo que puedes usar y tirar desde el principio y por eso hemos decidido ir mostrando poco a poco las cosas y por eso también, antes de que se publique el disco, nuestros seguidores ya podrán comprarlo y tenerlo. Es un poco extraño pero la gente que quiera tenerlo en formato físico lo podrá tener muchos meses antes de que se publique y esa es otra manera de tratar de luchar contra la inmediatez. Parece que la música ya no se puede tocar pero a mí me gusta mucho tenerla en la mano y me parece un acto muy bonito. Tengo la sensación de que tengo mucha música en mi teléfono pero que realmente no tengo nada.

Parece que, dejando a un lado sus ganas de seguir haciendo música, uno de los objetivos principales de la banda es cuidar por encima de todo a sus seguidores.

Sí, nuestra forma de ver la música es con nosotros y nuestros seguidores, y no hay nada más en medio. Pensamos que lo mejor es ser totalmente directos y nos gusta mucho hablar con la gente que nos sigue, que nos escriban y escribirles y tener esa relación más directa hasta con la venta de discos porque nos parece bonito. Tampoco somos un grupo gigante e imagino que por eso nos podemos permitir hacerlo así.

Afirman que este nuevo trabajo será bastante diferente a lo que tienen acostumbrado a su público. ¿Qué es lo que tanto ha cambiado?

Es relativo. Todo el mundo va a saber que somos Rufus T. Firefly, que nadie se asuste, pero es verdad que la manera de tocar y enfocar el disco ha cambiado. Estamos tocando de una forma que no habíamos hecho antes. Tenemos a dos personas nuevas, Marta y Juan, que son muy importantes en este sonido nuevo y le han dado una vuelta a todo. El cambio fundamental está en que en la etapa anterior habíamos tirado mucho de psicodelia; todo era muy efectista y tenía muchos sintetizadores y muchas cosas, y ahora hemos ido hacia un sitio más puro. Cada uno tiene su instrumento y todo va a salir de ahí. Toda la psicodelia se ha sustituido por ritmo y en todo el disco hay una base de conga y de percusión y todo es más orgánico. Hemos quitado muchos artificios y ahora es más puro, salido directamente de nuestras manos. A lo mejor el público no lo nota tanto, pero a nivel interno sí notamos bastante el cambio.

Para estos nuevos conciertos también han cambiado la disposición de la banda en el escenario, con usted detrás por ejemplo. ¿Le van dando cada vez más importancia a la música más allá de la letra de las canciones?

Queríamos dar importancia a todo. Todo lo que pasa en el escenario es importante y nos daba la sensación que si yo me ponía delante todo lo demás pasaba más desapercibido. De esta manera, sí o sí hay que ver todo lo que pasa. Es una manera más de defender el concepto de banda, que no hay nadie imprescindible y que todo funciona porque estamos los seis sobre el escenario, y si alguien fallara todo se va al garete.

Le dan un gran peso a la naturaleza en su proyecto, ¿qué esperan en ese sentido de su viaje a Tenerife y del lugar en el que van a tocar, junto al mar y desde donde se puede ver el Teide?

Nos encanta ir a Tenerife y, aunque no sabíamos donde va a estar ubicado el escenario, me parece increíble que esté todo tan cerca y poder verlo mientras tocamos. Siempre que nos pasa algo así los conciertos suenan mejor, sentimos una conexión muy especial cuando tocamos en sitos que no son muy industriales. De hecho nuestro último videoclip está grabado en mitad de la naturaleza e inevitablemente se toca diferente en mitad de un lugar así. Todo suena diferente y es muy bonito. Nosotros somos de campo y la cabra tira al monte.