El profesor de Filología Española de la Facultad de Humanidades de la Universidad de La Laguna (ULL) José Antonio Ramos Arteaga dirige la Cátedra Cultural de Gestión y Políticas Culturales Universidad de La Laguna-Federación Canaria de Municipios. Cuenta con la ayuda de los codirectores Tomás Antonio Afonso González, licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación, y Alejandro Martín Perera, licenciado en Historia.

Acaba de crearse la Cátedra de Gestión y Políticas Culturales ULL-FECAM. ¿Cómo surgió?

Tomás Afonso: Un grupo de profesionales públicos y privados de la gestión cultural, expertos e investigadores universitarios llevábamos algún tiempo intentando encontrar un espacio en el cual poder actualizar las agendas de acuerdo con problemáticas que inciden en las políticas culturales y de gestión. El análisis de la evolución del sector, sobre todo en las Islas, está íntimamente relacionado con una reflexión mucho más amplia sobre el grado de sostenibilidad que nuestros sistemas culturales tienen ante los cambios en la vida cultural y los efectos que está generando la crisis ocasionada por la pandemia -económicos, sociales y culturales-. Esto supuso la búsqueda de un espacio, lo suficientemente exigente, para poner en marcha el proyecto.

Suena muy complejo, ¿con cuántos profesionales cuentan?

TA: Esta cátedra ha incorporado a un nutrido grupo de profesionales e investigadores con la vocación de que todas las islas cuenten de la misma manera, y en estos momentos seguimos reclutando para la causa a más profesionales e investigadores de distintos ámbitos del mundo de la cultura.

Alejandro Martín Perera: Actualmente se encuentra en una quincena de profesionales regionales, nacionales e internacionales, pero cuyo objetivo está en dotar de especialistas vinculados a la cátedra que permita abordar las múltiples facetas, líneas de acción y grupos de trabajos que están previstas, generando una amplia red de profesionales al servicio de la cultura y sociedad canaria.

Entonces la finalidad de esta cátedra es promocionar, desarrollar y potenciar la cultura desde diferentes ámbitos…

José Antonio Ramos Arteaga: La cátedra, no cabe duda, será un órgano a disposición de los municipios para asesorar a los y las técnicos, a los y las responsables políticas de esas agendas locales. Pero entendemos que hay dos elementos esenciales en nuestro papel como cátedra para que ese asesoramiento no se quede en una mera consultoría: elaborar un conjunto de documentos de buenas prácticas que ayude en la toma de decisiones en el ámbito local y conectar la labor que desde el campo de la investigación universitaria se está desarrollando en este momento a través de sus grupos de investigación, centros de estudios, otras cátedras afines o iniciativas individuales en facultades y centros.

¿Y ya han pensado cuál será el primer paso de este proyecto?

JARA: Sí, una de las primeras propuestas de la cátedra será la creación de una revista (con todos los parámetros de calidad académica exigidos por la agencia de evaluación) que reúna tanto estos aspectos de la investigación y la intervención universitaria como los aportes que desde la práctica en el sector puedan ayudar a la labor de reflexión o al cotejo con acciones emulables en las Islas.

¿Cómo se llevará a cabo esa tarea interdisciplinar?

JARA: La interdisciplinariedad en el campo de la gestión cultural es obligada, pues implica en su diseño y puesta en marcha muchos factores que van desde el meramente técnico a consideraciones de carácter sociológicas y artísticas. Por eso insistimos en que lo local no debe convertirse en un desarrollo en pequeño de macropolíticas culturales en abstracto, sino reivindicar su especificidad y capacidad creativa diferenciada.

Entre sus objetivos encontramos «Desarrollar nuevas fórmulas de gestión cultural con el impulso de proyectos I+D+I», ¿quizá era necesario ver la cultura desde un prisma más amplio?

TA: En Canarias, se sigue pensando y trabajando desde la gestión cultural con herramientas y maneras de entender la cultura propias de los años noventa del siglo XX en el mejor de los casos. Si analizamos detenidamente lo que ocurre en otros territorios, la cultura y su gestión ha ido evolucionando acorde con los ritmos que marca la propia sociedad. No es de recibo que no se entienda la cultura como un elemento transversal, generador de empleo, capaz de fomentar la participación ciudadana y sobre todo, como un motor de cambio social.

AMP: La transformación tecnológica del sector y la digitalización de su tejido forma parte de los objetivos de la Cátedra, como agente “vigía” de las tendencias que en cultura se están desarrollando o que están emergiendo.

¿Por esta razón se han creado sinergias entre la Universidad, las Administraciones Públicas y las entidades privadas?

AMP: Efectivamente, la sinergia y la visión que desde la universidad, la administración pública y desde el sector privado empresarial se puede dar sobre la gestión y las políticas culturales son enriquecedoras, por el propio ángulo desde la que cada una trabaja y analiza la cultura. La percepción, los planteamientos, y con ello la resolución y acciones son diferentes pero no excluyentes, por lo que resulta mucho más eficaz la representación y el trabajo conjunto y coordinado desde estas tres realidades que están representadas en igualdad en la cabeza de sus directores y en el equipo humano que paulatinamente va enriqueciendo el plantel profesional de la cátedra.

¿No les preocupa que se vea esta iniciativa como un intento de politizar la cultura?

TA: Todo lo contrario, vivimos momentos donde la cultura está excesivamente politizada. La cátedra pretende contribuir a bajar esa presión y distensionar, a través del trabajo que se pretende desarrollar, dotando de herramientas a las administraciones locales, formando a su personal y equipos de gobierno, poniendo en valor buenas prácticas, fomentando el trabajo en red, elaborando conocimiento a través de publicaciones. Quién mejor que la Universidad y la FECAM, que engloba a los 88 municipios de Canarias, cada uno de distinta orientación política, pero con un objetivo común, que es la defensa del municipalismo, para realizar esta tarea.

Parece que va siendo hora de entender la cultura como una fuente de recursos económicos (creación de empleo, inversiones, nuevos modelos de empresas), ¿no creen?

TA: Como hemos dicho, y aunque suene muy sencillo, la cultura es una inversión, no un gasto. Es fruto de una conquista, y en la actualidad se considera un derecho humano.

JARA: Evidentemente la gestión cultural, desde lo público, no es solo un producto artístico dentro de lo que se ha dado en llamar “bien de consumo cultural”. Implica a la parte técnica que lo agenda y gestiona desde la Administración, a quienes trabajan en su materialización, a quienes programan, lo difunden, etc. Y de eso saben bien los municipios, ya que son las administraciones que más invierten en cultura en el Archipiélago.

AMP: Evidentemente, cuando se habla de cultura se habla de inversión. Cada euro invertido en cultura supone un retorno económico y social amplísimo, porque tiene un efecto multiplicador por su naturaleza transversal.