Víctor Sariego es un inventor asturiano que quiere que Tenerife sea el primer punto del mapa europeo en disfrutar de su último proyecto, basado en un símbolo que representa valores como la inteligencia y la destreza. Quiere que la Isla tenga la primera escultura modular intercambiable de Europa. 

Víctor Sariego llegó a Tenerife hace apenas unos días con una mochila llena de propuestas y la cabeza y el corazón cargadas de ilusiones. Este ingeniero mecánico e inventor de origen asturiano ha encontrado en la Isla su segundo hogar gracias a un nutrido grupo de amigos que siempre le ha recibido con los brazos abiertos. Por ese motivo quiere que una de sus ideas germine y se desarrolle entre los tinerfeños. Propone instalar en Puerto de la Cruz la que sería la primera escultura modular intercambiable de Europa, un ingenio fruto de sus arduas investigaciones.

Se trata de la Cruz del Maestro Universal, un símbolo que «representaba la inteligencia y la destreza de los maestros de la antigüedad que data de miles de años antes de Cristo», explicó. Su elaboración está basada en la construcción de distintas piezas de madera que, encajadas, forman una cruz de tres dimensiones. Era, aseguró, una «prueba que hacían a los futuros carpinteros, por ejemplo. Debían hacer una esas cruces con sus ajustes correspondientes. Era como un examen», detalló. Sariego llega un cuarto de siglo diseñando sus propias cruces y ha logrado unas 150, todas ellas formadas por piezas distintas. Todo un reto. «De ellas saqué una selección: las cruces de las comunidades españolas (17), las de los países latinoamericanos (20) y las de los países europeos (unos 25). En total son unas 60», detalló.

La que Sariego quiere colocar en Tenerife sería, evidentemente, la que él ha creado y bautizado como la Cruz del Maestro Tinerfeño. «Tiene, como las demás, seis prismas que se ensamblan entre sí pero sus claves son únicas y tienen su denominación. Suelo emplear para identificarlas las letras de nombres propios de seis letras como Carmen o Lorena, por ejemplo. En este caso, como tengo amigos tan queridos aquí en Tenerife, he unido dos de sus nombres y le he puesto Juanly. Cada letra corresponde a una pieza».

Este inventor ha venido hasta la Isla con la intención de reunirse con el alcalde de Puerto de la Cruz, Marco González, y el responsable municipal en materia educativa. «Me gustaría que fuera Puerto de la Cruz por la simbología que tendría con la Cruz del Maestro. Sería la primera escultura modular en instalarse porque estoy muy agradecido a Tenerife. He venido en cuatro ocasiones y estoy apabullado con la hospitalidad que me brindan los grandes amigos que tengo aquí», aclaró.

Más que un símbolo

Además de colocar una Cruz del Maestro Tinerfeño construida en grandes dimensiones y en un material pesado y resistente, Sariego plantea desarrollar en la localidad que acoja su iniciativa un amplio abanico de actividades lúdicas y culturales. «Una vez al año, coincidiendo con una fecha determinada, la escultura podría ser cambiada. Las piezas podrían variar de posición y el resultado podría ser escogido mediante un concurso en el que participaría toda la ciudadanía», detalló

Sariego mostró con ilusión todas las posibilidades que orbitan en torno a sus invenciones y que van desde los juegos de mesa que ha desarrollado basándose en los mismos preceptos (llamados Tinerfe Play), a talleres con distintos colectivos (Aprender a pensar jugando) y a la posibilidad de convocar unos premios anuales cuyos galardones fueran estos curiosos y únicos artefactos. «Una vez al año se regalaría la Cruz del Maestro Universal a seis personas que –de acuerdo con sus logros educativos, sociales o científicos– se merecieran un reconocimiento solidario», indicó.

Esta última experiencia tiene un precedente en una actividad que Sariego desarrolló en su Asturias natal con el apoyo del Club de Prensa de la Nueva España de Gijón, diario que edita el Grupo Prensa Ibérica. En aquella ocasión se hicieron con los premios: Graciano Gallinar, director del Museo Prerrománico; Luis Laria, director del Parque de la Vida – Luarca; el empresario Moisés Álvarez del Valle; la Orquesta Filarmónica de Asturias; el escritor y artista Paco Abril y la Unidad de hospitalización a domicilio del Hospital Cabueñes.

Uno de los aspectos más interesantes de este proyecto cultural, en opinión de su ideólogo, deriva de las múltiples posibilidades que ofrece el trabajo con este tipo de juegos de ingenio en todo tipo de colectivos. «Desde hace años, llevo desarrollando la actividad que se llama Aprender a pensar jugando en lugares como colegios, universidades, cárceles, hospitales e incluso empresas. Hay certificados de entidades culturales y educativas que acreditan el interés lúdico, educativo y cultural que tiene este proyecto», insistió. De hecho, a Sariego le interesa mucho poder seguir ahondando en este aspecto en colaboración con los psicólogos de la Isla, algo que ya ha hecho en otros puntos del país.

No es la primera vez que Sariego se mete en este tipo de aventura creativa. Suyo es un juego anterior denominado Ludibox que ha merecido medallas de oro y plata en salones del diseño de varias ciudades Europeas.

Más que un símbolo