¿Y si Juan Sebastián Elcano no hubiese contado la verdad tras la vuelta al mundo? Esta es la idea que Tony Gratacós desarrolla en Nadie lo sabe con los protagonistas de la hazaña histórica.

¿Cómo ha planteado esa otra posible verdad que, según su novela, pudo haber ocurrido en la gesta del siglo XVI?

La novela transcurre dos años después de la llegada de Elcano a España. Entonces, un joven cronista, que es el protagonistas y que se llama Diego de Soto, lo conoce como un héroe, y se da cuenta de que lo que cuenta Elcano no es cierto porque va diciendo que Magallanes era un cabrón, un traidor, etc. Y de este modo, empieza a investigar y, a través de los testimonios de diferentes personas, se da cuenta de que hay algo que están tapando los grandes poderes fácticos del reino de Castilla sobre la vuelta al mundo.

¿Canarias tiene un protagonismo especial en la novela?

Sí, ocurre tanto al principio, que arranca con la expedición en Tenerife, y con una serie de flasback que revelan una parte muy importante de la trama, que no puedo revelar, y que es cuando vuelve una de las cinco naves. De las naves que partieron de España solo regresó la de Elcano, pero antes de cruzar el estrecho de Magallanes, otra de las naves, la San Antonio, dio vuelta atrás y regresó. Y esa nave, cuando regresa, el primer sitio que toca es Tenerife. Entonces, en Tenerife, frente a la playa de San Telmo (Puerto de la Cruz), que era el enclave del que partieron las cinco naves, se baja el capitán y ocurre un suceso importante que no puedo desvelar. Pero te das cuenta que en Tenerife, que por aquel entonces es el enclave del que parten todas las expediciones. Por eso, en el siglo XV, en Canarias existe su contubernio político y de espionaje.

Nada que no se parezca a lo que ocurre en la actualidad.

Sí, pero lo importante aquí es que el lector de hoy se de cuenta de que nuestra historia está realmente grabada a fuego. No es una Historia estética ni aséptica. Que en todo nuestros territorio, hace 500 años, ocurrían cosas muy importantes, que cambiaron la Historia. La primera vuelta al mundo supuso un impacto brutal. Era la primera vez que se medía el globo en su integridad. Las Islas no solo son un reclamo turístico, sino un punto clave para la historia de España. Aquí ocurrieron muchas cosas que fueron importantes. Hemos pasado por varios pueblos de Valladolid donde transcurre gran parte de la trama, y es también dejar constancia de que en nuestro país ocurrieron cosas muy espectaculares.

Las Islas fueron un lugar de paso fundamental para muchos navegantes europeos.

Llegaban a Canarias, luego pasaban por Cabo Verde y se desviaban hacia América. Era el lugar donde se avituallaban todas las expediciones. De hecho, me estoy documentando para una continuación de la novela donde me centro en la conquista de Hernán Cortés en México. Y en uno de los documentos Hernán Cortés escribía a su padre pidiendo que se detuviera en la Isla de El Hierro para que se puedan aprovisionar de ovejas y de un tipo de vegetación específica para traérsela a México.

La rivalidad entre Magallanes y Elcano se ha extendido como la rivalidad entre Portugal y España, pero Magallanes se hizo español.

Cuando se planteó la idea de ir a las Molucas, las Islas de las especies, por el oeste se fue al rey de Portugal que no le hizo ni caso. Pero fue a Carlos I de Castilla que estaba recién aterrizado en España, que no sabía casi el castellano y tenía 19 años, al que convenció para que le hiciese capitán de una expedición para las Molucas. Pero mientras armaba la expedición hubo unas suspicacias tremendas entre el portugués y los capitanes españoles que tenían que acompañarle. Había un segundo portugués, Rui Faleiro, que tuvo que renunciar porque desde la Casa de Contratación de Sevilla le decían que sólo podía tener un número máximo de portugueses. En ese momento la rivalidad entre Castilla y Portugal era tremenda. Hay que tener en cuenta que, tras las conquistas europeas de Castilla, si querían hacer grandes sus territorios sólo podían hacerlo por ultramar. Portugal tiene dominado todo lo que era la costa africana hasta llegar al estrecho de Malaca y Singapur. Y la única manera que tiene España de llegar a las especias es a través del oeste. Y Magallanes dice que hay un paso por el continente americano. Nadie se lo cree porque nunca nadie ha visto un mapa en el que figure un paso hacia la zona oriental. De hecho, a día de hoy no hay ni un solo historiador que haya podido demostrar el mapa en el que Magallanes encontró un tipo de paso. Se rumorea que lo vio en la corte de Portugal desde la que intentaron que desistiera de hacer el viaje. En 1524 cuando Elcano viaja a Valladolid, tras haber dado la vuelta al mundo, es el superhéroe, el primero que ha rodeado el mundo. Pero cuando entra a Valladolid pide permiso al rey para portar armas, siendo el Iroman de su época. Y eso ya te levanta la sospecha de que a lo mejor hay otra historia que no se contó. Y de los pocos supervivientes que regresaron con Elcano, uno de ellos es el italiano Antonio Pigafetta, escribió una crónica de todo el viaje. Pues en ningún momento nombra a Elcano. Aunque ha llegado a Sevilla gracias a la pericia de Elcano. Todo eso es lo que me hizo construir un relato que ha hecho de alternativa a a la oficial, pero es plenamente verosímil en todos los aspectos.

Hubo, por lo que veo, una mezcla de poder y ambición.

La guerra de poderes que hay entre las suspicacias humanas de un portugués y un español, entre el reino de Portugal y el reino de Castilla, y cómo se fusiona todo en una travesía a lo desconocido que va a cambiar la Historia.

Y en una época en la que la corta esperanza de vida y las enfermedades habían disparado el número de fallecimientos.

Cuando la expedición ya pudo cruzar el estrecho creyeron que era pan comido, pero estuvieron cien días en la embarcación sin pisar tierra. Allí moría la gente con una facilidad tremenda. Los marineros tenían que asar los cinturones de cuero que ponían en agua hirviendo y les servían de caldo.

¿Cómo definiría la novela?

Como un thriller sobre alguien tiene que tiene que luchar contra reloj para encontrar la verdad. Es como si fuese el periodista trasladado al siglo XVI que tuviese que desentrañar un Caso Watergate.